Solo un par de días después del incidente diplomático entre Chile e Israel, el Presidente Gabriel Boric y un grupo de ministros llegarán a Estados Unidos para participar de la Asamblea General de las Naciones Unidas y otra serie de actividades relacionadas a cada cartera, con uno de los énfasis puesto en la agenda de inversión y crecimiento que intenta promover el Mandatario.
Hay distintas miradas sobre la situación, y algunos analistas internacionales y políticos la ven con preocupación, porque advierten que el despliegue del Ejecutivo en el país norteamericano podría verse afectado por las consecuencias del episodio. Por el momento, el senador estadounidense del Partido Republicano, Marco Rubio, criticó la situación como un "insulto diplomático bochornoso y sin precedentes en contra de nuestro aliado más importante en el Medio Oriente".
El ex canciller
Ignacio Walker, por ejemplo, planteaba a Emol esta semana que el
impasse con el embajador israelí es "muy malo, porque el ministro de Hacienda ya está partiendo a Nueva York, tendrá reuniones con inversionistas y le van a preguntar, porque todos sabemos la importancia que tiene la comunidad judía en EE.UU".
La diputada Sofía Cid, subjefa de bancada RN e integrante de las comisiones de Economía y RR.EE, apunta a un "grave problema de conducción de la política exterior". Además de nombrar episodios pasados, la diputada remarca que ahora se "agravia" a un país cuyos ciudadanos "forman parte importante de los principales bancos de inversión donde ahora mismo el Presidente Boric y el ministro Marcel están tratando de atraer inversión a nuestro país. Todas estas cosas hacen muy probable que el viaje a EE.UU. sea infructuoso y continuemos observando una tremenda caída en la inversión".
Para el doctor en Derecho Internacional y Relaciones Internacionales y director de la Escuela de Gobierno USS, Jaime Abedrapo, el Presidente será sometido a "altas presiones" en su viaje, dado que Israel es un aliado muy cercano a Estados Unidos. "No sé si los resultados serán necesariamente más negativos, pero sí va a ser sometido a altas presiones, por lo que creo que no será fácil para él, sobre todo en la agenda de inversión y crecimiento, porque es ahí donde le pueden condicionar bastante los acuerdos".
"Se suele hacer así, es una forma de condicionamiento que tienen países del primer mundo, de que cuando uno se sale políticamente de ese diseño, el condicionamiento viene desde la parte económica", remarca Abedrapo.
El doctor en Ciencia Política y académico de la U. de Chile, Robert Funk, coincide con la mirada crítica de lo sucedido y las consecuencias que podría tener el episodio. "El Presidente Boric parece no entender que las acciones tienen consecuencias y que las improvisaciones, que no tienen ninguna base ni en la política exterior chilena ni en la diplomacia, son vistas en el extranjero como señales de falta de rigurosidad, seriedad e improvisación", dice.
"Es evidente que hay inversionistas, socios comerciales, otros países, que ven esta decisión con preocupación y ven que Chile empieza a ubicarse en el grupo de países que no están al lado de EE.UU ni las democracias occidentales, sino al lado de los que empiezan a tener políticas exteriores menos serias", agregó.
Efecto en interacciones sociales o "tema superado"
Quien marca una diferencia con la lectura es el analista internacional de la Universidad del Desarrollo,
Guido Larson, que considera que más que el episodio con el embajador, lo que podría complicar el despliegue de Boric y su agenda de crecimiento e inversión son las circunstancias económicas de Chile y su proceso constituyente.
"Puede haber un efecto asociado a lo que ocurrió en el embajador, pero ese efecto me parece que va a estar más bien visibilizado en cuestiones de orden diplomática, en las interacciones sociales que va a tener el Presidente y el ministro de Hacienda, quizás cierto enfriamiento, incluso desprecio, relativo a stakeholders importantes con lo que sostengan conversaciones", plantea.
"Pero no creo que esté dado en la órbita económica. Uno puede imaginar que hayan replanteamientos ligados a procesos y proyectos de inversión, pero ese replanteamiento no creo que esté dado por este hito específico sino por las circunstancias económicas del país como un todo y particularmente la incertidumbre que presupone el proceso constitucional", explica Larson.
En cambio, el diputado del PS Tomás de Rementería, integrante de la Comisión de RR.EE de la Cámara, disiente en el punto de las consecuencias. "El Presidente cometió un error que fue subsanado con una disculpa y creo que en lo absoluto va a tener efecto. Se exagera el poder de la comunidad judía en materia de inversiones en Estados Unidos", afirma.
"Creo que para la mayoría esto fue un tema ya superado y que no tiene que afectar a otros temas. Espero que rápidamete el Presidente reciba las cartas credenciales, termine este asunto y podamos rápidamente retomar la relación de 70 años que ha sido bastante buena, sin perjuicio de que no podemos hacer la vista gorda en situaciones en las que el gobierno de Israel muchas veces sobrepasa los límites del derecho internacional en relación al pueblo palestino", agrega el diputado.