El próximo 1 de abril, Chile volverá a enfrentar un cambio de hora, para pasar a la configuración de cara al invierno. Así, los relojes de todo el territorio nacional -a excepción de la Región de Magallanes y la Antártica Chilena-, deberán retrasarse una hora; vale decir, cuando sean las 00:00, deberán ajustarse a las 23.00 horas.
Hasta ahora, rige en el país el llamado "horario de verano", el que entró en vigencia el pasado 10 de septiembre, luego que el Gobierno decidiera modificar la fecha prevista para el 3 de ese mes, debido a que ocurría en la previa del Plebiscito.
En esa oportunidad, el Ministerio del Interior informó de la modificación del Decreto Supremo N°1.286 de dicha cartera, vigente desde 2018. "De esta manera, se establece que a contar de las 24 horas del sábado 10 de septiembre de 2022, y hasta las 24 horas del sábado 1 de abril de 2023, la hora oficial se adelantará en 60 minutos", señalaron.
Así las cosas, a poco más de dos semanas de un nuevo ajuste, ya comenzó a abrirse el debate sobre la pertinencia o no de la medida. Este jueves, el presidente de la Red Nacional de Salud, doctor Patricio Mardónez, comentó que envió una carta al Presidente Gabriel Boric donde le solicitó que suspendiera el cambio de hora del 1 de abril.
Además, en la misiva, le propone la instalación de un equipo técnico que defina la conveniencia o no de seguir aplicando el cambio de horario.
El argumento del médico anestesista apunta a que "no todas las personas sobrellevan bien este cambio. Para muchos, este proceso de adaptación es sólo cosa de horas, para otros, tomará mucho más tiempo".
En esa línea, remarcó que "se trata de un cambio drástico en la rutina de sueño, por lo que es importante estimar qué efecto podría tener en una población que presenta elevados trastornos en su salud mental (...) un cambio brusco en el orden de las horas de luz y oscuridad pueden ser detonantes de fatiga, somnolencia y hasta cuadros de ansiedad", precisó Mardónez.