Desde afuera, la ciudadanía sólo pudo ver las transmisiones oficiales de la Convención Constitucional, las publicaciones de los convencionales, los registros de los medios de comunicación y las grabaciones de los plenos y de las comisiones del proceso constituyente que termina este lunes.
Pero hubo mucho más. Entre la redacción y aprobación de normas, los viajes a regiones, los recesos y las semanas distritales, cientos de historias se fueron entretejiendo en los pasillos y jardines del ex Congreso Nacional, donde funcionó por un año el órgano constituyente.
En ese marco, Emol recogió cinco de los episodios más desconocidos del año en que se construyó el borrador de nueva Carta Magna.
La historia del documentalista portugués
La Convención Constitucional captó el interés de medios de comunicación de todo el mundo: por el edificio del ex Congreso Nacional pasaron en un año periodistas de Al Jazeera, The Guardian, Reuters, The New York Times, The Economist, Agence France-Presse, prensa alemana, agencias chinas, y más.
Incluso fue foco para el trabajo de distintos periodistas independientes, y de uno que es especialmente recordado por los funcionarios que trabajan en el órgano constituyente, cuya historia llegó incluso a una reunión de la mesa directiva.
En el acuerdo de los miembros de la testera del 3 de junio se lee lo siguiente: "denegar la solicitud del señor
David Leal Do Nascimento para ingresar a las instalaciones de la Convención Constitucional con el fin de hacer registros para su documental".
La historia de David Leal Do Nascimento partió en noviembre del año pasado, cuando se identificó ante la Segpres como un documentalista portugués, independiente, con intención de grabar el proceso constituyente.
Lo hizo: durante varios meses se lo vio en los jardines entrevistando a convencionales, como Alejandra Pérez, Marcos Barraza, Pedro Muñoz o Nicolás Núñez; trabajando en el ex Congreso en días de semana e incluso sábados y domingos, cuando registraba ingresos muy temprano o salidas muy tarde.
Pero a fines de marzo, personal de seguridad del ex Congreso encontró sus pertenencias -su pasaporte, ropa, calzado- en zonas del Senado que no están permitidas para el acceso de la prensa. Según describe una de las funcionarias que vio la escena, "había papeles pegados en las paredes, tenía como una oficina".
En ese marco, Segpres le quitó la credencial que se le había dado originalmente y se le prohibió el acceso. Do Nascimento incluso envió una misiva a la mesa directiva pidiendo nuevamente que se le permita pasar, pero la testera se lo negó. En ese minuto, desde Segpres transmitieron que, por los antecedentes del caso, no se podía garantizar que el documentalista no intentara traspasar nuevamente los límites establecidos.
Contactado por Emol, David Leal Do Nascimento cuenta que la decisión de quedarse en el Senado, específicamente en una zona contigua al Congreso Futuro, la tomó a partir de una recomendación que supuestamente le hicieron funcionarios de la Convención.
"Me dicen que debería quedarme ahí como tantas otras entidades lo hacían, ejemplo Mic TV. El consejo venía de Juan Veglia, alguien que sentí que me estaba ayudando. Al mismo tiempo surge una nueva entidad interesada en las entrevistas, la Biblioteca del Congreso, específicamente Roxana. Ambos me aconsejan que busque un espacio dentro del edificio y lo ocupe para tener una oficina", dice.
"Encontré un corredor al lado de las oficinas del Congreso Futuro, en la parte del Senado, lo arreglo y ordeno, y desocupo las mesas que ahí estaban, para poder trabajar ahí. Termino y llevo ahí a Juan Veglia, y Roxana, que me dicen que está muy bien. Recuerdo que Juan Veglia hace el chiste de que ahora podría dormir ahí".
En conversación con este medio, Veglia, que es jefe de Protocolo de la Convención, aclara que "yo no soy funcionario del Senado y jamás me tomaría la atribución de utilizar un espacio de esa corporación".
Según relata Veglia, la escena en que Do Nascimento les mostró su "oficina" es real. "Lo felicitamos porque pensamos que había resuelto su situación de buena forma. Posteriormente, cuando fue desalojado, el Jefe de Administración del Senado me informó que él había dicho que yo lo habría autorizado, lo que desmentí".
"David do Nascimento es un muy mal representante de su trabajo. Sus entrevistas son buenas, pero no cumple las reglas ni respeta a las personas", concluye el funcionario.
En tanto, "Roxana", que es en realidad Roxana Donoso, directora de Gestión Documental de la Convención en comisión de servicio desde la CMF, responde a Emol que "mi contacto fue a través de Juan Veglia, un día que estaba mostrándome su trabajo y me mostró la planificación y estructura que tenía, lo que me pareció muy bueno, por lo que le recomendé presentarlo al director adjunto de la Biblioteca del Congreso.
"Fue una conversación distendida y cuando nos contó que estaba en el Senado, le comenté que me parecía un símil a Bartleby, el personaje de Hermann Melville. Posteriormente nos mostró a Juan y a mí donde estaba, pero jamás pensé que estaba ocupando el espacio sin autorización", asevera.
