La polémica actuación de "Las indetectables" en un acto de cierre de campaña por el Apuebo en Valparaíso, no sólo generó un rechazo transversal desde el mundo político, el propio Gobierno y quienes defienden la niñez, sino que también abrió el debate por cómo este tipo de situaciones obligan a la ciudadanía a pensar el uso del espacio público y la responsabilidad que les compete en el cuidado de niños, niñas y adolescentes (NNA) a vivirlo con integridad. Y respetar la ley.
"Tenemos que entender como sociedad que el espacio público también les pertenece a los niños, niñas y adolescentes, y eso implica la responsabilidad de los adultos de entender que cuando lo usamos, no podemos partir de la base de que estamos disponibles para ver o escuchar cualquier cosa".
Defensora de la Niñez, Patricia Muñoz
El pasado 15 de marzo, se promulgó la Ley de Garantías y Protección Integral de los Derechos de la Niñez (Ley 21.430), que tiene por finalidad establecer un estatuto de garantía y protección integral de los derechos de niños, niñas y adolescentes, con énfasis en los derechos humanos ratificados en los tratados internacionales. La normativa establece que son sujetos de derecho y mandata a la sociedad en su conjunto a respetar y cuidar esta característica, entre otras disposiciones.
Pero más allá de la propia normativa, hay un aspecto que parece haber quedado anulado, o al menos en segundo plano, no sólo en actos como el de Valparaíso, sino que en todo tipo de espacios o entornos donde el espacio público no contemple el respeto a los NNA: el sentido común.
En conversación con Emol, la defensora de la Niñez, Patricia Muñoz, profundiza y analiza las dimensiones de lo ocurrido ante este evento u otro de cualquier índole; la importancia de prevenir antes de tener que llegar con acciones legales; en el caso de la acción interpuesta por la propia Defensoría, por atentado al pudor y con bajas penas en caso de hallarse responsables.
"Esto es relevante desde la perspectiva de que tenemos que entender como sociedad que el espacio público también les pertenece a los niños, niñas y adolescentes, y eso implica la responsabilidad de los adultos de entender que cuando lo usamos, no podemos partir de la base de que estamos disponibles para ver o escuchar cualquier cosa", plantea Muñoz al iniciar la conversación.
Esto, porque recalca que no sólo la actividad de Valparaíso, sino que otras como la que ocurrió a propósito del estallido, donde también hubo una polémica por una performance sexual -y por la que la Defensoría presentó una denuncia-, apuntan exactamente a lo mismo: atentar contra derechos propios de los NNA, que conforman el 25% de la población.
Uno de esos derechos, aclara Muñoz, es el de desarrollarse de manera armoniosa e integralente, físico, emocional, mental y también sexualmente. "Por lo tanto, no tienes por qué imponerles el ver u oír cosas que están fuera de aquellos parámetros que su desarrollo debe permitir", destaca.
"Entonces esto revela el desprecio del espacio público como propiedad también de los niños; más allá de lo que me parece un desatino total en un ambiente familiar, sigo sin entender qué pasa por la mente de alguien que cree que esta es una actividad que se puede hacer sobre un escenario, y por otro lado, nos enfrentamos a cómo esa actividad puede tener incidencia e impactar en el desarrollo psicológico y mental de esos niños, niñas y adolescentes que se encontraban en el lugar", remarcó.
Las dos dimensiones: lo penal y el impacto asociado
En cuanto a la denuncia en concreto, Muñoz explica que a juicio de la Defensoría están satisfechos los presupuestos que permitirían configurar el delito de ofensas al pudor. "Basta ver las imágenes para poder, desde nuestra perspectiva, que este delito se satisface penalmente, y eso implica para la Fiscalía la obligación de investigar los autores directos que son esta agrupación que genera el acto, pero también hay que determinar otros tipos de participación, porque en el sistema penal se pueden hallar cómplices o coautores".
