El pasado 28 de diciembre, un repartidor de delivery fue apuñalado en el hall de un edificio ubicado en la comuna de Ñuñoa. El motivo habría sido la demora en la entrega de un pedido.
Tomás Aguirre, el cliente al que debía entregar el pedido, bajó a la recepción de su edificio con un cuchillo en su mano y al encontrarse con el repartidor, identificado como Hebert Sánchez, protagonizaron una discusión, y le propinó dos estocadas en el tórax, las que causaron la muerte del ciudadano extranjero.
Nuevos antecedentes en el caso dan cuenta de los mensaje previos que ambos se enviaron y que habrían sido uno de los motivos del ataque. "Amigo tuve un inconveniente porque al lado del mall estaban fiscalizando", escribió Sánchez al cliente, a lo que este responde "
no es culpa mía. ¿Está mi pedido?", según consignó 24Horas.
El repartidor le informa que ya tiene su pedido y le asegura que "sé que no es su culpa". Aguirre le escribe nuevamente: "Que no falte nada, ni la bebida, estaré esperando abajo". "¿Y si falta la bebida qué? ¿Está amenazando?", respondió la víctima.
"Yo no soy ladrón, le dije que le voy a llevar su pedido y que yo lo tengo", continuó Sánchez, quien obtuvo una respuesta de su atacante. "Pagué por la bebida. Si no está sería robo, trabajo en la PDI así que espero que llegue todo en su lugar, más encima siendo fiscalizado", fue el último whatsapp enviado por Tomás Aguirre.
Según la investigación, tras cometer el crimen, Aguirre tomó su pedido y subió a su departamento. Los conserjes del edificio dieron aviso a Carabineros, quienes llegaron hasta el lugar y golpearon la puerta de su vivienda, el detenido abrió sin oposición y aseguró que lo hizo en defensa propia.
