El número de fallecidos llegó a 36 y se han registrado al menos 85 heridos. Es el saldo que dejó el choque de dos trenes en la ciudad griega de Larissa, por el cual se han decretado tres días de luto nacional.
La tragedia ocasionó la renuncia del ministro de Transportes,
Kostas Ajileas Karamanlís, quien sintió como un deber dar un paso al costado como muestra de respeto a las víctimas fatales.
También se produjo el arresto del jefe de la estación de trenes de la ciudad, un hombre de 59 años, acusado de homicidio involuntario, de provocación de lesiones corporales de forma involuntaria y de interferencia peligrosa en el tráfico de medios de transporte.
Los equipos de emergencia siguen trabajando en el lugar, mientras crecen los cuestionamientos a la poca mantención que recibiría el sistema nacional de ferrocarriles.