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Nosotros hemos pedido, en una acción judicial que hemos presentado, la declaración del productor, pero también la declaración del alcalde de Valparaíso, que era otro de los organizadores hasta donde entendemos; y ahí el fiscal del caso deberá determinar si corresponden otras imputaciones desde el punto de vista procesal penal", explicó.
En esa línea, explica que "cuando el tipo penal habla del impacto y lo escandaloso que puede ser esta situación, se está haciendo cargo del daño que puede provocar una situación de esta naturaleza; por eso no cualquier cosa puede ser ofensa al pudor: porque tenemos presente aquí la idea de trascendencia y escándalo".
¿Y por qué no se presentó una denuncia por delito de abuso sexual?, según explica la abogada, es porque "este tipo penal exige que el comportamiento del autor sea para provocar su excitación o la de otro, y acá el elemento no se da, porque no está puesto en excitar a nadie, sino con ofender a la bandera y otros; entonces no hay forma de acreditar ese elemento subjetivo. Ese no era el foco". Esto, sin desmedro de que la investigación apunte también hacia esas conclusiones.
Y por otro lado, la defensora también busca dar relevancia a "la gravedad que implica pensar que el espacio público puede usarse para cualquier cosa, sin pensar que niños, niñas y adolescentes también son dueños de ese espacio".
Y en esa línea, lo que se esperaría que "cualquier persona, a propósito de este lamentable episodio, entienda que no puede hacer lo que quiera en los espacios públicos sin atender a la presencia de niños, niñas y adolescentes; sobre la base de la existencia de sus derechos y de las obligaciones que nos impone no sólo la Convención de los Derechos del Niño, también la Ley de Garantías de la Niñez y Adolescencia, y el criterio mínimo que uno espera de un adulto".
Y agrega: "uno en realidad no debiera esperar que exista una ley que proteja a los niños para entender que un episodio como este no se puede realizar cuando hay niños, niñas y adolescentes".
Llamado a "erradicar espacios de violencia"
Frente a los últimos hechos conocidos, incluyendo el atropello a ciclistas en la Alameda el domingo que dejó a dos menores de edad con lesiones y por los que la Defensoría también inició acciones legales, Muñoz hace un llamado a que los actores políticos y quienes desde sus distintas realidades están manifestándose tanto por el Rechazo como el Apruebo, erradiquen este tipo de situaciones.
"Nosotros tenemos muy clara nuestra función y nos parece esencial que toda la institucionalidad entienda la responsabilidad que les cabe en la protección de NNA, independiente del contexto en el cual se produzca la vulneración, sea un acto de su sector o no".
Defensora de la Niñez, Patricia Muñoz
"Los llamamos a que por favor erradiquen los espacios de violencia, porque no contribuye en nada al desarrollo del país, y pase lo que pase el domingo, este país seguirá avanzando y no podemos permitir que NNA sigan expuestos a situaciones de violencia como las que estamos viviendo, que les afecta en el espacio público, pero también puede afectarle en el espacio privado", recalca.
Asimismo, plantea que quienes han llevado el debate hacia un intento de sacar réditos políticos o que acusan tales intenciones,es "una incapacidad de entender a los niños, niñas y adolescentes como sujetos de derechos; porque independiente de los gustos políticos, éstos se deben defender siempre. Nosotros tenemos muy clara nuestra función y nos parece esencial que toda la institucionalidad entienda la responsabilidad que les cabe en la protección de NNA, independiente del contexto en el cual se produzca la vulneración, sea un acto de su sector o no".
Con todo, recalca que a su juicio existe un "cansancio generalizado" por la forma en que se mal utiliza el espacio público, especialmente pensando en cómo afecta a los derechos de los demás: "lo que pasa con la degradación con el espacio público es no pensar en eso, en hacer un rayado o un incendio sólo porque lo quiero hacer, sin pensar en los derechos de las personas que conviven conmigo en la sociedad. Y por eso es tan importante relevar la participación de los niños en un contexto donde también son dueños".