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Apoyo en salud mental a víctimas y voluntarios: La otra "gran tarea" que atender en medio de la catástrofe

La reconstrucción es una parte fundamental del proceso post incendios, sin embargo, los "primeros auxilios" también deben ser en el marco de lo psicológico, tras el shock a la que miles de personas se han enfrentado.

22 de Febrero de 2023 | 08:00 | Por Daniela Toro, Emol.
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Aton (imagen referencial)
Ya se cumplen tres semanas desde el inicio de los focos de incendios forestales que han golpeado con mayor fuerza a las regiones del Ñuble, Biobío y La Araucanía. Sólo en esas tres zonas se han consumido más de 374 mil hectáreas, mientras que la catástrofe a nivel global ha dejado casi 450 mil consumidas.

Producto de ello, más de 2 mil viviendas han resultado destruidas, más de 7 mil personas están damnificadas; 25 personas han perdido la vida, y más de 3 mil ha debido recibir algún tipo de atención médica. Se trata de cifras que cada día las autoridades reportan a la opinión pública, pero que en muchos casos no alcanzan a dar cuenta de la dimensión real de la tragedia; mucho menos, de los estragos psicológicos que ésta genera.

El jueves, el Presidente Gabriel Boric llegó hasta la localidad de Punta Lavapié, en la Región del Biobío, para entregar viviendas de emergencia a las familias afectadas. En su mensaje, recalcó el imperativo de mantener el sentido de "urgencia" de la tragedia y también dijo estar consciente "del bienestar emocional y la salud mental de quienes han sufrido esta emergencia, y nuestro Gobierno tiene un compromiso con la salud mental. Estamos monitoreando de cerca la ejecución del Plan de Acción de Salud Mental y Apoyo Psicosocial en la gestión del riesgo del desastre de incendios en toda la zona centro-sur del país".

Según detalla el Plan de Acción de Salud Mental 2019-2025, el modelo al que hizo referencia el Mandatario enfatiza que la responsabilidad de la salud mental es transversal "a todo el quehacer humano" y no algo exclusivo de los profesionales de la salud, es decir, incluye una acción coordinada de todos los actores del Estado, incluida la sociedad civil.

Desde el área institucional, decenas de funcionarios de la salud se han movilizado estos días hacia las comunas afectadas como Apoyo a la Respuesta en Salud Mental (ARSM). A la comuna de Galvarino, por ejemplo, llegaron profesionales de Coquimbo, Los Lagos, y Aysén, todos capacitados para el abordaje de la salud mental de manera integral, la vinculación comunitaria, apoyo a los municipios y urgencias puntuales.

Pero no son los únicos. Distintas organizaciones de la sociedad civil conformada por profesionales de la salud mental también se han movilizado para apoyar, ya sea en terreno o vía telemática en la emergencia, tanto a quienes han sufrido los embates de la tragedia como a quienes la combaten.

La importancia de los primeros auxilios psicológicos


Paola Aguayo es psicóloga del Cuerpo de Bomberos de Concepción, con expertise en psicología de la emergencia, y son múltiples las ocasiones en las que ha debido hacer intervenciones psicológicas debido a los efectos traumáticos de este tipo de tragedias. Esta semana, encabezará la intervención a un grupo de 20 voluntarios que quedaron rodeado por las llamas durante dos horas, justamente combatiendo la emergencia en el centro sur del país.

Su experiencia es extensa, lo suficiente como para poder ayudar a comprender cuáles son los principales efectos psicológicos que generan los desastres en la población ante estos eventos violentos. "Lo primero, es que afloran emociones asociadas al miedo, a la angustia, a la tristeza y al terror. Eso deriva a que después las personas vayan generando ciertos sentimientos, como la frustración de haber perdido todo lo que intentaron lograr, como una casa, animales o un terreno; perderlo todo", comenta.

"Ahora las personas están en shock, atravesando el impacto inicial, están con miedo e incertidumbre, y muchas veces no saben si lo que dicen o lo que hacen corresponde o no", agrega la profesional. Ese minuto es clave para que personas capacitadas les brinden primeros auxilios psicológicos, hagan intervención de crisis y hagan procesos terapéuticos en caso de ser necesario.

Pero luego de la contención de los incendios, viene lo que en el nicho profesional se conoce como la "oleada" de problemas de salud mental que genera la catástrofe. Por eso, también es clave que se generen las condiciones y las instancias para que las personas que se encuentran en albergues, que aún no recuperan su vida normal, puedan recibir atención psicológica en lugares que brinden un mínimo de intimidad.

Esto último, a juicio de Aguayo es algo que aún no se aprende de los siniestros anteriores. "Es necesario que se instalen carpas donde se pudieran hacer pequeñas atenciones o intervenciones para estos primeros auxilios psicológicos, para que luego la persona pueda ser derivada. Ahora esta semana recién vamos a conocer estos datos de afectación a la salud mental en esas zonas".

Aguayo recuerda que este tipo de episodios también tiene una lectura acumulativa en un contexto donde antes de 2017 ya se hablaba de un país con salud mental deteriorada. Luego de la llamada "tormenta de fuego", vino el estallido social, la pandemia, la inflación, una seguidilla de hechos que han afectado a la comunidad en general.

"La comunidad suma y suma cargas, lo que genera muchas veces un trastorno de estrés post traumático, lo que hace que se vuelvan agresivas o violentas, con conductas desrreguladas, y es clave que reciban ayuda", comenta la profesional.

Salud mental en voluntarios


La profesional de la salud menta también ha trabajado en herramientas para que las personas -como voluntarios de la sociedad civil, bomberos o de otra índole- que se desplacen a los terrenos afectados por la emergencia, también protejan su salud mental.

La idea es tratar de prepararse previamente "para el impacto" que significa llegar a estas zonas: "observar que está el desastre y analizar los desafíos que aparezcan en terreno". También es clave, comenta, que cualquier voluntario "lleve un botiquín, agua, alimentos, porque es probable que una persona se quede más de un día apoyando en esos lugares. También es clave que dejen espacios de descanso, alimentarse adecuadamente, y generar rutinas para expandir la emoción de preocupación y otras donde se puedan relajar".

Por otro lado, hay recomendaciones específicas para profesionales de la salud en general, puesto que Aguayo recalca que si bien ellos cuentan con las herramientas para poder enfrentar la situación problemática, "no son superhéroes, también deben dejar espacio para descanso, conversación, contención y relajación, porque de lo contrario, van a sumar una carga de preocupación y pueden desbordarse en algún momento, somos seres humanos", agrega.

"Lo importante es que nadie exponga su vida a riesgos, ni a desbordes en el ámbito emocional, y para eso es clave ir preparado para enfrentar los desafíos en la situación de siniestros", complementó Aguayo.
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