Durante la jornada de ayer, la Brigada de Homicidios de Osorno de la Policía de Investigaciones (PDI) reveló un caso que no dejó a nadie indiferente: Un hombre de 65 años confesó haber asesinado a su esposa en 1998.
La denuncia fue realizada por su propia hija, quien tras escuchar la confesión de su padre se dirigió a dependencias de la policía, lo que permitió, tras una serie de diligencias, dar con osamentas que se presume corresponderían a su madre.
En ese contexto, el jefe de la Brigada de Homicidios de Osorno, subprefecto Rodrigo Quiroz, entregó detalles del caso, revelando que el hombre habría confesado el crimen -cometido hace 24 años- motivado por un deteriorado estado de salud y por el remordimiento.
"Con fecha 5 de junio del año en curso, se acerca a dependencias de esta Brigada de Homicidios una mujer adulta, quien señala que su padre, un hombre de 65 años, quien por lo demás se encuentra en un delicado estado de salud, le confiesa haber asesinado a su madre, en este caso la esposa del victimario, en el año 1998", relató Quiroz al respecto.
Añadiendo que el hombre, en una entrevista con la polícia, informó el punto específico en el que enterró a su mujer, quien al momento de su muerte tenía 31 años: Las caballerizas de un club deportivo ubicado a las afueras de la ciudad de Osorno donde él trabajaba.
"Tras recibir esta denuncia se activa un amplio operativo en forma conjunta con el Ministerio Público, logrando de esta forma llegar a un predio rural, en un recinto privado, donde se realiza una excavación, por parte de detectives de esta brigada, en la cual finalmente se da con el hallazgo de osamentas humanas, las cuales presumiblemente podrían corresponder a esta mujer, a la espera aún de los resultados de ADN de rigor", agregó.
En ese sentido, el subprefecto relató que tras la desaparición de su mujer, el hombre aseguró a sus hijos que su madre los había abandonado.
"El sujeto siempre manifestó que la mujer se había ido en forma voluntaria del hogar, no obstante sus hijas siempre mantuvieron las dudas al respecto", sostuvo.
Por otra parte, el jefe de la Brigada de Homicidios también entregó detalles que complicarán la resolución del caso y es que al haber ocurrido durante 1998, cuando aún regía el antiguo sistema penal, los antecedentes debieron ser remitidos al Tribunal del Crimen de Osorno.
Además, recordó que al ya haber transcurrido 24 años de los hechos, el delito estaría prescrito.
Con todo, Quiróz agregó que la identidad de las osamentas aún no ha sido confirmada y se está a la espera de lo que pueda el Servicio Médico Legal.