En medio de la crisis del covid-19, la telemedicina surgió como una alternativa para paliar la falta de atención de otras enfermedades no relacionadas a la pandemia. Si bien antes del covid-19 era una fórmula emergente, durante los últimos años cerca de la mitad de las atenciones se ha hecho de forma remota. Sólo como ejemplo, en el contexto del coronavirus el sistema de salud público ha realizado más de 3 millones de consultas psicológicas por telemedicina. Pero este incremento explosivo hizo que la mayoría de los prestadores, tanto públicos como privados, tuviera que buscar formas rápidas para atender a distancia. Esto ha llevado a que seis de cada 10 atenciones vía plataformas de telemedicina no garanticen la seguridad de la información de los pacientes durante las consultas, según reveló un análisis formulado por el Centro Nacional en Sistemas de Información en Salud (Cens).