Para todos los escolares del país, el pasado lunes 3 de octubre, fue un día de cambios y de reencontrarse con algo que alguna vez fue algo cotidiano:
el poder mirarse directamente a los rostros, sin mascarillas.Esto se dio luego de que comenzara a regir de manera oficial en todos los colegios de nuestro país el fin de la obligatoriedad del uso de éstas y el cese de los aforos en las salas de clases, a solo días de que el Ministerio de Salud
hiciera oficial el avance a Fase de apertura del plan “Seguimos cuidándonos”, dando así mayor flexibilidad en cuanto a las restricciones sanitarias.Bajo este contexto, el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, realizó una visita a la Escuela Territorio Antártico, Ubicado en la comuna de San Miguel. En aquella ocasión, el ministro destacó que aún deben existir algunas medidas de prevención,
enfatizando que existe la posibilidad de que esto sea solo una medida transitoria."Cabe señalar que este escenario es dinámico,
la pandemia no se ha terminado, por lo que reforzamos con los niños y niñas la importancia de mantener las medidas de cuidado. Especialmente el lavado de manos y la ventilación cruzada (...)", señaló.
Los avances en cuanto a la flexibilidad de las medidas sanitarias en los colegios, ha sido valorada también por los directores de los recintos educacionales. Entre quienes se encuentra la directora de la Escuela Territorio Antártico, Marcela Jara.
"El uso no obligatorio de las mascarillas es algo fundamental en lo pedagógico y en la convivencia escolar.
Ver la cara de nuestros niños, a nosotros los docentes, donde podemos reconocer sus emociones (...). Es algo fundamental", destacó la directora durante la visita del ministro.
" La clave es visibilizar que hay formas muy distintas y diversas de aproximarse a este desafío y que todas estas formas tienen acogida en las comunidades educativas".
Alejandra Arratia, directora Ejecutiva de Educación 2020
Similar opinión posee el doctor en Educación y director del Instituto de Investigación y de Desarrollo Educacional (IIDE),
Nibaldo Benavides, académico, investigador y docente de la Universidad de Talca.“Es imposible ver detrás de una mascarilla los gestos de un estudiante que se encuentra triste, asustado o alegre.
Por lo que la eliminación de este elemento vuelve a potenciar ese lenguaje que estaba disminuido”, aseguró en un comunicado de prensa.
Si bien existe unanimidad en cuanto a que la medida beneficia la comunicación no verbal y vínculo socioemocional, sobre todo en los más pequeños,
diferentes expertos advierten también que no se debe excluir ni discriminar a quienes deseen continuar con su uso. Frente a esto, el diálogo entre apoderados y profesores, destacan, es un de ser un eje central.
El miedo a contraer la enfermedad
Pese a que durante su visita al Escuela Territorio Antártico el ministro de Educación se mostró entusiasta con la entrada en vigencia de las nuevas medidas, también reconoció que aún existe un gran camino por recorrer para volver a los escenarios pre-pandemia. Y uno de los puntos débiles en el que aún se debe trabajar, deriva precisamente en la presencialidad, lo que ha afectado a los alumnos en materia de contenidos.
"Tenemos una deuda todavía muy importante que es recuperar los aprendizajes que se perdieron durante estos dos años de pandemia, hemos tenido en nuestro país unas inasistencias bastante poco regular. Por eso queremos pedirles a todas las familias que envíen a sus hijos e hijas a los recintos educacionales", enfatizó.
Si bien las autoridades han destacado que el uso de mascarillas en los recintos educacionales dejó de ser una obligación, también se han realizado esfuerzos por aclarar que esta no es una medida restrictiva, por lo que, quienes por distintos motivos deseen seguir utilizándola, pueden hacerlo.
Lo anterior,
considerando que el miedo y ansiedad a contraer el virus es uno de los factores que impiden que algunos alumnos vuelvan a clases, por lo que el llamado que se ha realizado es a poner atención en lo que ellos y ellas sienten.
“El mayor desafío es cómo acogemos la ansiedades que puede despertar en los niños el volver a funcionar sin esta medida de protección (…).
Lo que deben hacer los cuidadores es acoger las angustias, ver si hay cambios de comportamiento en los hábitos de alimentación, de sueño, o en el ánimo”, señala la psicóloga y académica del Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad de Estatal de O’Higgins, Camila Montencinos.
Cada uno a su ritmo
Para esto, los expertos destacan que debe existir un trabajo a realizarse de manera gradual,
siempre en la medida de que los alumnos se sientan cómodos con el término de dichas restricciones y a evaluar la posbilidad de consultar a experos.“Se debe trabajar para romper la idea que existe de mascarilla-seguridad, para ello es necesario que el adolescente vaya de a poco afrontando situaciones sencillas, como salir a pasear en algún parque o plaza.
Pero si este proceso no funciona y por el contrario aumenta la ansiedad al quitarse este accesorio, afectando las rutinas diarias, se debe solicitar ayuda psicológica”, resaltó el psicólogo del programa PACE de la Universidad de Talca, Felipe Figueroa.
Finalmente, tras ser consultada sobre cómo se debe abordar el miedo ante este nuevo escenario,
Alejandra Arratia, directora Ejecutiva de Educación 2020, enfatiza que este resulta vital el diálogo de apoderados, profesores y la comunicación con los alumnos.
“Hay que tratar de poner atención en población de mayor riesgo por situaciones de familia o que estén con problemas de salud mental. Que van a necesitar un cierto apoyo, también en familias que han sufrido pérdidas y vivido situaciones de mayor impacto. La clave es visibilizar que hay formas muy distintas y diversas de aproximarse a este desafío y que todas estas formas tienen acogida en las comunidades educativas”, señaló.