Vida diaria en pandemia (imagen referencial).
LUN / Archivo.
El levantamiento de restricciones asociadas a la pandemia coincidió con una disminución en la proporción de sospecha de problemas de salud mental de los chilenos, no obstante, los niveles siguen sin ser óptimos y se mantienen altos los niveles de preocupación ligada a las incertidumbres económicas y políticas y a la delincuencia.
Así lo concluye la quinta versión del estudio "Termómetro de la Salud Mental en Chile" elaborado por la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) y el Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales de la Universidad Católica, que consideró -mediante entrevistas telefónicas- a una muestra representativa de aproximadamente 3.600 personas mayores de 18 años, durante el mes de mayo de 2022.
Así, el 21,1% de los encuestados exhibió probable presencia o sospecha de problemas de salud mental, el número más bajo desde que el estudio se creó, en julio de 2020. En esa línea, Paulina Calfucoy, gerenta de asuntos corporativos de la ACHS afirmó que "en esta quinta versión podemos ver que casi todos los parámetros mejoran y empiezan a acercarse al estado previo a la pandemia, pero siguen siendo cifras preocupantes y varios factores muestran que los problemas de salud mental son independientes de la pandemia".
Menos miedo a contagiarse y más preocupación por delincuencia
Al momento de analizar los temas que más estresan a las personas, hubo cambios respecto de 2021. La caída más grande la registró el "miedo a contagiarse de covid-19", llegando a un 25% (en comparación al 61,7% de abril de 2021 y 43,5% en agosto), siendo el factor menos estresante de los consultados.
70% de los encuestados manifiestan temor a ser víctima de la delincuencia
Subieron respecto de agosto de 2021, en cambio, la preocupación por la
situación económica (54,4% vs 49,6%) y el temor a ser
víctima de la delincuencia (70% vs 63,8%).
Esta nueva versión del estudio también preguntó por un nuevo factor de estrés: los cambios socio-políticos del país. El resultado fue contundente, puesto que el 59,5% lo situó como un factor de alto estrés, siendo el segundo de mayor preponderancia en esta medición.
Otro dato llamativo fue el aumento en el porcentaje de personas que ha consultado con algún profesional de la salud desde el inicio de la pandemia, a raíz de problemas emocionales o de salud mental.
Si en agosto de 2021 un 16,7% respondió que lo había hecho al menos una vez, en mayo de este año la cifra subió más del doble, a un 34,1%. La mayoría de la gente que consultó indicó estar afiliada a una Isapre (43,1%) mientras que cerca de un tercio a Fonasa (31,1%).
Baja malestar psicológico y depresión, pero aumenta la ansiedad
De acuerdo con la información entregada por los encuestados, los problemas de salud mental y la depresión disminuyeron en 2,5 puntos porcentuales respecto de agosto de 2021.
Asimismo, la proporción de personas que dijo sentirse "peor" o "mucho peor" que antes de la pandemia, cayó en 8 puntos en comparación con la última medición. Sin embargo, hubo factores que no sólo no mostraron mejorías, sino que empeoraron.
Por ejemplo, el
nivel de soledad se mantuvo en 21% y ha sido uno de los temas que no ha presentado cambios sustanciales durante todas las ediciones del estudio. La cifra fue impulsada por las
mujeres, que incluso tuvieron una subida respecto de la última medición (26% en mayo de 2022 vs 22,9% en agosto de 2021). Esta brecha entre ambos géneros se dio en todos los elementos estudiados y también ha sido una constante en esta encuesta.
El único problema que aumentó desde la última medición fueron los niveles de ansiedad (que se incrementaron en 2,5 puntos porcentuales, de un 25% a un 27,5%). Las mujeres también cargaron con la subida, al tener un incremento de 6 puntos en relación con el año pasado. Además, la ansiedad fue el componente más problemático para personas con enfermedades crónicas, deuda o con precariedad laboral.
Según Daniela Campos, jefa de riesgos psicosociales de la ACHS, estas cifras se podrían explicar debido "a los momentos de incertidumbre al que nos hemos visto enfrentados, que aumentan la sensación de vulnerabilidad; las rutinas alteradas, la inseguridad laboral, sobrecarga de trabajo, adaptarse a nuevas formas de vivir y trabajar. A lo que debemos sumar los cambios actuales en el país, las crisis sociales y lo que sucede a nivel mundial".
Al analizar la prevalencia de problemas de salud mental a lo largo del país se identifican leves cambios en relación con la versión anterior del estudio. La zona norte fue la menor con un 17% mientras que las zonas centro, sur y Metropolitana tienen niveles similares, entre 21 y 22%. La Región Metropolitana es la que tuvo la mayor caída respecto de mayo de 2021 (una baja de 5 puntos porcentuales).
Salud y trabajo
De la quinta ronda del Termómetro de Salud Mental se desprende que contar con trabajo es un elemento protector, ya que quienes están desempleados o bien se encuentran inactivos (voluntariamente fuera de la fuerza de trabajo) presentan peores indicadores de salud mental que quienes tienen un empleo.
Por ejemplo, entre las personas ocupadas la prevalencia de trastornos de ánimo (22%), síntomas de depresión (15%), ansiedad (25%) e insomnio (11%) es inferior a la que se observa entre las inactivas con prevalencias de 29%; 21%; 33%; y 18%, respectivamente).
Otro elemento que reveló esta nueva medición fue que quienes dicen tener problemas físicos de base y una mala autopercepción de salud en general, padecen de más trastornos del ánimo.
"Estos antecedentes dan cuenta de la vital importancia que tiene el cuidado integral de la salud, tanto física como mental. Creemos que existe una gran oportunidad para que los empleadores puedan apoyar a las y los trabajadores, actuando en conjunto con su Mutualidad para prevenir y reducir la exposición a riesgos psicosociales", concluyó Paulina Calfucoy.