Desde mediados de febrero de este año, y hasta la fecha, se han registrado una veintena de hechos de violencia, que podrían estar vinculados al procedimiento por usurpación e incautación de 78 toneladas de trigo desde el fundo Santa Lucía, que la comunidad de Temucuicui, de Ercilla, reclama.
Si bien existen diferentes denuncias que datan desde 2014 -por usurpación, hurtos y amenazas-, éstas se reactivaron durante 2022, y se han intensificado en el último tiempo.
Según detalló el fiscal regional Roberto Garrido, estas situaciones que comparten un patrón común, deberán ser investigadas, de manera conjunta, "por el mismo equipo de la Fiscalía de Alta Complejidad, que va a trabajar con un equipo especializado de Carabineros, en este caso, el OS9".
"Esta situación, que hemos constatado a partir de las acciones de reivindicación, concretamente por los llamados que se hacen a participar en estos atentados, como las pancartas y panfletos que se encuentran en el lugar, justifican esta manera de investigar en concreto", complementó el persecutor, quien adelantó que ya se están realizando diligencias para dar con los autores de estos hechos.
Detalle de los delitos
Según conoció Emol, los delitos incluyen hechos como incendios, robos con violencia o con intimidación, todos ocurridos entre el 4 y 13 de marzo. Ese primer día, y tras el atentado al fundo Rancho Viejo en Victoria, se encontró el lienzo "Temucuicui la justicia empieza", y días más tarde, en medio de la quema de neumáticos en la Ruta CH-181, en Curacautín, se encontró otro lienzo que señalaba: "No hay agresión sin respuesta, Temucuicui resiste, RMM".
El análisis de estos mensajes, que se repiten durante el periodo señalado, permitirían dar cuenta del recrudecimiento de la violencia, impulsada precisamente por la disputa por el trigo en el fundo Santa Lucía.
El pasado 10 de febrero fue cuando se intensificaron los actos de este tipo, luego de una denuncia por cosecha no autorizada en el predio en cuestión. En esa oportunidad, se incautaron dos camiones con trigo y se logró la detención de dos personas. Al día siguiente, se registró una nueva denuncia por cosecha no autorizada, con un nuevo vehículo incautado -con avena- y cinco personas detenidas.
En tanto, en la audiencia del 2 de marzo, se resolvió la entrega de las especies -avena y trigo- a la víctima. Al día siguiente, se registró otra denuncia por una cosecha ilegal en el predio, donde además hubo un enfrentamiento entre comuneros y Carabineros.
Uno de los detenidos de esa jornada fue formalizado al día siguiente (4 de marzo) por usurpación, hurto y atentado contra la autoridad, quedando con firma mensual y prohibición de acercarse al predio.
El 8 de marzo, comuneros de Temucuicui llegaron hasta las dependencias del Control de Orden Público de Pailahueque para reclamar por la incautación de trigo y avena, produciéndose desórdenes al interior del recinto y además dejaron un lienzo que amenazaba con repetir los ataques. "Las balas que se disparan se devolverán, Temucuicui resiste", señalaba el lienzo.
Esa jornada, ocho personas resultaron detenidas -seis mujeres y dos hombres-, y siete fueron formalizados al día siguiente por atentados contra la autoridad, daños y lesiones leves. El tribunal ordenó libertad con firma mensual. El 10 de marzo, se formalizó al octavo imputado por homicidio frustrado a Carabineros, quedando en prisión preventiva.
Posibles razones tras los hurtos
Para Pilar Lizana, investigadora de AthenaLab, plantea que este interés por el trigo podría obedecer no sólo a los "ciclos de violencia" que se van dando en la Macrozona Sur, sino que también porque "estamos en un contexto, derivado de la guerra en Ucrania, con crisis de alimentos, pero Chile tiene trigo".
"Ucrania se conocía como el granero del mundo, pero hay todo un problema asociado a esta guerra que impacta en el trigo disponible. Efectivamente, cuando uno ve que existe falta de cierto recurso, se desarrollan mafias y economías ilícitas asociadas".
Pilar Lizana, investigadora de AthenaLab
"Ucrania se conocía como el granero del mundo, pero hay todo un problema asociado a esta guerra que impacta en el trigo disponible. Efectivamente, cuando uno ve que existe falta de cierto recurso, se desarrollan mafias y economías ilícitas asociadas.
Lo que puede estar pasando es que estén viendo que el trigo les permita lucrar de cierta manera", complementa la investigadora.
De todas maneras, esta tendencia o "ciclo" asociado al hurto de trigo y avena, no desplazará en ningún caso, dice Lizana, el robo de madera, puesto que en dicha economía ilegal "existen mafias sumamente consolidadas que pueden estar relacionadas -o no- con la violencia en la Macrozona Sur, y que incluso se pueden servir de ésta para tener mejor alcance en la usurpación de terrenos".
Por su parte, Carlos Silva, criminólogo y académico de la Universidad Andrés Bello, plantea que esta "mutación" en los delitos tenga relación con "la ley que tipifica el robo de madera, que aumenta la pena y autoriza técnicas de investigación que antes no estaban". De todos modos, subraya que "es más tentador que, si se va a cometer el delito, se roben cosas que en ese momento son más caras o rentables, que es lo que puede estar pasando con el trigo".