Dos reuniones simultáneas por el proceso constituyente se darán este jueves en el ex Congreso Nacional: como estaba programado, partidos y parlamentarios de todos los sectores se juntarán para avanzar desde las 09:00, y una hora después iniciará la cita de la "coordinación alternativa" que agrupa al PDG, parte de RN, Republicanos y algunos independientes.
La imagen será decidora: la creación de esta "mesa paralela" revolvió el escenario para la búsqueda de un acuerdo constitucional, que ha avanzado poco en el último mes. Pero desde los partidos de gobierno han intentado desdramatizar el asunto, señalando que se trata de representantes del "Rechazo duro" que de cualquier forma no quieren un nuevo acuerdo constitucional ni votarían a favor de la reforma que propongan los partidos para concretarlo.
Quienes integran esta coordinación alternativa son los senadores de la bancada RN
Carmen Gloria Aravena,
Alejandro Kusanovic y
Juan Castro, los diputados del PDG
Rubén Oyarzo, Víctor Pino, Roberto Arroyo y
Gaspar Rivas, el senador del Partido Republicano,
Rojo Edwards;
Andrés Jouannet, de los Amarillos por Chile; y los diputados independientes
Gloria Naveillán -ex Partido Republicano- y
Enrique Lee, que se candidateó con el disuelto PRI.
Asimismo, el documento con el que se presentaron oficialmente estaba firmado también por los senadores DC Ximena Rincón y Matías Walker, que participaron del punto de prensa en el que se acusó a los interlocutores de la conversación constituyente de haberlos excluido y de no ser representativos de todo el espectro político.
Lo que comparten todos ellos es haber defendido el Rechazo al proyecto de nueva Constitución, pero además Jouannet, Walker y Rincón formaron parte de la coordinación de la centroizquierda que abogó por esa opción con el fin de redactar una nueva propuesta. De cualquier manera, un par de horas después del anuncio de la mesa paralela, Walker y Rincón se retiraron de esta.
Las posturas de los miembros de la mesa
La fuerza más numerosa en la instancia es el Partido de la Gente, que se ha mostrado partidario de un plebiscito de entrada porque para ellos el proceso concluyó el 4 de septiembre. En esa lógica, insisten en que se le debe preguntar "a la gente" si desean o no continuar, cuestión que ellos intentan impulsar a través de las consultas digitales a sus partidarios.
"¿Ocho pelagatos decidiendo qué futuro quiere un país? ¿Dónde están las consultas a sus bases, cuál es el apuro de hacer otro proceso?", preguntó la diputada PDG Karen Medina esta semana en su Twitter.
La situación de Renovación Nacional podría ser la más complicada y ya se había dejado ver a mitad del mes pasado, cuando sus dirigentes debieron salir a negar que existían puntos de acuerdo con el oficialismo tras la fuerte presión de las bases militantes. Este jueves, mientras sus representantes oficiales estarán sentados a la mesa con el resto de los partidos, tres de los senadores de su bancada se encontrarán en otra sala.
Una de ellas, Carmen Gloria Aravena (Ind), afirmó esta semana en entrevista con el canal del Senado que es partidaria de que el Congreso se encargue de la nueva propuesta. "El país no resiste otro año de incertidumbre, de conflictos. Menos matinales, menos farándula, más trabajo. El Senado y la Cámara de Diputados fuimos elegidos para legislar. Ese es nuestro trabajo y representar a las regiones", aseveró.
Juan Castro y
Alejandro Kusanovic respondieron a Emol que es necesario escuchar a la ciudadanía para seguir el proceso y que eso harán ellos en esta instancia paralela. Kusanovic, también en conversación con TV Senado en septiembre, derechamente cuestionó que los partidos definieran en 2019 que fuera necesaria una nueva Constitución. "Los partidos políticos en este tema fueron
un poco irresponsables en el sentido que la gente no quería una nueva Constitución. Lo que quería la gente es que se eliminen las injusticias y se terminen los abusos".
El PR y otros independientes
La postura del Partido Republicano también es conocida. En el último mes han participado de las conversaciones en el ex Congreso Nacional a través de su senador, Rojo Edwards, y la presidenta interina Ruth Hurtado, pero bajo la mirada de que el proceso constituyente acabó y que ahora son necesarias reformas constitucionales.
"Encuesta tras encuesta vemos que los chilenos dicen claramente 'Gobierno, gobierne'. Es la seguridad, es la inflación a lo que se tiene que ponerle la fuerza, y no necesariamente un nuevo proceso constituyente", dijo Edwards a fines de septiembre.
En tanto, la diputada Naveillán, ex vocera de la Asociación para la Paz y la Reconciliación en La Araucanía (APRA) dejó el Partido Republicano hace un par de semanas acusando que eran como "una secta" y desde entonces ha participado en la bancada del PDG. Naveillán se ha mostrado de acuerdo con un nuevo proceso, pero no con que sea prioritario ahora. Según dijo en Futuro este mes, "
¿cuál es el afán de apurar la discusión hoy día, cuando en realidad la gente está hasta la coronilla de este cuento? La gente tiene otro tipo de problemas".
Jouannet es el único representante de Amarillos por Chile en el Congreso. Su movimiento también propone una nueva Constitución, pero él criticó esta semana que la música la estaban poniendo los "perdedores". Además, planteó que el debate constitucional debió hacerse en el Parlamento, no en reuniones "mal organizadas". Amarillos por Chile precisamente está buscando constituirse como partido ante la necesidad de tener injerencia en el proceso constituyente.
Enrique Lee, en tanto, también es defensor de preguntarle a la gente cómo continuar. En esa lógica, a mitad de septiembre inició una consulta a los ciudadanos argumentando que "son ellos quienes deben manifestarse sobre este nuevo proceso constituyente, tal y como lo hicieron el pasado 4 de septiembre que de forma contundente escogiendo la opción Rechazo", y asegurando que no participaría de ninguna "cocina".
¿Afecta a los 4/7?
La constitución de la mesa paralela incomodó a varios de los interlocutores de la instancia de diálogo principal, pero a la hora de la tramitación de la reforma constitucional para habilitar la continuidad del proceso, podría no ser tan relevante.
Tras la modificación del quórum de reformas constitucionales, se requieren 4/7 de los parlamentarios para aprobar un proyecto como el que se presentaría. Esto equivale a 89 diputados y 29 senadores.
Si Apruebo Dignidad (37) y Nuevo Pacto Social -incluye a la DC- (37) suman a todos sus parlamentarios en la Cámara, en total lograrían 74 votos. Chile Vamos cuenta con 53, y bastaría con 15 votos prestados de ese sector para alcanzar la cifra.
En el Senado, AD cuenta con 5 parlamentarios; Nuevo Pacto Social con 18; y Chile Vamos con 24. Además está la senadora Fabiola Campillai (Ind). Con los votos de Nuevo Pacto Social, Apruebo Dignidad y al menos 6 de Chile Vamos, también se cumpliría el requisito.