La polémica generada tras la negativa del Presidente Gabriel Boric a recibir las cartas credenciales del embajador israelí, Gil Artzyeli, no fue la única relacionada a decisiones en política exterior que ha tomado el Ejecutivo en sus seis meses de gestión.
A principios de junio, el Mandatario vivió un incómodo momento en el marco de la Cumbre de las Américas realizada en Los Ángeles, cuando en su intervención destacó que "le vamos a poder decir con más propiedad a los países desarrollados, como Estados Unidos, que no está aquí presente, como la Unión Europea, como China y como India, que tienen el deber de hacer más esfuerzos para proteger nuestro medioambiente".
El problema fue que el
enviado especial para el cambio climático de Estados Unidos, John Kerry, estaba sentado solo a dos puestos de Boric. Luego de que le advirtieran de esa situación al Mandatario, tuvo que rectificar, y cuando fue el turno de Kerry, este agradeció a Boric y a los otros presidentes y cancilleres, y bromeó diciendo "sólo tengo una pregunta: ¿Dónde está la cerveza?", haciendo alusión a la cita entre el Mandatario y el primer ministro canadiense en un bar.
En marzo, un par de días después del cambio de mando, el Presidente reveló en entrevista con Canal 13 que consideraba "bien inaceptable" que la ceremonia de asunción se retrasara "porque el Rey de España llegó tarde", en referencia a que el Rey Felipe VI llegó último al Congreso de Valparaíso y tras su arribo se inició el juramento, 15 minutos más tarde de lo presupuestado.
Esa semana, varios medios recogieron la respuesta que entregaron desde España, donde contestaron que "la delegación española siguió en todo momento las indicaciones del protocolo y seguridad chilena, que son quienes marcan el ritmo de llegada de las caravanas", y que, de hecho, la caravana española había estado esperando en la fila detrás de otras hasta que seguridad y protocolo instruyeron que ya se podía pasar.
Las críticas al subsecretario Ahumada
Otro capítulo en la historia de los impasses en política exterior estos meses tiene relación con el subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales, José Miguel Ahumada, cuyo rol ha sido varias veces criticado por diversas declaraciones y acciones que ha llevado a cabo su repartición. Lo primero: Ahumada es una de las caras en la negociación del Acuerdo de Modernización con la Unión Europea, que ha presentado varios problemas en su cierre y ha tensado la discusión con el equipo europeo.
Asimismo, en mayo anunció una "consulta ciudadana" para redefinir y "legitimar" la política de comercio exterior, a contrapelo de las declaraciones del ministro de Hacienda,
Mario Marcel, que dijo entonces que no conocía dicha propuesta y que ojalá se hubiera hecho antes.
Además, la reunión de Ahumada con la agrupación Chile Mejor sin TLC -y sus posturas críticas de este tipo de tratados- también han generado polémica.
El agregado cultural en Barcelona sin oficina
La designación de Germán Berger Hertz, cineasta e hijo de la diputada Carmen Hertz, produjo otro problema en el ámbito de las relaciones internacionales, cuando el Cónsul General de Chile en Barcelona, Jaime Ferraz, se vio sorprendido por la decisión y envió una carta a Cancillería pidiendo confirmar la información formalmente.
A juicio de Ferraz, el problema tenía que ver con que no existía infraestructura en el Consulado para sumar una agregaduría cultural, y con que Berger estaba destinado a Barcelona y no Madrid, lo que podía conllevar dificultades por el contexto "independentista" de ese país. Ante eso pidió que ese tipo de decisiones se coordinen con "la debida antelación".
El conflicto con los embajadores en Brasil y China
El gobierno también ha tenido inconvenientes con la nominación de embajadores en el caso de Brasil y China. Para el país que dirige Jair Bolsonaro, el Ejecutivo designó al ex presidente de RD, Sebastián Depolo, en marzo, y hasta la fecha aún no ha sido aceptado.
El militante de RD había sido crítico de la gestión de Bolsonaro en el pasado, lo que expertos en relaciones internacionales señalan que podría tener que ver con la demora en su aceptación, pero su nombre tampoco ha sido retirado y podría reemplazarse recién después de los comicios presidenciales de Brasil en octubre.
Otro evento ocurrió con la frustrada nominación del embajador chileno de China, Andreas Pierotic, que fue designado en ese cargo y a quien de hecho el Presidente Gabriel Boric ya había presentado en una carta a Xi Jinping. No solo eso: Pierotic había recibido el agreement del gobierno chino y estaba a días de viajar a instalarse en su nuevo rol, cuando el Ejecutivo anunció que desecharía su nombramiento.
A fines de julio, Pierotic dijo públicamente que no había recibido ninguna notificación por escrito y solo se había enterado por la prensa. Los factores que habrían incidido en la decisión del Ejecutivo son unas supuestas denuncias por maltrato laboral presentadas en su contra, y el vínculo profesional de Pierotic con el ex yerno de Joaquín Lavín, Isaac Givovich, quien está acusado de estafa y apropiación indebida en China.