En sus últimas intervenciones, transversalmente, los convencionales agradecieron a la secretaría de la Convención, un grupo de abogados secretarios —principalmente funcionarios del Congreso— que acompañó el proceso y que serán los últimos en dejarlo, pues seguirán con labores administrativas hasta el 31 de agosto.
El equipo estos días trabaja en las últimas revisiones, con la tranquilidad de haber cumplido su tarea y agradecidos de "haber tenido la oportunidad de participar en un proceso histórico en el país", afirma a "El Mercurio" John Smok, secretario de la Convención y quien encabeza la cuadrilla de abogados.
Al terminar el último pleno el martes, varios convencionales y asesores se acercaron a él y al resto del equipo a agradecerles y tomarse fotos. Christian Viera (Frente Amplio), por ejemplo, cruzó el hemiciclo para abrazar a la abogada Constanza Toro, con quien compartió en la comisión de Sistemas de justicia.
Igualmente la abogada Daniela Abarzúa se ganó el respeto de escaños reservados. Si bien al inicio algunos pidieron su renuncia de la comisión de Derechos de los pueblos indígenas, terminó siendo invitada a ceremonias de los pueblos.
"Don Yon", como lo llaman los convencionales, admite que hubo momentos difíciles: "Sin duda, la fase de instalación fue la más compleja. Pudimos salir adelante gracias al apoyo permanente del secretario general de la Cámara de Diputados, Miguel Landeros, y al entonces presidente de esa Cámara, Diego Paulsen, quienes siempre estuvieron pendientes y dispuestos a contribuir con los recursos humanos y materiales que les fueron solicitados, como también lo estuvieron las autoridades del Senado y de la Biblioteca del Congreso Nacional".
Sobre la labor del equipo, Smok cuenta que "lo principal ha sido otorgar soporte profesional y técnico, sobre todo enfocado en procedimientos de trabajo, en las fases de deliberación y votación tanto en comisiones como en el pleno; es decir, durante toda la fase de producción de normas, velando por que se respeten las normas procedimentales que la propia Convención se otorgó, en cuya gestación la secretaría también colaboró. Algo que han valorado los convencionales es que el aporte de la secretaría fue fundamental para encausar el proceso y permitir el funcionamiento de las distintas unidades de la Convención. Y todo lo anterior mediante una actuación absolutamente neutral, que siempre dio garantías de imparcialidad a todos los sectores".
Es precisamente uno de los puntos que destaca el vicepresidente de la Convención, Gaspar Domínguez (INN): "Una de las mayores virtudes es que siempre estuvieron dispuestos a ayudar, a entregar información técnica y a apoyar el proceso sin manifestar una posición política”. Concuerda Roberto Celedón (Chile Digno), quien afirma que el “que los convencionales nunca hayan preguntado por el sector político de los abogados es porque se ganaron la confianza en la misión que tenían”, y también Angélica Tepper: “Sin su trabajo esto no hubiera salido adelante, y no hubiéramos podido sacar esto a tiempo".
Los secretarios
también debieron desplegar su paciencia, especialmente en las desordenadas primeras sesiones, y su creatividad. En Armonización, por ejemplo, el abogado Rodrigo Pineda propuso que cada inciso tuviera un número identificador para hacerles seguimiento.
Para algunos abogados, dicen, la experiencia fue como "haber ido al Mundial".
