Durante el proceso constituyente, la comisión de Sistema político debatió al menos en cuatro ocasiones el sistema electoral y la participación de las organizaciones políticas. "La política en Chile está fragmentada y en crisis. Sin embargo, la fragmentación es una de las circunstancias que permitieron al mundo social involucrarse en este proceso histórico, por lo que se debe dejar una posibilidad de movilización social que facilite la participación en la política", dijo el 27 de enero la entonces constituyente Tania Madriaga (Coordinadora Plurinacional).
Esta mirada no fue compartida por todos. Según las actas de las sesiones, Maximiliano Hurtado (Colectivo Socialista) recordó en esa ocasión que las audiencias públicas resaltaron lo necesario de "fortalecer a los partidos políticos y toda forma de organización política".
Pese a que hubo consenso entre los exconvencionales de izquierda y centroizquierda que integraban la instancia en reemplazar el concepto de partidos políticos por organizaciones políticas, el problema vino luego de que en el primer pleno del 18 de marzo rechazaran las normas, y tras esto
no se encontraran acuerdos para homologar a posibles candidatos en listas de independientes al Parlamento por quienes lo hacen a través de listas de partidos, como pasó en el proceso constituyente.
Fue uno de los temas que no logró resolver la Convención que ha hecho que personas como el expresidente Ricardo Lagos hayan opinado que de ganar el Apruebo habrá que "reformar el sistema político regulando a los partidos y sentando las bases del sistema electoral".
Las diferencias se evidenciaron nuevamente esta semana, luego de que Paulina Vodanovic, presidenta del PS, dijera a Reportajes de "El Mercurio" que "tal vez el principal problema del resultado en la Convención, fue llevar listas de independientes".
A la ley
La Constitución vigente "garantiza el pluralismo político" y declara que a través de una ley electoral, se "garantizará siempre la plena igualdad entre los independientes y los miembros de partidos políticos tanto en la presentación de candidaturas como en su participación en los señalados procesos".
El proyecto constitucional, en tanto, propone que "para las elecciones populares, la ley creará un sistema electoral conforme a los principios de igualdad sustantiva, paridad, alternabilidad de género y los demás contemplados en esta Constitución y las leyes". También plantea que el Congreso de Diputadas y Diputados estará integrado por un número no inferior a 155 parlamentarios y que una ley de acuerdo regional, es decir, discutida junto a la Cámara de las Regiones, "determinará el número de integrantes, los distritos electorales y la forma de su elección, atendiendo al criterio de proporcionalidad".
Gonzalo Espinoza, coordinador del Observatorio Político Electoral de la U. Diego Portales, sostiene que los partidos "no salen fortalecidos en la propuesta", pues, "ya no existirán como partidos, sino que como organizaciones. Esto permitirá el ingreso de nuevos actores como movimientos sociales o agrupaciones de la sociedad civil". Estima que el sistema electoral “tenderá hacia la atomización, ya que los incentivos que establece promueven la separación de los partidos políticos".
Pero Claudia Heiss, académica de la Facultad de Gobierno de la U. de Chile, considera que "la fragmentación política es un hecho" en la actual política nacional, y que "la ley electoral perfectamente podría generar incentivos para la formación de partidos más sólidos para la generación de estructuras con capacidad disciplinaria y partidaria".
Julieta Suárez-Cao, académica de Ciencia Política de la U. Católica, cree que "la propuesta hace bien en no establecer un sistema electoral ni de regulación de partidos. Para hacer esto bien se necesita pensar en sistemas mucho más comprensivos y detallados, y con el poco tiempo que hubo no se hubiera llegado a un buen resultado".
Escaños y paridad
El investigador del CEP
Eugenio García-Huidobro afirma que si bien en el actual sistema ya hay signos de una atomización en la representación parlamentaria, "la introducción de escaños reservados se traducirá en una mayor fragmentación: quienes sean electos en tales cupos, probablemente no van a ofrecer a sus electores la predictibilidad ideológica que entregan los partidos políticos ni su disciplina partidaria".
El artículo 162 de la propuesta establece que "en los órganos colegiados de representación popular a nivel nacional, regional y comunal se establecen escaños reservados para los pueblos y naciones indígenas cuando corresponda y en proporción a su población dentro del territorio electoral respectivo". Número y mecanismos, a determinar por ley. La existencia de los escaños ha levantado alertas. A inicios de mes, en una columna en "El Mercurio", el economista Sebastián Edwards planteó que “si el futuro Congreso de Diputadas y Diputados tiene 155 integrantes, 17 escaños serán apartados para congresistas indígenas. Pero lo más probable es que tan solo una fracción de los miembros de las etnias reconocidas opten por la papeleta reservada, tal como sucedió en la elección de convencionales", lo que, a su juicio, genera una sobrerrepresentación.
Disiente Suárez-Cao, a quien le parece que "del mismo modo que con el sistema electoral, esto permite una discusión más amplia".
Rodrigo Correa, de la U. Adolfo Ibáñez, además advierte dudas sobre si la propuesta otorga escaños al pueblo tribal afrodescendiente, ya que el mencionado artículo 162 en su inciso final dice que "se creará un registro del pueblo tribal afrodescendiente chileno bajo las mismas reglas del presente artículo". "De manera que podría interpretarse que su párrafo obliga a incluir al pueblo afrodescendiente", dice Correa.
Cristián Báez, de la ONG Afrochilena Lumbanga, cree que si bien quedó ese inciso, "no hay garantía de que la ley apruebe la creación de un escaño". En su momento, el pleno rechazó establecer en forma explícita escaños para ese pueblo.
En junio, una investigación del Instituto Libertad y Desarrollo afirmó que la propuesta constituyente "deteriora los cimientos" de una democracia representativa y liberal, que podría traer como efecto que haya "distorsiones a principios democráticos esenciales como es la igualdad del voto". Haciendo un ejercicio con la elección de constituyentes, que según LyD podría parecerse a la futura elección parlamentaria, "un elector del pueblo Yagán está 1.178 veces más representado que un elector del distrito 8 de Maipú, Cerrillos, Estación Central y Pudahuel".
Además de los
escaños, la propuesta establece que todos los órganos colegiados del Estado "deberán tener una composición paritaria que asegure que, al menos, el cincuenta por ciento de sus integrantes sean mujeres". Suárez-Cao opina que la norma es una innovación "correcta" por tres razones: la primera dice relación con que la paridad "en las elecciones de convencionales terminó bajando la candidatura de mujeres, que son el grupo históricamente desaventajado"; la segunda, explica, porque "permite, eventualmente, si el Estado reconoce otros géneros más allá de los binarios, que la paridad no entre en conflicto con estas nuevas cédulas", y la tercera, porque “las cuotas siempre fueron vistas como piso y, sin embargo, siempre fueron aplicadas como techo".