Do Nascimento conoce rumores de que él estaba durmiendo ahí, pero los desmiente. "He decidido no volver a entrar en ese espacio, por menos hasta que me inviten. Cambié el sitio de las entrevistas para el Palacio Pereira, estuve entrevistando ahí desde entonces, con mucho menos periodicidad, y sin tener ningún problema con nadie", concluye.
El episodio con la prensa que selló la derrota de Dorador
Sólo seis votos le faltaron a la científica Cristina Dorador para llegar a ser presidenta de la Convención Constitucional, el 4 de enero de este año. Tras ocho votaciones y pasadas las 2 de la mañana del día siguiente, la constituyente depuso su candidatura afirmando que su nombre evidentemente "no generaba consenso".
Lo que incomodaba a los constituyentes de izquierda y centroizquierda que nunca quisieron escribir su nombre en la papeleta era que a Dorador se la tildaba de "intransigente". Pero un episodio adicional marcó la noche y terminó por definir, para varios, que ella no llegara a la testera.
A las 21:10 del 4 de enero, un correo de una periodista de un medio de comunicación que llegó a la casilla de la entonces directora de comunicaciones de la Convención, Lorena Penjean, y a otros funcionarios de comunicaciones. En el correo se formalizó una queja por
"malos tratos de asesores" durante la jornada de cobertura.
Un par de horas antes, una reunión de negociación de Movimientos Sociales Constituyentes con convencionales de otros colectivos en los jardines del ex Congreso terminó con un altercado entre un asesor de Dorador y otros periodistas que estaban intentando tomar imágenes del momento.
Esto fue impedido físicamente por el asesor de la científica, que actuó de barrera humana para tapar la escena y de hecho se puso a grabar a los periodistas que estaban intentando captar el momento de la negociación. Su argumento y el de otros asesores que lo acompañaron fue que los convencionales habían pedido "protección" y que no se podía exigir el mismo estándar de cobertura en este proceso porque "las cosas no funcionan como en otras instituciones".
La queja llegó a oídos de Penjean, que conversó con la misma Dorador, lo que luego derivó en que la aspirante a presidenta llegara a la carpa de prensa a pedir disculpas por lo sucedido.
El episodio también fue conocido por los demás colectivos y, según transmite hoy un socialista, "fue la excusa suficiente para algo que era evidente: había muchos colectivos que no estábamos disponibles para que fuera Cristina, porque desconfiábamos del trato que pudiera tener con todos".
El apretón de manos entre la machi Linconao y Fernando Atria
El 4 de mayo pasado, la Convención Constitucional votaba por última vez las normas correspondientes al capítulo de derechos fundamentales, y entre los colectivos de izquierda y centroizquierda rondaban varias preocupaciones.
Una de ellas, prioritaria para sectores como el Colectivo Socialista y Frente Amplio, era que se visaran finalmente los incisos centrales del artículo sobre expropiación, que establecía el "justo precio" en el pago de lo expropiado y la obligación del Estado del "pago previo" a la acción.
Para el sector de los escaños reservados y otros constituyentes de izquierda, la norma prioritaria era la del derecho a las tierras y territorios indígenas, que ya había tensionado al máximo la relación entre los mismos pueblos originarios porque la propuesta que se impuso, de Isabella Mamani (aymara), era tachada como "conservadora".
Con Vamos por Chile determinado a no votar a favor del artículo propuesto sobre expropiación, y sabiendo que una parte de la Coordinadora Plurinacional -que integra a ex Lista del Pueblo y los escaños reservados más radicales- tampoco querían aprobar por considerar que el Estado argumentaría en el futuro no tener los recursos para el pago previo, la norma estaba a punto de caerse, lo que habría implicado dejar vacío el detalle de la forma de expropiar.
Ante toda esa situación, el destino de esa norma y de las tierras indígenas quedaron indefectiblemente ligados. El cálculo era así: si el Colectivo Socialista y el Frente Amplio votaban a favor de la norma de tierras indígenas, los escaños reservados y parte de la Coordinadora Plurinacional votarían a favor de la norma de expropiación, y viceversa.
La situación se forzó sobre todo por parte del Colectivo Socialista, que integra a convencionales que no estaban convencidos con la norma sobre tierras, y que pusieron como condición la aprobación de la expropiación para dar su apoyo.
Quienes conocieron las conversaciones señalan que el rol protagónico en la negociación de ambas normas fue Giovanna Grandón, constituyente conocida como la "Tía Pikachu" de la Coordinadora Plurinacional, que en ese momento tenía una pierna enyesada por un accidente doméstico, y a quien se la vio corriendo entre pisos del Senado -donde están las salas de los colectivos- llevando de lado a lado a constituyentes relevantes de cada sector para las conversaciones.
