Si el pleno de la Convención aprueba el protocolo del evento este martes, casi 600 personas asistirían al cierre y entrega del borrador de Constitución del próximo 4 de julio, pero entre los invitados, ningún ex Presidente.
Así se definió en una reunión de la mesa directiva del órgano constituyente la semana pasada, tras lo cual el vicepresidente Gaspar Domínguez afirmó que por razones de "aforo" ninguno de los ex Mandatarios concurrirá a la ceremonia.
Lo que generó incomodidad en varios colectivos y en algunos integrantes de la mesa fue el argumento que se dio para tomar la decisión. "El vicepresidente Gaspar Domínguez tiene una obsesión por mentir o por creer que los chilenos son idiotas", tuiteó la convencional Marcela Cubillos (Ind. UDI) el lunes. El constituyente Fernando Atria (FA), en tanto, aseveró que "la razón dada
tampoco es muy plausible, dado que no estamos hablando de un aforo de cinco".
Durante la reunión de la mesa del viernes pasado, el tema tampoco se discutió en profundidad. La propuesta de Domínguez era una nómina completa, que se revisó punto por punto, y sobre la base de la que se decidió priorizar a las autoridades actuales de los poderes constituidos.
La razón del aforo era cierta, pero la elección de los cupos que se llenarían respondió a criterios también políticos, entre los que se consideró "dar una señal" a las autoridades de órganos que cobran relevancia en el borrador.
No obstante, hacia el final de la reunión y después de haber votado la propuesta, la vicepresidenta Bárbara Sepúlveda (PC) preguntó sobre la invitación a los ex Mandatarios, y solicitó reabrir el debate. Sepúlveda y el vicepresidente Luis Jiménez (pueblo aymara) estuvieron de acuerdo con el punto, pero no así el resto de los integrantes de la testera. Así se zanjó la definición, y luego Domínguez en un punto de prensa aseguró que se trató de temas de "aforo".
"La priorización responde a la representación de quienes están hoy en los poderes constituidos y teníamos que privilegiar que venga el presidente de la Corte Suprema, del Banco Central y ese tipo de instituciones. Ese ha sido el criterio para enviar las invitaciones", explicó este lunes el vicepresidente adjunto Tomás Laibe (Col. Socialista).
El factor Piñera
Sin embargo, detrás de esa decisión de no abrir el debate en la reunión estaba, primero, el que se habría necesitado volver sobre un acuerdo ya cerrado.
Pero para algunos también primó la consideración del "ruido" que podría generar en la ceremonia la presencia de figuras como la del ex Presidente Sebastián Piñera, y el hecho de que probablemente no todos los cuatro podrían estar presentes ese día.
"Me hubiese gustado que los expresidentes estuvieran en la ceremonia, pero también entiendo que hay consideraciones en términos de aforo y políticas relativas al impacto que puede producir la concurrencia por ejemplo del ex Presidente Piñera a este lugar y puede significar un momento complejo para la Convención por toda
la resistencia que eso genera en algunos convencionales y colectivos", aclaró Laibe.
Para varios de los convencionales que estuvieron en la reunión, la imagen era clara: podía darse una repetición del 4 de julio pasado, cuando se inauguró el proceso con algunos convencionales de la izquierda gritando consignas e interrumpiendo el evento.
"Esas consideraciones la mesa las tuvo y se tomó una decisión consensuada y que tenía por delante el que tengamos una buena ceremonia, republicana, solemne y represente los valores que la ciudadanía espera de la finalización de este proceso", agregó Laibe.
La relación de la Convención con los ex Presidentes
Además de los resquemores que podrían generar entre colectivos o convencionales del órgano, desde la Convención han criticado múltiples veces la figura del ex Mandatario y su gestión, sobre todo con relación al proceso constituyente y a la instalación del órgano, pero también con respecto a su rol durante el estallido social.
Este de hecho es el segundo
impasse directo entre la Convención y Piñera: el primero ocurrió a principios de este año, cuando Segpres envió un oficio a la mesa directiva poniéndose a disposición para gestionar una reunión entre la testera y el entonces Mandatario, pero la presidenta María Elisa Quinteros aseguró que tenían un
"cronograma muy apretado" y que "en caso de que la mesa directiva decida que es urgente o es necesaria una reunión de trabajo con el Presidente, lo solicitaremos".
Con la ex Presidenta Michelle Bachelet, que de hecho regresaría a pocos días del Plebiscito de salida, la situación ha sido distinta. Bachelet apoyó directamente el proceso constituyente en diversas declaraciones desde su rol como Alta Comisionada de los Derechos Humanos de la ONU, e incluso asistió presencialmente a la sede del ex Congreso Nacional, donde expuso ante la Comisión de Sistema Político. Recientemente aseveró estar por el Apruebo.
En tanto, el ex Mandatario Ricardo Lagos también tiene una relación más fluida con el organismo: mantiene conversaciones más frecuentes con algunos constituyentes relacionados a la ex Concertación, y también expuso ante la Comisión de Sistema Político, aunque de forma remota. Hace un par de meses envió una carta al órgano defendiendo que en los últimos 30 años existieron progresos.
El ex jefe de Estado más alejado públicamente del proceso ha sido Eduardo Frei Ruiz-Tagle, que fue invitado a la comisión, pero se excusó por problemas de agenda en ese momento.