A pesar de que la papeleta del 4 de septiembre solo ofrecerá votar Apruebo o Rechazo, una parte de los partidos políticos y algunos movimientos independientes han impulsado que esas opciones tengan un "apellido" y que así, independiente de cuál de las dos gane, el proceso constituyente continúe: "Aprobar para reformar" y "Rechazar para reformar".
Ambas opciones se enfrentan al descrédito del sector de enfrente: desde la izquierda remarcan que la derecha se ha opuesto constantemente a los cambios constitucionales, y desde la derecha aseguran que, si se aprueba el texto, la izquierda no querrá cambiarle "ni una coma".
En el caso de Aprobar para reformar, no toda la coalición oficialista está de acuerdo con el fondo de la discusión. Tras el llamado explícito del Presidente esta semana a concurrir a las conversaciones se ha generado un mayor grado de apertura, pero autoridades del PC han asegurado más de una vez que reformar no es una "prioridad", y en el FA el foco está en las bajadas legislativas que se deben hacer si triunfa la nueva Constitución.
El ex constituyente del PC, Marcos Barraza, hizo algunas definiciones en entrevista con Mega sobre la postura de su partido en la discusión por las reformas: son partidarios, como el FA, de precisar algunas normas a través de leyes, pero están dispuestos a participar de la negociación. No obstante, la idea es más bien defender el trabajo de la Convención y no entregar un "cheque en blanco" que termine reformando sustancialmente las grandes transformaciones que se hacen en el borrador.
Los cambios concretos: el documento del PPD
Así, las conversaciones más concretas están ocurriendo en el seno del Socialismo Democrático, aunque hasta ahora el único documento oficial y público que hay es el compromiso del PPD, "Aprobar y Mejorar", que lista una serie de modificaciones necesarias al borrador si gana el Apruebo.
Entre esas está eliminar la posibilidad de reelección inmediata del Presidente y quitar la iniciativa parlamentaria en materias con costo presupuestario, cambiar el nombre de la "Cámara de las Regiones" a "Senado de las Regiones"; reponer el nombre del Poder Judicial; ampliar el derecho de propiedad intelectual a propiedad industrial; reponer el estado de excepción constitucional de emergencia; definir un sistema electoral que asegure gobernabilidad; e impulsar inclusión de "temas del futuro", entre otros.
Otros personeros de izquierda y centroizquierda también se han referido a qué habría que reformar si gana el Apruebo: el senador del PC Daniel Núñez, y el diputado Leonardo Soto del PS, entre otros, se han mostrado en contra de la iniciativa parlamentaria en materias que irroguen gasto fiscal.
El ex Presidente Ricardo Lagos también hizo una lista en la última carta que publicó:cambiar el nombre "sistemas de justicia" por Poder Judicial; cambiar la integración del Consejo de la Justicia y eliminar la iniciativa parlamentaria en leyes de concurrencia presidencial; regular un estatuto de partidos políticos y sentar bases del sistema electoral; revisar el rol del Presidente y del "bicameralismo asimétrico"; corregir el diseño del Estado regional y revisar el "exceso" de organismos autónomos a nivel constitucional, que según Lagos, podrían ser regulados a nivel legal.
Quien estaría funcionando como "canalizador" de las propuestas sería el ministro Giorgio Jackson, a pesar de que su rol se ha visto duramente cuestionado en el sector a partir de sus últimas declaraciones.
Rechazar para reformar
En el Rechazar para Reformar hay definiciones de otro tenor: la UDI, RN y Evópoli firmaron a principios de julio una lista de compromisos que llevar a cabo si gana el Rechazo, argumentando que dan por muerta la Constitución vigente.
Se trata simplemente de ciertos conceptos, no de reformas específicas, como avanzar a un Estado social y democrático de derecho, la modernización y ampliación de los derechos fundamentales, más democracia y participación, "nuevo presidencialismo y rehabilitación del principio de mayoría", descentralización y desarrollo "solidario" de regiones, reconocimiento constitucional a los pueblos indígenas "en el marco de un Estado unitario e multicultural", protección "decidida" del medioambiente, e "igualdad ante la ley" y "fortalecimiento" del Poder Judicial.
Quienes tal vez dieron el paso más concreto en la defensa del "Rechazar para reformar" fueron los senadores DC Matías Walker y Ximena Rincón, que presentaron y promovieron una propuesta para rebajar el quórum de reformas a la actual Constitución a 4/7, que se aprobó con un amplio respaldo en el primer trámite del Senado. Todavía sigue su curso: esta semana se aprobó en general en la Comisión de Constitución de la Cámara Baja.
Pero el Rechazo tampoco se pone de acuerdo en la fórmula mediante la cual seguiría el proceso constituyente. Una parte está en contra de habilitar otra Convención, y otros sostienen que la ciudadanía debería definirlo. Si la fórmula será paritaria es "materia de discusión", según dijo el presidente de la UDI, Javier Macaya.
La misma dupla ingresó esta semana una reforma que establece que, si el proyecto de nueva Carta Magna es rechazado, el Presidente tendrá que enviar en 15 días una propuesta de reforma para "definir democráticamente los mecanismos paritarios de continuación del procedimiento para elaborar una Nueva Constitución de la República", lo que tendrá que despacharse en un plazo no mayor a 30 días desde su ingreso.
Otro aporte a la discusión la hizo también el ex Presidente Lagos, que afirmó en su carta que si gana el Rechazo habría que bajar el quórum para reformas, eliminar las leyes orgánicas constitucionales y de quórum calificado,
suprimir el control preventivo de oficio y del Tribunal Constitucional; consagrar el Estado social y democrático de derechos; incorporar derechos económicos y sociales; asegurar la igualdad entre el hombre y la mujer; reconocer a los pueblos originarios, respetando y valorando sus tradiciones, idioma y cosmovisión y reconociéndoles un ámbito de razonable autonomía".
Además, "habrá también que seguir muy de cerca las propuestas de la Convención en materia de protección de la naturaleza y el medio ambiente. Debiéramos también, como ha hecho la Convención, reconocer los derechos de las minorías sexuales; de los adultos mayores; de las personas con discapacidad y de los niños, niñas y adolescentes".
No obstante, una parte de la oposición no está de acuerdo con el apellido de las reformas ni continuar el proceso constituyente. El Partido Republicano no ha comunicado ninguna decisión al respecto, y, por el contrario, sus militantes y adherentes por el momento no han respaldado las propuestas de rebaja de quórum en votaciones y tampoco han apoyado masivamente una "tercera vía".