Recuperación de fachadas y veredas, arborización de espacios y la creación de una ciclovía de 25 kilómetros son solo algunas de las mejoras que incluye el Plan Alameda-Providencia, el cual fue anunciado en 2015 por Michelle Bachelet, desechado en 2019 por Sebastián Piñera y que ahora será reimpulsado por el Presidente Gabriel Boric.
El miércoles de esta semana, el Mandatario recibió en su despacho del Palacio de La Moneda al gobernador de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, quien le solicitó su apoyo para reactivar la iniciativa, cuyos primeros pasos le tocó dirigir como intendente. Tras el encuentro, la autoridad destacó el respaldo decidido del Mandatario.
"
Lo que yo he encontrado de parte del Presidente es un apoyo rotundo y absoluto. De hecho, vamos a tener la reunión la próxima semana con todos los ministros de las carteras involucradas y el gobierno regional va a dirigir y liderar este proyecto", dijo a
Emol, junto con detallar algunos de los aspectos clave de la propuesta.
Antes de entrar en los detalles, Orrego recordó que "este es un proyecto que se hizo en el gobierno de Bachelet. Hubo un concurso internacional, se hicieron los diseños y era un proyecto muy caro, de 220 millones de dólares. Significaba hacer un corredor de transporte por el centro de la ciudad y renovar todo el eje".
"Nosotros nos reunimos con los alcaldes Maximiliano Ríos (Lo Prado), Felipe Muñoz (Estación Central), Irací Hassler (Santiago) y Evelyn Matthei (Providencia) y todos estamos de acuerdo en retomar este proyecto, pero sin el componente del eje de transporte público al medio", explicó.
Dicho cambio, aseguró, permitió "que el proyecto en su conjunto sea un tercio de lo que valía el otro o mucho menos", junto con destacar que "vamos a partir por aquellas partes que son más baratas y con todo lo que significa renovar urbanísticamente la Alameda y Av. Providencia, que está tan deteriorada".
"La próxima semana sería la primera reunión y ahí ya empezamos a ejecutar. De hecho, lo que estamos buscando son mecanismos que el Estado tiene, a través del Serviu, de nosotros mismos, de los municipios, para intervenir en algunas dimensiones lo antes posible", comentó.
A juicio del jefe regional, "la ciudad de Santiago requiere algún signo de esperanza de que no vamos a dejar abandonado el espacio público, sino que lo vamos a recuperar para la ciudadanía. Eso es lo que pretende este proyecto, recuperar el principal espacio público por el cual transitan más de 2 a 3 millones de personas todos los días".
"Ello va desde lo estético hasta lo práctico, o sea, no queremos que gente se quiebre las caderas, que puedan andar en bicicleta sin problemas, que tengamos un mejor paisajismo y por supuesto, recuperar nuestro patrimonio histórico y arquitectónico que está ahí", aseguró.
En cuanto a los plazos, Orrego indicó que las obras, que tendrían un costo de 36 mil millones de pesos, se realizaran "por lo menos en los tres años próximos, pero es probable que algunos componentes estén listos en los próximos dos años. Queremos dar la señal de que todo el eje va a estar habilitado en los próximos dos a tres años".
Rediseño de Plaza Italia
Dentro de las obras contempladas, las más complejas serán la restructuración del nudo Pajaritos, en la zona que conecta a la Alameda con la Ruta 68, y la intervención de Plaza Italia.
Según el gobernador, probablemente las obras de ambas serán las que demoren más en su ejecución, pero reconoció que "en el caso de Plaza Italia tiene una complejidad adicional, ya que no es solo un rediseño urbano, sino que también una resignificación histórico-política que hay que hacer con la comunidad".
El objetivo, comentó es que "ese lugar
deje de ser el campo de batalla que hasta el día de hoy y vuelva a ser un lugar de encuentro, de manifestaciones, pero claramente pacíficas. Yo creo que hoy día todo el mundo está de acuerdo que Plaza Italia parece un lugar abandonado, donde el Estado no está presente".
"El proyecto original ya reconocía la vocación histórica de Plaza Italia, no como una plazoleta o una rotonda, sino más bien como un lugar de reuniones y es evidente que después del 18 de octubre vamos a tener que hacerle un nuevo resignificado histórico con participación ciudadana, pero aquí tiene que haber una renovación del lugar", dijo.
Orrego recalcó que "ahí confluyen universidades, barrios emblemáticos, el parque Uruguay, el Bustamante y el Forestal. En fin, eso requiere un rediseño urbano, pero también un nuevo sentido político que permita de alguna manera pacificar ese lugar como un símbolo del nuevo Chile que todos queremos".
Cabe recordar que la iniciativa original fue generada tras la realización de un concurso internacional en el que se eligió el diseño, el cual fue adjudicado a un grupo integrado por la Oficina Lyon Bosch Arquitectos (Chile), la multinacional Idom (España) y Groundlab Landscape Urbanism (Reino Unido-China).
En total, se trataba de la recuperación de 11,3 kilómetros de extensión con una inversión de US$ 223 millones. Sin embargo, el proyecto fue suspendido en 2019 ya que "no tenía rentabilidad social", según explicó la entonces intendenta de Santiago, Karla Rubilar, quien también afirmó que no existían los recursos para ejecutarlo.