La renuncia del diputado Miguel Ángel Calisto a su militancia restó otro parlamentario más a la Democracia Cristiana en un escenario ya complejo y muy desmejorado con respecto al peso que había tenido ese partido en años anteriores. En este contexto, la DC queda con siete diputados y sólo tres senadores, el número más bajo de representantes desde el retorno a la democracia.
Al menos por ahora, dado que otros dos diputados, Joanna Pérez y Jorge Saffirio, se declararon en "estado de reflexión" sobre su permanencia en la colectividad tras las "graves irregularidades" en las que su juicio habría incurrido la directiva y el Tribunal Supremo en las últimas semanas. Y un senador, Iván Flores, ha sido crítico de la mesa y del clima de convivencia interna, con lo que no se descarta una salida más.
Si bien la crisis se ha extendido durante varios años ya, la fuga, en esta oportunidad, comenzó a partir de las decisiones que tomó la mesa nacional con respecto al Plebiscito de salida y el posterior resultado, lo que derivó rápidamente en la renuncia de distintas figuras del partido adherentes al Rechazo, entre ellas los senadores
Matías Walker, recién electo este año, y
Ximena Rincón.
El fondo de todo aquello: la tensión que ha producido sostenidamente al interior del partido el hecho de que existan las llamadas "dos almas", una más conservadora y otra más progresista, y la pugna entre estos dirigentes por el camino que toma la colectividad, más hacia al centro o más hacia la izquierda.
A esto se suma la pérdida en la cantidad de votantes que han logrado con el paso de los años: en 1989, sus senadores sobrepasaron los 2 millones de votos en total, mientras que en 2021, apenas superaron los 200 mil.
El balance en el Congreso
En el comité de la Cámara Alta solo quedan Yasna Provoste, Francisco Huenchumilla y Flores, lo que muestra un claro deterioro con respecto a la dimensión que había tenido esa instancia en las décadas anteriores, a pesar de que ya venía a la baja. Entre 1989 y el 2001, la DC contó con una bancada compuesta por entre 16 y 12 senadores.
El descenso inició en 2005, en la primera elección que dejó una composición de la Cámara Alta con el 100% de los representantes electos, terminando con los senadores designados en agosto de ese año. En esa oportunidad, la DC terminó con 5 representantes; en 2009 tuvieron 9; y en 2013 y 2017, 6. Tras las parlamentarias de 2021, contaban con 5.
En la Cámara de Diputados, la baja es incluso más notoria. Según la información que recaba la página de la Biblioteca del Congreso Nacional, la década de los 90, a poco del retorno a la democracia, fue la mejor para los diputados DC, con una presencia que abarcaba casi un tercio de la Cámara. En 1989 contaban con 38 diputados de un total de 120; fueron 37 en 1993 y otra vez 38 en 1997.
En 2001, la cifra bajó a 23, luego fueron 20 en 2005; 19 en 2009; 22 en 2013: y, con el cambio del sistema binominal, llegaron a 14 diputados de 155 en total en 2017.
Ese año, además, fue crítico para los partidos de centroizquierda, dado que la tensión en la Nueva Mayoría y la división para los comicios presidenciales -la DC levantó a Carolina Goic- se mostró también en las parlamentarias, donde los democratacristianos se restaron de la lista común con los demás partidos de gobierno y formaron una lista con Izquierda Ciudadana y MÁS Región, lo que los debilitó electoralmente.
En tanto, en este período legislativo, el número de diputados empezó siendo ocho y ya son siete -Joanna Pérez, Jorge Saffirio, Eric Aedo, Ricardo Cifuentes, Alberto Undurraga, Felipe Camaño y Héctor Barría-, pero podría bajar a cinco en un par de días más.
La composición del Congreso de este año también se vio alterada por el límite a la reelección, que impidió que históricos DC repostularan al cargo que ya habían ocupado durante varias décadas, como José Miguel Ortiz en la Cámara Baja.