"¿Cual es el plan?", se titula la carta al director en El Mercurio del ex ministro de Salud, Enrique Paris, y la otrora subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, quienes enfrentaron como autoridades los momentos más álgidos y duros de la pandemia por covid-19.
En su carta llaman la atención a quienes ocupan actualmente sus puestos: Ximena Aguilera y Fernando Araos, respectivamente. En ella aseguran estar preocupados por la falta de información que ha entregado el Ministerio de Salud (Minsal) sobre la subvariante de Omicrón, la BQ.1, que ha tomado el nombre popular de "perro del infierno".
"Actualmente solo un 5,4% de la población objetivo esta vacunada con la dosis bivalente que esta semana incorporó a los mayores de 60 años. ¿Qué plan tiene la Subsecretaría de Salud Pública para ampliar la demanda de la vacunación? Estas personas son las que podrían enfermar", indica la misiva, y agrega: "Si los esfuerzos de contención no se hacen ahora desde la salud pública, podríamos tener una red asistencial estresada los próximos meses".
Este último punto es algo que los expertos comparten. La saturación del sistema de salud debe ser monitoreado por las autoridades competentes para que esta nueva subvariante no lo colapse y el Gobierno no deba echar pie atrás con la flexibilización de las restricciones sanitarias, como el uso de las mascarillas o los aforos.
Así lo comentó el doctor en Ciencias Biológicas y académico de la Facultad de Medicina y la U. San Sebastián, Claudio Figueroa. "Hace poco tuvimos un peak de Omicrón, pero las personas que terminaron hospitalizadas no fueron muchas. Si uno hace la comparación con variantes más antiguas, como delta particularmente, yo creo que ese es el punto importante. Esa visión la autoridad tiene que tener, de si eventualmente los sistemas de salud pueden colapsar, ahí tiene que colocar las medidas que corresponden", dice.
Claudia Cortés, infectóloga y académica de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, coincide: "Si en algún momento los casos empiezan a aumentar en forma muy significativa, y eso se refleja en un aumento de las hospitalizaciones habrá que reevaluar la necesidad de utilizar mascarillas".
Sin embargo, ella ve poco probable ese escenario ya que "nos estamos enfrentando a un buen momento, que es el verano, que es cuando se aumenta la ventilación, los niños van a salir del colegio. Ahí disminuye mucho la transmisión en ese grupo, disminuye también el uso del transporte público cuando los niños salen del colegio", además de que, "los países que han intentado retroceder les ha sido súper difícil porque la gente no quiere volver atrás".
Para Alexis Kalergis, microbiólogo del Instituto Milenio en Inmunilogía e Inmunoterapia, asegura que "si es que la situación sanitaria lo amerita eventualmente se tendrían que reevaluar medidas como por ejemplo el uso de las mascarillas pero esta flexibilización de las medidas que hemos tenido (…) se fundamenta en datos y los datos derivan justamente de tasas de enfermedad que han ido a la baja justamente a raíz de la alta tasa de vacunación".
Agregando que "si nuestra población que ha tenido una conducta ejemplar en términos de adherencia a la vacunación y la sigue teniendo (…) lo más probable es que podamos mantener flexibilidad de medidas, siempre y cuando el virus no aparezca con algo sorprendente (que) hasta ahora eso no ha ocurrido".
Así, se suma a la solicitud de Figueroa, quien invita a vacunarse con la dosis bivalente que ha puesto a disposición el Minsal. "El llamado acá es que las personas que tengan el requerimiento de vacunarse, se vacunen, y eventualmente si el Gobierno extiende la vacunación a la población `sana` también es super importante de que las personas sanas nos vacunemos. Esto tiene una mirada que tiene que ser super solidaria. Tenemos que vacunarnos no solo para protegernos a nosotros, sino también a las personas que nos rodean".
Y agrega que también es importante "que las personas tengan la responsabilidad de que, si están enfermas, si eventualmente van a ir a un lugar donde hay ambientes cerrados, con muchos publicó, que usen mascarilla o que usen las medidas".
En ese sentido el ex ministro de Salud, Jaime Mañalich, quien fue el primero en hacerle frente a la pandemia desde ese cargo, aboga –en conversación con EmolTV- por la "el retorno de la mascarilla obligatoria para personas que están en contacto con muchas otras personas a lo largo del día (…) Esto ha sido tomado como recomendación o repetido como recomendación por el Ministerio, pero yo creo que sería prudente ponerlo como una obligación de aquí al 31 de diciembre".
La real peligrosidad del virus
Aunque el nombre "perro del infierno" causa pánico en la población, Mañalich y el resto de los expertos concuerdan en que no es una subvariante de la que haya que preocuparse más que las pasadas o que la proía Omicrón.
El ex secretario de Estado asegura que "estamos enfrentando un aumento de casos, sin un aumento significativo de las hospitalizaciones, con números relativamente estables de fallecidos, en general por Ómicron. Tuvimos un tremendo brote a principios de este año en el verano cuando llegó Ómicron original", agregando que "ahora, eso se ha mantenido, desgraciadamente, con números relativamente altos de fallecidos, que son adultos mayores, adultos mayores que tienen alguna condición de base".
Cortés llama, a través de sus redes sociales, a terminar con el sensacionalismo del apodo de esta subvariante, y comenta a Emol que, si bien es más contagiosa "en general siempre se van seleccionando mutaciones que son más transmisibles así que no es ninguna sorpresa".
A eso se suman las palabras de Figueroa quien agrega que "estos nombres dan para mucha interpretación, pero efectivamente no tienen nada que ver con lo que es la peligrosidad del virus. Estas variantes son una subvariantes de Omicrón en donde ya Omicrón se ha mostrado que es más contagiosa, efectivamente, pero no es más mortal".
Kalergis menciona, por su parte, que "ha mostrado ser en la misma línea de lo que venía siendo Omicrón. Bastante contagiosa, pero no ha mostrado una mayor severidad de enfermedad".
