El alcalde de Estación Central, Felipe Muñoz, confirmó la denuncia que realizó la concejala Michelle Tabilo, respecto de una persona que debió ser asistida luego de que le encontraran un chip de perro en el estómago, tras consumir un anticucho en la calle.
En ese contexto, el jefe comunal, junto al seremi de Salud de la Región Metropolitana, Gonzalo Soto, llevó a cabo una fiscalización en el sector, durante la tarde de ayer, procedimiento en el que decomisaron dos carros de comida que funcionaban de manera ilegal.
Cabe recordar que esta fiscalización se dio luego de que la concejala expusiera el pasado martes ante sus pares esta situación, dando a conocer en primera instancia que la afectada era una mujer. Sin embargo, las autoridades confirmaron que se trató de una menor de 8 años, que debió ser asistida en un centro médico.
"La denuncia la realizó la concejala. Nosotros estamos en una fiscalización frecuente, con decomiso de los carros que están en circulación. Hoy día está la Seremi, precisamente haciendo los análisis correspondientes para poder determinar si esto es efectivo, conforme a lo que está disponible hoy día", dijo el alcalde al respecto.
Añadiendo que "creemos que nuestra obligación es poder cerciorarnos de eso y estar fiscalizando de manera permanente lo que hoy día se está vendiendo en las calles".
En tanto, al ser consultado de si han recibido otras denuncias respecto a los alimentos que ofrecen los ambulantes aseguró que "la verdad es que es un secreto a voces, dice la ciudadanía, de que esto puede pasar. Nosotros hemos tenido algún tipo de denuncias que siempre hemos estado fiscalizando, también con mucho sigilo, entregando estos antecedentes a la PDI".
Por su parte, Tabilo relató que "el día domingo acudí a la feria de Quemchi, que está en Villa Francia, y una casera que vendía ensaladas me comentó que una amiga de ella había ido a Meiggs, a la parte que pertenece a Estación Central, y había consumido un anticucho con la hija".
Al respecto, señaló que a la menor "primero le hicieron un escáner, el que arrojó el chip, pero la niña se empezó a sentir mal y le tuvieron que hacer el retiro del chip".
Finalmente, al ser consultada sobre si se pudieron contactar con la familia del perro al que pertenecía el chip, respondió: "Me comunicaron que sí. Lo único que puedo decir es que era un perrito de raza poodle".