A fines de 2022, la Universidad de Chile se vio envuelta en una compleja situación, luego que se divulgara dos tesis de la Facultad de Filosofía y Humanidades que abordaban temáticas de pedofilia y rápidamente causaron indignación y "estupor" en la ciudadanía. La rectoría del plantel solicitó a un comité "del más alto nivel académico", según indicó en ese entonces la rectora Rosa Devés, que examinara y se pronunciara sobre la pertinencia ética y formativa de los trabajos. El consejo analizó en detalle la tesis y luego de casi tres meses de trabajo, el comité entregó un documento, que luego se revisó y se presentó a la facultad involucrada y al consejo universitario. En él se hace hincapié en que los trabajos omiten, por ejemplo, "evidencia respecto de las implicancias de la asimetría de poder en la relación adulto y niño, así como las eventuales consecuencias traumáticas para el infante, o el valor relativo del consentimiento de un infante en este ámbito". En esa línea, se añade que tampoco se consideran los derechos del niño consagrados en la Convención sobre los Derechos del Niño (1990) "como tampoco los conceptos de la indemnidad de los infantes, desarrollo e integridad sexual de los menores".