Uno de esos intercambios zanjó la suerte de ambos artículos: en los pilares de ingreso al edificio del ex Congreso Nacional, y según relatan dos constituyentes que vieron la escena, el convencional Fernando Atria se dio un apretón de manos con la machi Francisca Linconao, como forma de comprometer el apoyo de ambos sectores para los incisos en discusión. Ambas normas se aprobaron entre aplausos.
El grupo del Four Points y otras amistades
Una decisión administrativa logró forjar una amistad entre convencionales de Renovación Nacional, Movimientos Sociales Constituyentes, Frente Amplio, UDI y Colectivo Socialista: Segpres designó el hotel Four Points como el alojamiento de un grupo de constituyentes durante las primeras semanas del proceso, lo que generó que Álvaro Jofré (RN), Cristina Dorador (MSC), Jaime Bassa (FA), Roberto Vega(RN), Paulina Veloso (RN), Angélica Tepper (Ind. RN), Cecilia Ubilla (Ind. UDI), y otros, se vieran a diario.
Más tarde llegó el pago de asignaciones a cada uno de ellos, lo que implicó que todos debían pagar por su cuenta el alojamiento y otros gastos. En ese marco, la convencional Angélica Tepper logró una tarifa preferencial para el grupo, lo que les permitió seguir alojándose ahí.
En todos estos meses, esos convencionales han compartido desayunos, cenas y hasta cumpleaños en el Four Points. Celebraron el de Vega y el de Dorador, entre otros. De hecho, según comenta Vega, aún está congelada en el hotel la torta de la celebración de Cecilia Ubilla, que no llegó a su propia fiesta.
Hasta ahora, a un día de la disolución del órgano constituyente, existe un chat llamado "Four Points", con 15 integrantes, que se usó para compartir información sobre el menú del hotel o para pedirse, entre convencionales, recoger objetos olvidados en el alojamiento.
Otras amistades que nacieron al alero de la Convención: Alejandra Pérez, de la ex Lista del Pueblo, y Manuel José Ossandón, de RN, fueron compañeros de la Comisión de Participación y Consulta Indígena y desde ahí tienen buena relación. Lo mismo con Rocío Cantuarias (Chile Libre) y César Valenzuela (Col. Socialista), que participaron de las tres mismas comisiones durante todo el año y, pese a las duras discusiones en las sesiones, se guardan cariño "recíproco".
La ceremonia del solsticio de verano
Los jardines del ex Congreso Nacional fueron escenario de múltiples ceremonias y ritos de constituyentes y asesores, a lo largo de todo el año que duró el proceso constituyente. El 21 de diciembre pasado, el grupo de sahumadoras que encabeza la asesora de la constituyente Elsa Labraña, Patricia Núñez -conocida como “Patricia Dedos Verdes"-, desarrollaron una ceremonia para recibir el solsticio de verano, en la que participaron otros asesores, convencionales y funcionarios.
Dicha ceremonia contó con distintos bailes y un despliegue de rosas por el pasto frente a los pilares del Senado. Más tarde, según recuerdan quienes presenciaron la situación, se inició una “procesión" con un grupo más pequeño de asistentes hacia un sector de los jardines del ex Congreso más apartado, también sobre la calle Catedral, casi en la esquina de Bandera.
Allí, los presentes recuerdan que se hizo un acto más pequeño y privado para homenajear a un asesor de los ecoconstituyentes y de Independientes por la nueva Constitución que falleció ese mismo año. Entre quienes asistieron a esa segunda instancia se cuenta al secretario de la Convención, John Smok -que conocía al asesor- funcionarios, las sahumadoras, familiares del homenajeado, la convencional Labraña, y otros asesores.
En ese evento se pronunciaron distintos discursos en homenaje, y como acto simbólico se plantó, a un costado del jardín,
dos romeros y un jazmín. Tres de las personas que estuvieron al tanto del acto confirmaron que, sin el conocimiento de todos los demás, se incluyó también en la tierra de las plantas parte de las cenizas del asesor conmemorado.
El permiso para la ceremonia fue pedido por correo el 15 de diciembre por la convencional de la ex Lista del Pueblo, Elsa Labraña, a la mesa dirigida por Elisa Loncon y Jaime Bassa, lo que fue autorizado al día siguiente por dichas autoridades. En el correo sólo se solicitó el espacio para celebrar el solsticio de verano y homenajear al asesor, de 13:30 a 15:00.
La directora de la Secretaría de Comunicaciones de la Convención, Margarita Cereceda, explica a este medio que eso es todo lo que autorizó la directiva.
La gestión para plantar los arbustos se hizo entre una asesora y los jardineros. Estos acudieron a la administración de la Cámara de Diputados, desde donde accedieron a la solicitud porque no afectaba al diseño del jardín, y los jardineros dejaron listo el hoyo en la tierra para la actividad.
"Ellos no participaron ese día y después solo lo taparon y han mantenido. Nunca se les informó o dijo nada de enterrar nada más que un pequeño árbol", aclara la funcionaria.
Asimismo, remarca que los funcionarios que estuvieron presentes en el homenaje -entre ellos John Smok- no estaban al tanto del detalle exacto de lo que se estaba plantando.