El diputado RN, Andrés Longton, y la diputada PC, Carmen Hertz.
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El proyecto, presentado por la bancada de diputados UDI en noviembre de 2021, fue aprobado por 89 votos a favor -exactamente los que necesitaba ya que se trata de una ley orgánica constitucional-, y exige a los partidos políticos “su renuncia expresa a al uso, propugnación o incitación a la violencia como método de acción política.
La iniciativa recibió 21 votos en contra, por parte de personeros del Comité Comunista y Frenteamplista, como Karol Cariola (PC), Carmen Hertz (PC), Tomás Hirsch (Acción Humanista), Lorena Fries (CS) y Clara Sagardía (Ind CS).
Asimismo recibió una amplia abstención -28 votos- por parte también del Frente Amplio, pero además del partido socialista. Personeros como Tomás de Rementería (PS) -subjefe de bancada-, Daniela Cicardini (PS), Gonzalo Winter (CS) y Gael Yeomans (CS).
La tramitación
Fue una sesión de sala tensa, en donde desde la derecha acusaron a la izquierda de promover la violencia en ciertas ocasiones, especialmente desde el estallido social, mientras que viceversa buscaron recordar las violaciones a los derechos humanos que se realizaron en la dictadura de Augusto Pinochet.
Uno de los discursos más aplaudidos fue el de Hertz: "Quisiera que fuéramos serios, no tuviéramos las desvergüenzas de indicar al Partido Comunista como partidario de la violencia".
Agregando que "jamás el Partido Comunista cuando ha sido miembro de una coalición gobernante ha perseguido ni asesinado a los opositores políticos. Jamás ha propiciado golpes de estado. Jamás ha propiciado políticas de exterminio. Jamás ha mirado para al lado cuando hay cárceles secretas que regentan verdaderos psicópatas como eran los agentes de la DINA y del comando conjunto".
Por su parte, durante su intervención posterior, el jefe de bancada de RN, que Andrés Longton, mencionó que el quería ir al fondo del proyecto "más que hablar de lo que ocurrió en el pasado. Un pasado quizás no tan lejano, que lamentablemente ha distorsionado el curso de la discusión".
Según Longton, este busca "dar señales a la ciudadanía de que los partidos políticos están dispuestos a renunciar de cualquier tipo de acción que propugne la violencia para efectos de imponer sus ideas", agregando que esto debiera ser necesariamente incluido "en sus estatutos y en sus principios".