Diversos antecedentes dio a conocer la
Fiscalía Metropolitana Centro Norte sobre los tres detenidos por el crimen del suboficial mayor
Daniel Palma, durante la audiencia de formalización celebrada esta tarde, y donde se decidió decretar para todos la medida cautelar de prisión preventiva.
En la instancia, el persecutor Felipe Olivarí detalló cómo fueron capturados los tres involucrados, partiendo por Ovimarlixon Garcés Briceño y Luis Lugo Machado, y después con David Fuentes.
De acuerdo al fiscal, todo partió la jornada del 5 de abril, cuando los tres imputados llegaron en dos vehículos junto a otros tres individuos que aún no han sido identificados, hasta un cité ubicado en San Francisco con Coquimbo, en el barrio Matta. Allí, se disponían a enfrentarse con el administrador del recinto, quien iba en camino al lugar.
Al llegar al cité, el dueño fue asaltado por el grupo de sujetos, quienes luego efectuaron una serie de disparos en su contra. No obstante, el hombre -que se encontraba con su pareja- logró escapar tras saltar desde el segundo piso del cité. Luego subió a un taxi y se dio a la fuga junto a otros acompañantes.
Por su parte, Garcés, Lugo y Fuentes intentaron alcanzar a la víctima en la calle, donde continuaron realizando disparos. Esto fue lo que finalmente alertó a vecinos, quienes dieron aviso a Carabineros.
En ese momento, Lugo y Fuentes se habrían separado del grupo, interceptando a una pareja que se trasladaba en un vehículo, amenazándolos con armas de fuego para que los trasladaran hacia otro sector de Santiago centro y reteniéndolos. De acuerdo a Fiscalía, habrían bajado en un domicilio en Carmen, sin antes robarle cinco mil pesos en efectivo a la pareja.
Producto de esta situación, fueron formalizados por el homicidio frustrado en contra del administrador del cité y por el robo con intimidación del automóvil, pero no del homicidio del carabinero.
Por su parte, según el Ministerio Público, Garcés habría subido a un Chevrolet Sonic azul junto a Carlos Cortez, quien aún no ha sido detenido, y otros dos sujetos no identificados, para huir en dirección hacia calle Arturo Prat, donde se encontraron de frente con el suboficial Palma. Fue ahí donde le dispararon en dos ocasiones, efectuándole un balazo en el rostro, lo que finalmente le provocó la muerte.
Tras esto, Garcés, Cortez y el resto llegaron al Barrio Franklin, donde abandonaron el automóvil, para luego asaltar a un taxista que estaba en el lugar, amenazándolo para que los llevara a otro sector. A ese vehículo subieron Garcés, Cortez y uno de los sujetos no identificados, mientras el otro escapó a pie.
Así, obligaron al taxista a que los trasladara a un cité ubicado en calle Zenteno, en Santiago centro, y lo dejaron escapar.
Un celular que fue clave
Una vez conocida la muerte del suboficial mayor Palma, se iniciaron una serie de diligencias que permitieron obtener las primeras dos identidades: Luis Lugo Machado y Carlos Cortez.
De esta forma, desde Concepción se recibió un primer llamado que sería decisivo. Una mujer aseguraba tener en su poder un celular que podría pertenecer a Lugo. Hecho que fue confirmado por las policías.
El ciudadano venezolano había extraviado su teléfono móvil en marzo al interior de una micro en el Biobío, y fue encontrado por la mujer del conductor, quien lo mantuvo a la espera de la llegada del dueño. No obstante, cuando vio que las imágenes publicadas por la policía coincidían con las que tenía el teléfono, no dudó en entregárselo a Carabineros.
Así, los policías comenzaron a vincular las cuentas de Gmail de Lugo, que permitieron dar pistas de al menos 13 domicilios en los que estaba habitualmente en la capital, gracias a la ubicación de los nuevos teléfonos que estaba utilizando.
Con esto, el domingo se concretaron una serie de allanamientos, ubicándose a Lugo en un cité en Quinta Normal, lugar donde incluso se había teñido el pelo para ocultarse de la justicia. En dicho sitio también se halló a Ovimarlixon Garcés.
Las huellas lo delataron
En principio, Garcés sólo era considerado testigo en el caso, ya que fue encontrado en la misma pieza donde estaba Lugo. A raíz de esta situación, se le realizó un estudio de huellas dactilares, lo que terminó por involucrarlo definitivamente: sus huellas coincidían con cuatro muestras encontradas en el Chevrolet Sonic azul, y además tenían relación con rastros hallados en el otro vehículo utilizado en la balacera previa.
Con estos antecedentes, fue imputado por el asesinato del suboficial mayor Palma, y además se le acusó de homicidio frustrado en contra del administrador del cité de barrio Matta y por el robo del taxi ocurrido en el barrio Franklin con posterioridad.
"No podemos descartar que el imputado Garcés haya apuntado (al carabinero Palma). Perfectamente podría ser él quien le dio muerte al funcionario policial", indicó Olivarí.
Junto con esto, se sumaron las declaraciones del administrador del cité y su pareja, que identificaron a Garcés como parte de la banda que los atacó a balazos, y de una testigo protegida, que habría vivido junto al individuo y otros integrantes del grupo delictual.
Ubicación enviada por WhatssApp
En tanto, en el caso de David Fuentes, el Ministerio Público explicó que su captura se logró en principio gracias a la revisión de cámaras de seguridad, que permitieron posicionar al individuo en un cité de calle Copiapó.
Al allanar el inmueble el día de ayer, Fuentes no fue encontrado, pero sí se halló la vestimenta que habría utilizado el día del crimen. Se entrevistó a sus compañeros de pieza, quienes revelaron que el sujeto los había invitado a una fiesta el día martes, y que además les envió la ubicación vía WhatsApp.
Con estos datos, las policías se dirigieron de inmediato a dicha dirección, que enviaba a un edificio de Macul, en Américo Vespucio. Allí, revisaron las cámaras y ubicaron el departamento en que estaba Fuentes. Solicitaron orden de ingreso y registro, encontrando al individuo portando un arma de fuego.
No obstante, al igual que Lugo, Fuentes sólo ha sido posicionado en la balacera previa al crimen del carabinero, por lo que sólo se le imputó el homicidio frustrado contra el administrador del cité y el posterior robo con intimidación de vehículo.