La carta que el cónsul de Chile en España, Jaime Ferraz, envió a la Cancillería para alertar sobre la llegada imprevista del cineasta Germán Berger como agregado cultural en Barcelona, abrió una nueva polémica sobre las designaciones diplomáticas del Presidente Gabriel Boric, debido al criterio de selección de algunos nominados.
En este caso, debido a que el profesional es hijo de la diputada del PC, Carmen Hertz, lo cual provocó severos cuestionamientos en la oposición, la cual ya había protestado en abril por la decisión del Mandatario de nominar como embajadoras a la ex candidata presidencial del PS, Paula Narváez, y a la ex presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa.
En ese contexto, se abrió una serie de interrogantes sobre las tareas que tendrá que desempeñar el ex director de la Secretaría de Comunicaciones (Secom) durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet,
quien llegará a completar una de las 33 plazas de agregados que la ley determina para promover los intereses de Chile en el exterior.
De ese total, de acuerdo a las designaciones realizadas por los últimos gobiernos, al menos una decena se ha destinado a encargados culturales. También existen agregados de prensa, laborales y científicos, entre otras áreas, cuyo número varía de acuerdo al énfasis que cada Gobierno le dé a su política exterior.
Hasta el momento, la actual administración de Boric solo ha completado ocho de esos 33 cupos. Aparte de Berger, nominó a Carlos Vargas como agregado de temas de cooperación general entre Chile y España, otro de temas laborales ante la OIT, dos en la ONU y tres en la misión de Chile ante la OCDE en Paris, Francia.
De acuerdo al estatuto de personal del Ministerio de RR.EE., que data de 1979, pero que fue modificado en 2018 en la ley de modernización de la cartera, la remuneración de los agregados "no será mayor a la que perciba un funcionario de Cuarta Categoría Exterior, Planta A". Es decir, entre 2 y 3 millones de pesos de base.
A eso se suman una serie de asignaciones,
lo cual eleva el monto a percibir hasta los 10 mil dólares en promedio en algunos casos, de acuerdo a la información publicada por Transparencia Activa. Por ello, se trata de puestos apetecidos en círculos diplomáticos y en el mundo político.
No obstante, la ley establece algunos requisitos para acceder al cargo, señalando que "las personas designadas en calidad de agregados deberán poseer tanto la experiencia como un idioma que sean adecuados al desempeño de las funciones que se les asignen, según lo disponga el respectivo reglamento".
En el caso de un agregado cultural, su principal función es vincular la producción cultural chilena con las audiencias del país en el que esté sirviendo, con el objetivo de generar oportunidades para los artistas nacionales y promover la imagen del país en esta área.
Por ejemplo, en la página web de la embajada de Chile en Ecuador, se especifica que el encargado de cultura debe "planificar, gestionar y ejecutar acciones culturales en todas sus áreas y disciplinas, con el fin de reforzar los lazos y vínculos de amistad entre Chile y el Ecuador".
Perfil de los agregados culturales
Tal como lo indica la ley, los distintos gobiernos se han esforzado por ubicar en el puesto a figuras vinculadas estrechamente con el mundo artístico, ya sea como gestor u académico, aunque también se ha dado el caso en el que han asumido personas más vinculadas a la política que a la cultura.
Por Madrid, por ejemplo, antes de Berger estuvieron figuras como el psiquiatra y dramaturgo Marco Antonio de la Parra, quien ocupó el cargo entre 1991 y 1993, mientras que entre 1997 y 2000 el designado fue el ex director de gendarmería, Claudio Martínez, quien llegó hasta allá tras renunciar por la fuga de los frentistas en 1996.
En el gobierno de Ricardo Lagos, el agregado fue el actor
Julio Jung, quien renunció acusando falta de recursos. Posteriormente, entre 2006 y 2010, en el primer gobierno de Bachelet, sirvió el escritor
Carlos Franz. Mientras, en el primer gobierno de Sebastián Piñera, el elegido fue el doctor en filosofía,
Alejandro San Francisco.
En general, este tipo de nominaciones siempre ha estado aparejada de polémicas, debido a la difícil relación entre la política y el arte. Los casos son numerosos, como el del ex agregado cultural de Chile en Francia entre 2000 y 2002, Bastián Bodenhöfer, quien también renunció por líos con el embajador de esa época, Marcelo Schilling (PS).
También está el caso del actor Cristián Campos, quien en 2006 fue agregado en EE.UU., y que fue criticado por grabar escenas para una teleserie mientras ejercía el cargo. Más reciente, la pianista María Paz Santibáñez, agregada en Paris por Bachelet II, hizo ruido por sus nexos con el ex frentista Ricardo Palma Salamanca.
En ese mismo periodo, la actriz Javiera Parada también fue objeto de reproches, luego de definir su residencia en Nueva York, lejos de la embajada chilena en Washington. O la resistida presencia en Roma de María Angélica Álvarez, más conocida como la "Jupi", íntima amiga de Bachelet y quien pasó a ser agregada cultural y de prensa.
Otras agregadas culturales que han generado controversias por sus dichos o su gestión son
Florencia Lagos, hija del ex secretario general del PC, Juan Andrés Lagos, que cumplió labores en Cuba, y la actriz
Patricia Rivadeneira, quien en Italia entre 2001 y 2006 intentó promover acciones culturales que fueron censuradas, según acusó. En esa lista se apunta también la ex diputada de RN,
Carmen Ibáñez, quien fue agregada en Argentina.
Sin embargo, también hay otros agregados que cumplieron la función sin mayores sobresaltos, incluyendo a reconocidas figuras como Nemesio Antúnez, que fue encargado de Cultura en EE.UU., o el filósofo y esteta, Gastón Soublette, quien fue agregado cultural en París del ex Presidente Eduardo Frei Montalva.
El mismo cargo en Francia fue ocupado en el último gobierno por el crítico, historiador del arte y curador, Justo Pastor Mellado. En EE.UU, también han servido el escritor Roberto Brodsky, Francisco Javier Urbina y Luis Oyarzun. Otro destino clave es México, por donde pasó la ex ministra de Cultura, Claudia Barattini, la ex diputada del PPD y actriz, Ximena Vidal, y la escritora y premio nacional, Diamela Eltit.