Hoy comenzará a ser juzgado el imputado de seis atentados explosivos ocurridos en la Región Metropolitana entre 2017 y 2019, Camilo Gajardo, el juicio será en el Sexto Tribunal Oral en lo Penal de Santiago, donde la Fiscalía solicitará 170 años de cárcel.
El hombre fue detenido hace tres años, luego de que fue detectado por cámaras de seguridad instalando los artefactos explosivos. Además, sería el responsable del ataque a la casa del ex presidente de Codelco, Óscar Landerretche, y del atentado frustrado contra el actual presidente del Metro, Louis de Grange.
Según informó El Mercurio, el Ministerio Público estima que
existe la evidencia suficiente para acreditar que el individuo fabricó y colocó o envió los explosivos por encomienda. Una de las pruebas es el hallazgo de material genético en la basura de su casa familiar, que coincide con la encontrada en las bombas.
Otro ataque fue el ocurrido en enero de 2019 en un paradero de locomoción pública en Providencia, y donde dejó a dos personas heridas.
La Fiscalía aseguró que cuenta con 179 testigos, 80 peritos y más de mil pruebas documentales para acusar a Gajardo, quien habría reivindicado los hechos de violencia a nombre del grupo ecoterrorista llamado "Individualistas Tendiendo a lo Salvaje". Sin embargo, la abogada defensora, Alejandra Rubio, afirmó que solicitará su absolución.
"No puede olvidarse que la autoría y envío de todos los artefactos explosivos e incendiarios que se imputan a nuestro defendido fue reclamada por el grupo ecoterrorista ‘Individualistas Tendiendo a lo Salvaje’", expresó la licenciada, y agregó que "no existe actividad investigativa tendiente a descubrir a sus integrantes".
Además, aclaró que "ya estando detenido el acusado, el día 9 de agosto de 2019, este grupo ecoterrorista emitió un comunicado en su página web sosteniendo desconocer a nuestro defendido y negando que sea parte de esa agrupación".
También, la defensa cuestionará la legalidad de la evidencia que posee la fiscalía, ya que "no sólo no se ha cumplido con los protocolos mínimos de producción de la prueba, sino que afirmamos que, desde el comienzo de la investigación, ha existido un sesgo cognitivo, direccionado a nuestro defendido".