Este domingo, la iniciativa ciudadana, Amarillos por Chile, manifestó su preocupación por la propuesta de nueva Constitución presentada por la Convención Constitucional, declarándose en "Alerta Roja".
En detalle, según el espacio de tendencia centro y centroizquierda -como ellos se definen- el borrador de Carta Magna "dividirá al país en vez de unirlo", calificando el texto como "un programa de gobierno de una izquierda radical más que una Constitución para todos y todas".
"Creemos que defrauda a millones de chilenos y chilenas que queríamos y queremos una nueva pero buena Constitución, no refundaciones ni experimentos que nada tienen que ver con la realidad de Chile", indicaron en un comunicado.
Amarillos por Chile ya había manifestado su preocupación por el trabajo de los convencionales en marzo pasado,
declarándose en aquella oportunidad en "Alerta Amarilla".
En la misiva compartida este domingo, el espacio liderado por Cristián Warken argumentó con ejemplos su posición.
"En el sistema de gobierno, la Convención ha optado por un presidencialismo atenuado y un bicameralismo asimétrico que no existe en ningún país". Para Amarillos por Chile esto se trata de un experimiento "que debilita los contrapesos que suelen acompañar a los sistemas presidenciales".
"Esta propuesta, sumada al hecho que desaparece el Poder Judicial como poder del Estado y se radica el poder real en un órgano unicameral como el Congreso de Diputados y Diputadas, rompe con los equilibrios entre los poderes del Estado que son propios de una democracia constitucional", agregaron.
Asimismo, la organización criticó el concepto de Plurinacionalidad y Autonomías Territoriales Indígenas: "Los países donde existe algo similar son muy distintos al nuestro. En Bolivia el 62% de la población es indígena y hay 36 pueblos reconocidos en la Constitución, mientras que en Ecuador es el 42%. En Chile menos del 12% declara pertenecer a pueblos indígenas y la gran mayoría vive integrada en grandes ciudades".
"¿No habría sido mejor un reconocimiento constitucional de los pueblos originarios o habernos declarado un Estado intercultural, por ejemplo? El proyecto, en cambio, propone autonomías territoriales indígenas que gozarán de un estatuto jurídico muy superior a las demás entidades territoriales, con potestad de autodeterminación y libre determinación. La mayoría de los chilenos no quiere una Constitución indigenista, pero sí aspira al reconocimiento de los pueblos originarios", subrayaron.
Por otro lado, la iniciativa ciudadana también criticó la propuesta de Estado Regional, argumentando que esta no establece una descentralización sino más bien un regionalismo autonómico "que nada tiene que ver con la historia del país".
"Este giro radical tiene lugar mientras el país transita desde el Estado unitario centralizado a uno descentralizado producto de las reformas constitucionales y legales de los últimos años. No queremos la fragmentación institucional del país y tampoco la proliferación de más y más instituciones, duplicidad de funciones y burocracia en el nivel regional. Podemos terminar con una institucionalidad político-administrativa que entrabe en vez de facilitar el desarrollo de las regiones".
Finalmente, Amarillos Por Chile dejó ver su inconformidad con la iniciativa de Sistemas de justicia, donde según ellos, no solo se elimina el Poder Judicial "entendido como Poder del Estado, reduciéndolo frente al Poder Ejecutivo y Poder Legislativo, sino que se cambia por sistemas de justicia, así, en plural, estableciendo sistemas jurídicos de los pueblos indígenas que coexisten en un plano de igualdad con el Sistema Nacional de Justicia".