La Comisión de Preámbulo de la Convención inició esta semana la discusión sobre cómo partir el texto constitucional, y las primeras definiciones no estuvieron exentas de polémicas. Una de las cinco alternativas aprobadas en general menciona el 18 de septiembre de 1810 como un contexto "excluyente" y reivindica el 18 de octubre de 2019 como una fecha de "reencuentro", lo que despertó diversas críticas entre los mismos convencionales y afuera del órgano constituyente.
"El ánimo refundacional no une a los chilenos, sino que los divide, y creo que lo que se debiese haber buscado en este proceso es unir a los chilenos, y lamentablemente hoy, incluso desde la propuesta de preámbulo, partimos reescribiendo la historia de Chile, refundándola a antojo de algunos", criticó Eduardo Cretton (UDI) este viernes.
Uno de los autores de la iniciativa, Jorge Baradit (Ind. FA) fue enfático en señalar luego que "más allá de una polémica, hubo una discusión que no fue zanjada, una conversación que en absoluto significa que alguien esté planteando eliminar o cuestionar el 18 de septiembre".
Según explicó Baradit, "esta es la Constitución de la República, no es raro que alguna propuesta plantee el 18 de septiembre de 1810 como fecha de inicio, pero hay un sector que plantea que no incluye a los pueblos originarios y a los territorios chilenos, que no existían como tal".
En tanto, otros convencionales que no están de acuerdo recordaron que se trata de una discusión "inicial" y remarcaron que la propuesta tiene que lograr los votos en el pleno.
"Chile tiene una historia y esa no se puede desconocer. Aquellas cuestiones que traten de hacer una reedición e intenten reescribir la historia no van a pasar los 103 votos en el pleno e insisto, se trata de una conversación preliminar en la Comisión de Preámbulo y esta es una Convención que debe mirar al futuro, no desconociendo la historia de Chile", aseveró Pedro Muñoz (Col. Socialista).
En esa misma línea, la convencional Bárbara Sepúlveda (PC) sugirió que el texto tuviera "ojalá un párrafo, máximo dos" y que represente una forma "neutra" de referirse a Chile.
"En el preámbulo hay que evitar lo máximo posible las polémicas. Sabemos que esto es además una innovación, una Constitución puede existir perfectamente sin un preámbulo, por lo tanto espero que esa comisión sí llegue a un acuerdo, ojalá unánime", dijo Sepúlveda.
El trabajo de la comisión recién partió esta semana y concluirá a fines de mayo, pero aún les resta votar las indicaciones para modificar y mejorar los textos ya aprobados y llegar a una única propuesta que sobrepase el quórum requerido en la comisión.
Para que exista ese consenso, más de una voz dentro de la comisión coincide en que no deberían utilizarse elementos de la historia del país. Por ejemplo, la constituyente Elisa Loncon (pueblo mapuche) planteó abordarlo desde "la memoria".
"La historia siempre es un objeto de interpretación y la ciudadanía sabe que hay personas, regiones y pueblos que hemos sido excluidos. Estamos instalando la pluralidad y también diferentes formas de entender la historia, entonces hay que buscar el consenso. El consenso que yo propuse es hablar desde la memoria de las mujeres, de los trabajadores, los jóvenes, de los pueblos, antes de entrar a una historia oficial", recomendó Loncon.
De cualquier forma, el texto final pasará al pleno de la Convención, que decidirá si aprobarlo o no. En ese marco hay diferentes interpretaciones sobre qué quórum requerirá para ser visado: en la comisión plantean que no se trataría de una norma constitucional, por lo que alcanzaría con mayoría. No obstante, en sectores como el Colectivo Socialista sostienen que se necesitarán 2/3 pues esa es la regla para todo lo que entra al borrador.
