Una serie de dudas abrieron las declaraciones del ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, respecto a la extensión y adelanto del receso escolar. Esto, porque según la autoridad educativa, dicho periodo adicional "no son vacaciones", puesto que no habrá mayor impacto en la disminución de la transmisión de virus invernales si los niños y niñas no permanecen en sus hogares.
En las declaraciones, concedidas a El Mercurio, el ministro pidió a las familias que "comprendan la urgencia de esta medida" y que mantengan "dentro de lo posible" a los hijos en las casas, "para que así se cumpla con el objetivo de reducir la circulación viral".
Desde la cartera de Salud -que ha salido de forma permanente a explicar la medida desde su anuncio el martes pasado- han hecho énfasis en que se mantiene la promesa de que los colegios serán "los primeros en abrir y últimos en cerrar", y que, preocupados por la salud mental, esta medida se dio en un contexto "excepcional", ante la saturación de camas críticas pediátricas.
De hecho, el subsecretario de redes Asistenciales, Fernando Araos, aseguró ayer en conversación con Tele13 Radio que el tema se venía conversando "hace semanas" con la cartera de Educación, descartando la teoría de una acción improvisada. Pero para algunas voces no concuerda que el Minsal haya asegurado que los colegios públicos permanecerían abiertos durante la semana extra, e incluso se determinara que esos días se pudieran realizar actividades extraprogramáticas.
Apoderados y académicos piden "clarificar" medida
"Más declaraciones del ministro (Ávila) van a generar más confusión", afirma tajante Daniel Rodríguez, director ejecutivo de Acción Educar, organización sin fines de lucro y centro de estudios sobre educación.
A su juicio, lo que se espera de la autoridad "son acciones y resoluciones que transmitan claridad a las comunidades educativas y las familias", y agrega que, incluso, "de momento no se conoce ni siquiera el respaldo legal de este anuncio".
Misma opinión tiene
Valentina Rebolledo, vocera de la agrupación Escuelas Abiertas, quien también cree que "la comunicación de parte del Mineduc y Minsal ha sido confusa. Se anunció la medida como un adelanto de las vacaciones pero ahora se explica que 'no son vacaciones'".
A su juicio, finalmente "estamos hablando de una cuarentena para niños sanos en edad escolar y de jardines infantiles de todo el país, donde los problemas del sistema de salud, y de no prever con tiempo y planificar el anunciado aumento de virus respiratorios, se le cargan a los niños, niñas y adolescentes, a las comunidades educativas, a los padres y especialmente a las madres".
La vocera también critica que los adultos puedan continuar con "su vida normal y cada vez menos restricciones, salvo los niños que tienen a cargo", puesto que los colegios cierran pero otras actividades permanecen abiertas. Por eso, tilda la medida de "discriminatoria y nociva, que solo profundiza la crisis educacional y social que estamos viviendo".
Desde la academia también plantean las dudas que se abren para la continuidad del trabajo tanto de los propios niños como de los profesores en esos cinco días extra.
Segundo Sepúlveda, director de la Escuela de Educación Básica de la Universidad Católica Silva Henríquez, afirma que si la medida tiene el foco del cuidado y protección de los niños "es pertinente", pero advierte que existan "certezas" respecto a lo que se espera de esta decisión y qué actividades se van a favorecer.
Por eso, el académico plantea que es importante que el Mineduc aclare "si la escuela va a estar disponible o no, no sólo por los niños, sino que también por los profesores, quienes ponen mucha dedicación en su trabajo, y seria bueno que ellos pudieran estar preparados para estas actividades".
Lo anterior, en atención a que la escuela también opera como un lugar "de cuidado y protección para los niños", puesto que las familias también ven "un cambio abrupto y que genera problemas en su agenda", recalcó.
