Comercio ambulante en el Metro de Santiago.
El Mercurio/Archivo
Hace casi dos semanas una escena sorprendió a los pasajeros del Metro de Santiago: los puntos de salida e ingreso a Estación Central estaban completamente despejados; se podía caminar con relativa calma y no había ni un solo grito de vendedores ambulantes.
El ejercicio, que se repitió en las estaciones
Unión Latinoamericana y Universidad de Santiago, formó parte del trabajo conjunto entre Carabineros de la 60° Comisaría de Metro y Personal de Control de Orden Público de la Zona Metropolitana; estrategia que busca avanzar en mayor fiscalización a los comerciantes ilegales y dotar de mayor seguridad a las estaciones.
La acción se cruza con lo que ocurre en la superficie, con el copamiento policial en Barrio Meiggs, proceso que busca la recuperación progresiva de tres cuadrantes, y según el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, ya se ha logrado recuperar uno.
Pero la idea es seguir con la estrategia y avanzar hacia otras estaciones de Metro que se enfrentan a esta problemática y que en varias ocasiones han dejado al personal herido y, de paso, entorpecen el tránsito de las personas y abren espacio para las faltas más recurrentes, como robo de celulares y billeteras.
"Estamos discutiendo, a propósito de esto, y en torno a una conversación que tuvimos con los representantes de Metro, extender esta intervención a las estaciones de Metro; hay más de cien, y algunas están muy críticas en materia de seguridad vinculado al comercio ilícito, y queremos brindarle seguridad a los más de dos millones de chilenos que lo usan diariamente", afirmó ayer Monsalve en conversación con Radio Infinita.
Las estaciones "críticas"
Desde Metro de Santiago, detallaron a Emol cuáles son las cinco estaciones -y sus respectivas combinaciones- que se han visto más afectadas por el problema del comercio ambulante: Estación Central (Línea 1); La Cisterna (Líneas 2 y 4A); Plaza de Armas (Línea 5); Vicente Valdés (Línea 4); y Tobalaba (Líneas 1 y 4).
Desde la empresa recalcan que "la comercialización informal de productos al interior de trenes y estaciones son actividades que no están permitidas en la red de Metro", Sin embargo, reconocen que este "es un problema que afecta a toda la ciudad".
Por eso, Metro ha iniciado una serie de estrategias para hacerse cargo del problema de manera integral, apoyándose en personal de Carabineros que está de manera permanente en su centro de control, pero también con su propio personal, quienes realizan controles programados en distintos puntos de la red.
Así, a la estrategia de "recuperación de espacios" en Estación Central, Unión Latinoamericana y Universidad de Santiago, se suma la participación de Metro en distintas mesas de trabajo que buscan abordar el tema, las que incluyen al Gobierno Regional, municipios, fiscalías y policías.
"Adicionalmente, de manera interna coordinamos una mesa de seguridad con los trabajadores para de manera conjunta revisar nuestros procedimientos y generar mejoras que vayan en pro de la seguridad de nuestros trabajadores y de nuestros pasajeros", remarcaron.
Los puntos "atractivos" para el comercio ambulante
Hay dos elementos clave que se conjugan para que determinadas estaciones tengan un problema más crítico de comercio ambulante: la afluencia de personas en superficie y la proximidad a centros comerciales establecidos o a zonas intermodales.
Así, lo plantea Iván Poduje, arquitecto y director de Atisba Monitor, quien sostiene que Estación Central, Plaza de Armas, Tobalaba y La Cisterna "están dentro de las diez estaciones con más afluencia de la red, y eso atrae al comercio ambulante; persiguen al hormiguero, donde está la gente. Es un fenómeno muy alineado con la demanda de las personas".
"Estación Central, Plaza de Armas, Tobalaba y La Cisterna están dentro de las diez estaciones con más afluencia de la red, y eso atrae al comercio ambulante; persiguen al hormiguero, donde está la gente. Es un fenómeno muy alineado con la demanda de las personas".
Iván Poduje, arquitecto
En el caso de
Estación Central, recuerda que el problema se arrastra hace décadas, "y estaba concentrado en lo que antiguamente era el sector de Chuchunco, que era área contigua a la estación de trenes, lo que presentó una migración hacia Meiggs y San Alfonso. Se trata de un sector con gran presencia de comercio ambulante que, ciertamente, se rebalsa hacia la estación".
En el caso de La Cisterna, el punto crítico está dado por la intermodal de buses que además cuenta con un centro comercial con gran afluencia de público. "Esta estación tiene combinación con todos los buses de la zona sur y con la línea que va por Américo Vespucio, por lo tanto tienes algo muy parecido a Estación Central", recalca.
Plaza de Armas, comenta, es casi un punto obvio de rebalse hacia las estaciones. Se trata de un punto intermedio entre los paseos Puente y Ahumada, los que "ya están desbordados en comercio ambulante en la superficie, además de una densidad poblacional muy alta en el entorno".
Un escenario similar se puede observar en Tobalaba, donde el punto caliente se concentra justamente por Luis Thayer Ojeda, que conduce hacia el Costanera Center, por lo tanto, "es lógico que la afluencia poblacional de las personas que viajan desde las Líneas 1 y 4 resulten atractivas para el comercio ambulante", explica.
Por último, Poduje plantea que lo que ocurre en Vicente Valdés es un fenómeno "anómalo", puesto que ocupa el lugar 25° en la afluencia de pasajeros de Metro, sumado a que "está alejado de los hormigueros del comercio informal que están más cerca del paradero 14 de La Florida, lo que podría tener algún tipo de repercusión".
