SANTIAGO.- Una semana clave podría vivir en el Senado el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico, conocido como TPP-11, esto si el proyecto logra ponerse en votación este miércoles. Algo en lo que insistirán, al menos desde Chile Vamos, cuando este lunes se realice la habitual reunión de coordinación de comité de senadores.
"Ya ha pasado demasiado tiempo y es por eso que vamos a ponerlo en tabla para el próximo miércoles en el Senado, donde tenemos los votos suficientes para que sea aprobado. Un tratado del cual el Gobierno ha tenido posiciones lamentablemente muy contradictorias, entre quienes integran sus conglomerados y que por razones ideológicas están en contra", dijo el jefe del comité de senadores de la UDI, Iván Moreira.
Con ello, el senador Moreira consideró que el tratado "una vez implementado, en momentos de crisis como los que estamos viviendo, va a permitir que nuestra economía se abra y que tengamos una proyección económica muy importante, dado que estamos hablando de un mercado de más de 512 millones de habitantes".
Según el senador UDI, en el Senado se contará con "los votos para la aprobación final del TPP-11, porque existen compromisos tanto en Chile Vamos en un 100% y también en la centroizquierda democrática".
De hecho el sábado, siete ex cancilleres de Chile expresaron su apoyo a la ratificación pendiente por parte del Senado del TPP-11. En su carta, los ex ministros de Relaciones Exteriores, Soledad Alvear, Mariano Fernández, Carlos Figueroa, Alejandro Foxley, José Miguel Insulza, Heraldo Muñoz e Ignacio Walker, plantearon que el acuerdo "representa una oportunidad para nuestro país en un momento de estrecheces económicas".
A su juicio, éste "permitirá que alrededor de 3.000 líneas arancelarias gocen de beneficios de acceso para miles de productos chilenos de exportación a mercados de países como Japón, Canadá y México, entre otros, generando empleos e ingresos -según un estudio- del orden de US$ 1.180 millones anuales".
Diferencias oficialistas
Sin embargo, el tema es motivo de diferencias en el oficialismo, lo cual para algunos dejó al descubierto las dos almas que conviven incluso al interior del Gobierno. Esto luego de que el martes pasado se conociera el acuerdo de los comités parlamentarios de poner el TPP-11 en tabla en el plazo de dos semanas.
El tratado que cumplirá cuatro años de tramitación en octubre, requiere mayoría simple de los senadores para su aprobación.
Ante esto, los seis senadores de Apruebo Dignidad expresaron su rechazo al acuerdo, recalcando que "el TPP-11 no forma parte de nuestro programa de Gobierno y consideramos que no hay ninguna urgencia para ponerlo en votación en el Senado".
El tema cobró aún más revuelo, después de que el Presidente Gabriel Boric se pronunciara al respecto en medio de su gira por Estado Unidos, restando relevancia a la tensión que generó el rechazo anunciado por los senadores de Apruebo Dignidad hacia el TPP-11 y señalando que "es cierto que el TPP-11 no forma parte del programa y por eso no lo estamos impulsando. Lo que es claro es que en el Senado tienen las atribuciones para ponerlo en tabla y tomar una decisión al respecto y en función de lo que diga el Senado nosotros tenemos el deber de resguardar los intereses del país".
Palabras que algunos creen que chocan con el apoyo que ciertos ministros han dado a la iniciativa, mientras que otros creían que más bien buscaban contener la molestia de Apruebo Dignidad con sus giros a favor del Socialismo Democrático.
"Yo creo que se han dicho muchas cosas respecto del TPP-11, creo que lo mejor es tener una discusión actualizada respecto de lo que representa en términos de la evolución del comercio a nivel global, donde ha habido muchos cambios en los últimos años", opinaba la semana pasada el ministro de Hacienda, Mario Marcel.
Además, la canciller Antonia Urrejola, anunció que el Gobierno enviaría "side letters" a los miembros del pacto, instrumento que permitiría al país encontrar mecanismos de solución de controversias más acotados con sus socios.
"Pueden haber opiniones sobre ese tratado, pero lo concreto es que el Gobierno no se opone al TPP y dos, señala que está activamente impulsando el Gobierno -con los países miembros del TPP- un entendimiento bilateral sobre un tema puntual, que es el mecanismo de resolución de controversias inversionista-Estado. Desde el punto de vista político lo que yo veo es que el Presidente Boric no se opone (...) dice que no está en el programa de gobierno lo cual es cierto, pero muchas cosas que no están, se van a terminar empujando igual", dijo el senador Ricardo Lagos Weber a Radio Universo.
Asimismo, el senador del PS José Miguel Insulza indicó que "el Presidente no dijo que estaba en contra, dijo que no era parte de su programa no más, para él es una cuestión difícil, lo mejor que podemos hacer es votarlo pronto". Para Insulza si el acuerdo llega a rechazarse, "sería un golpe devastador a nuestras relaciones con el Asia Pacífico, no solamente en lo económico, también en lo político".
Los mitos del TPP-11
El sábado El Mercurio publicó un artículo donde "El Polígrafo" verificó siete falsedades sobre el TPP-11, así se señala, en primer lugar, que no se trata de un acuerdo "innecesario", pues si bien Chile ha suscrito tratados con otros países que forman parte de este acuerdo, la Subrei explica que "no todos los acuerdos presentan el mismo grado de profundidad", a la vez que se agregan otros beneficios.
Además, se descartan las dudas respecto a un posible aumento del precio de los medicamentos y la prohibición de comercializar genéricos. Esto pues Chile logró preservar su propiedad intelectual relacionada con medicamentos, manteniendo sus leyes vigentes.
También se aclara que el TPP-11 no cambia obligaciones del país en
materia de semillas ni agrega compromisos adicionales, a la vez que se mantendrán las regulaciones vigentes para los usuarios de Internet , protección de la información y derechos de autor.
Tampoco se afectarían los derechos de los pueblos originarios ni se eliminaría el derecho a consulta indígena e incluso se entregarán nuevas protecciones. Al mismo tiempo los países que suscriben el tratado deben adherir a la Declaración de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), no pudiendo disminuir sus condiciones laborales.
Finalmente, con el TPP-11 no se limita a la exportación de materias primas, sino que plantea rebajas arancelarias para todos los sectores productivos.