Son al menos tres los homicidios que se han registrado en lo que va de este 2023 en el barrio Yungay, algunos sólo a cuadras de la residencia del Presidente Gabriel Boric; lo que ha despertado una preocupación transversal, no sólo entre los vecinos, sino que también entre distintas autoridades. De hecho, la propia alcaldesa, Irací Hassler (PC) habló de "indicios de crimen organizado".
El hecho más reciente se conoció esta madrugada, luego que pasada la medianoche un hombre fuera abordado de manera sorpresiva por un sujeto en el sector de calle Maipú con Avenida Balmaceda,
quien le disparó, hiriéndolo en dos oportunidades en la zona del cráneo, dejándolo en riesgo vital. Según se conoció, la víctima es de nacionalidad colombiana.
Horas más tarde, en otro hecho policial, Carabineros dio cuenta de la detención de un hombre de 29 años de nacionalidad peruana, quien se encontraba vendiendo droga en el barrio, específicamente en la calle San Pablo, a unos 800 metros de la residencia del Presidente Boric.
En tanto, la noche del jueves también se registró un homicidio, luego que se hallara un cuerpo masculino con siete impactos de bala a las afueras de un cité, ubicado en la calle Cautín, entre San Pablo y Martínez de Rosas.
Asimismo, a mediados de enero falleció un turista estadounidense quien se encontraba paseando por el barrio. Un sujeto habría intentado asaltarlo, y le disparó. La víctima falleció mientras era atendido en el hospital San Juan de Dios.
Debate por "crimen organizado"
Estos hechos, que si bien no son nuevos, parecen haberse intensificado en los últimos meses. El 2022 cerró con 10 homicidios en la zona, mientras que en lo que va del año ya son tres; lo que de paso preocupa a los vecinos y locatarios, quienes temen que el barrio sea estigmatizado por este tipo de hechos.
La alcaldesa afirmó ayer que "la situación en torno a homicidios que tiene el barrio Yungay, ya hace bastantes años, pero particularmente lo que podemos ver en este año, donde ya tenemos tres homicidios, es gravísima, y eso requiere de un trabajo decidido, no sólo en torno a la presencia del territorio, sino que en la investigación de estos sucesos".
Esto, porque "hay hechos que son gravísimos, que tienen indicios de crimen organizado, y por tanto, eso requiere de tener resultados tanto en la presencia directa de las policías y llegar al fondo del asunto con las investigaciones necesarias". Hassler recordó, en esa línea, el llamado que hizo a inicios de enero a las autoridades centrales, de "un acuerdo nacional de seguridad pública, sin mezquindades de los sectores políticos".
Frente a estos dichos, el subsecretario de Prevención del Delito, Eduardo Vergara, junto con anunciar que se están "redoblando acciones" tanto en la comuna en general como en el barrio en cuestión, llamó a la cautela.
"Tenemos que ser muy cuidadosos con las calificaciones que hacemos respecto a este fenómeno delictual; efectivamente la alcaldesa de Santiago reconoce la presencia de cierta actividad organizada, y ella se refiere, con mucha responsabilidad, a una realidad que se está viviendo no solamente en la comuna de Santiago, sino que también en otros sectores del país", respondió la autoridad.
Los factores detrás de la inseguridad
Si bien la crisis de seguridad es un fenómeno transversal en el país, hay particularidades en cada una de las comunas o barrios que hacen que la delincuecia pueda instalarse y operar. En conversación con Emol, la concejala Rosario Carvajal (IND- Poder Ecologista) aclara que es cierto que estos fenómenos llevan una larga data en Yungay, sin embargo aclara que con el tiempo se han ido expandiendo, a su juicio, porque hay fórmulas "agotadas" para enfrentarlo, y eso es lo que preocupa a los vecinos.
"A los propietarios hay que involucrarlos para recuperar esos inmuebles y darles buenos usos;hay que sanear esas propiedades, sobre todo porque estamos hablando de barrios antiguos; asimismo hay que fiscalizar a los propietarios irresponsables que tienen estas casas y las dejan abandonadas esperando una buena respuesta del mercado".
Rosario Carvajal, concejala de Santiago
Al abordar las razones que estarían detrás de estos hechos, sostiene que en primer lugar, hay una grave situación asociada a los "
subarriendos abusivos" en el barrio y la toma de casas por parte de bandas. "
Este es su modo de operar, donde hay familias y mujeres con niños que son usadas como una suerte de escudo o fachada, mientras otros operan para otros ilícitos, como tráfico y consumo de drogas". Además, comenta que "estos grupos parten en una casa, luego avanzan a una manzana y luego a una cuadra".
En esa línea, la autoridad comunal plantea que si bien se realizan allanamientos, la clave está en sumar a las intervenciones a los propietarios de esas viviendas que están siendo utilizadas por personas con prácticas delictivas.
"A los propietarios hay que involucrarlos para recuperar esos inmuebles y darles buenos usos;hay que sanear esas propiedades, sobre todo porque estamos hablando de barrios antiguos; asimismo hay que fiscalizar a los propietarios irresponsables que tienen estas casas y las dejan abandonadas esperando una buena respuesta del mercado", sostiene la concejala.
De hecho, comenta que existe una ordenanza (N°113) que elaboró la ex alcaldesa Carolina Tohá, que apunta precisamente a fiscalizar los subarriendos abusivos, "pero eso no se está aplicando; hemos pedido que se levanten campañas en contra de estos arriendos, porque también es una forma de recuperar el control del territorio".
Por otra parte, recalca que hay muchas "viejas fórmulas" que no resultan óptimas para este tipo de problemáticas, "como el uso de cámaras comunitarias que no siempre están operativas, copamientos con guardias municipales que no tienen facultades, o alarmas comunitarias que funcionan sólo el día en que se corta la cinta".