Tras participar este sábado en la cuarta versión de la tradicional Fraternitas de la República -ceremonia realizada por la Gran Logia de Chile, la Gran Logia Femenina y la Gran Logia Mixta-, el presidente del Senado, Álvaro Elizalde, entregó su opinión de lo que debería tener la Constitución que "Chile necesita".
En primer lugar, el líder de la Cámara Alta dijo que "es un honor dirigirme a ustedes en esta instancia tan importante. Esta celebración también coincide con un momento crucial para nuestra historia nacional en el que todas y todos estamos llamados a jugar un rol activo para el futuro de Chile y nuestra democracia".
En ese sentido, señaló que "nuestro país enfrenta momentos complejos. La seguridad es un problema a la vista y las dificultades económicas que atraviesan las familias se hacen sentir con fuerza en particular sobre los más vulnerables. Asimismo, es ineludible mencionar y hacernos cargos de los últimos eventos electorales que ha enfrentado la sociedad chilena, donde en particular, el resultado del Plebiscito vivido el pasado 4 de septiembre marca un hito fundamental, la voz del pueblo siempre debe ser escuchada y respetada en democracia".
Hoy más que nunca, según precisó, "debemos actuar con responsabilidad y compromiso, con un diálogo inclusivo e incluyente que permita sanar heridas y reconstruir confianzas a través de un nuevo pacto constitucional que sea un factor de unidad y encuentro, una Constitución moderna que a su vez sea expresión de la dilatada tradición jurídica de nuestra historia. Esta tarea sigue pendiente".
En ese sentido, y tras mencionar, cómo inició el proceso que culminó con una propuesta de Constitución rechazada, acotó que "reivindico la firma del acuerdo del 15 de noviembre de 2019. Este no fue solo un pacto político, sino un acto del más alto simbolismo republicano bajo el principio de que los problemas de la democracia se resuelven con más democracia".
Así, y "con mucha humildad y sin ánimo de imponer mi particular punto de vista", sostuvo que a su juicio "Chile necesita una Constitución que consagre un estado social y democrático de derecho; un sistema político que funcione, es decir, que tenga la capacidad de responder oportunamente a las demandas ciudadanas; y una economía que sobre las bases de las certezas y reglas del juego claras, genere no solo crecimiento sino un desarrollo inclusivo, fundamental a su vez para financiar los derechos sociales".
"En esta tarea tal como lo señaló el Presidente (Gabriel) Boric en su mensaje tras el Plebiscito, los maximalismos, la violencia y la intolerancia con quienes piensan distinto, deben ser dejadas de lado", concluyó.