La crisis migratoria que se vive en el norte del país hace ya casi 15 días ha alcanzado ribetes que han puesto en tensión la relación entre Perú y Chile. Esto, porque desde el país vecino ha surgido críticas -algunas que incluso han valido carta de protesta desde Cancillería- por la "responsabilidad" del Gobierno del Presidente Boric en el "traslado" del problema.
Lo anterior, mientras en paralelo se habla de la necesidad de profundizar el diálogo y se barajan distintas alternativas para concentrase en ir en ayuda de las
cerca de 200 personas que permanecen en el lugar, quienes en el intento de regresar a sus países de origen -Venezuela, Colombia y Haití-, no logran pasar por Perú.
Allí se les niega el ingreso por no contar con los documentos necesarios, y la situación se ha tornado aún más tensa luego que el gobierno de Dina Boluarte determinara decretar estado de emergencia, lo que incluye la militarización de la zona a partir de esta jornada, con el arribo de más de 300 funcionarios del ejército.
Y mientras avanzan los días y aumenta la urgencia por destrabar la crisis, el debate entre cancillerías, autoridades y el mundo político en general se intensifica. ¿Cuánto tiempo tardó este escenario en escalar?, ¿qué versiones se manejan desde ambos lados de la frontera?
El "inicio" de la crisis
"La acumulación de gente no es algo de ahora, viene de antes", dijo esta mañana a T13 Radio el alcalde de Arica, Gerardo Espíndola, quien ayer decretó "emergencia migratoria" en la comuna, de modo de poder agilizar las ayudas para las personas varadas en la frontera.
Según detalló "
hay un primer flujo de haitianos durante la pandemia", posteriormente, en septiembre del año pasado, "empezamos a notar el flujo personas venezolanas que estaban llegado a nuestra ciudad y su destino era Venezuela, y lo notamos especialmente por el trabajo que hacemos de calle para proteger espacios públicos".
Dicha protección incluía el desalojo de carpas -con un protocolo especial para aquello-, donde adicionalmente se levantaba información sobre los migrantes. En ese contexto, dijo el alcalde, se detectaban a estas personas que "no habían entrado ni por Colchane ni por Perú, sino que habían entrado muchos años atrás y se estaban yendo. Ahí nos encontramos con otro fenómeno, de gente que se quiere ir de Arica".
Posteriormente, el problema se agudiza cuando Perú toma medidas más estrictas en materia de migración, negando el paso. Sin embargo, Espíndola sostiene que aquello "fue en respuesta a lo que hizo Chile, porque la presencia del Ejército genera un impacto en Tacna, y ahí se ponen más estrictos en la frontera; hoy cumplimos dos semanas desde que se instala la policía peruana en la frontera y empezamos a tener estos conflictos".
Con todo, el alcalde también reflexionó que lo que hoy está haciendo Perú es lo mismo que hizo Chile, "solamente que Chile no decretó estado de emergencia, solamente que cambió la Constitución para poder hacer la Ley de Infraestructura Crítica", que de todos modos, evaluó que "ha funcionado bastante bien", pero que generó un impacto en Tacna, de personas que querían entrar a Chile.
Recordar que a fines de enero, el Congreso despachó el proyecto de infraestructura crítica, mientras que a fines de febrero se publicó en el Diario oficial el Decreto con Fuerza de Ley (DFL) que permitió al Gobierno de Chile desplegar a las Fuerzas Armadas en las fronteras; a fines de ese mes, se concretó el arribo de dicho personal a las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta; con el objeto de que se generara un "efecto disuasivo" para quienes buscaban ingresar de manera irregular.
La versión de Perú: "El traslado de un problema de Chile"
Desde el otro lado de la frontera, las autoridades peruanas han entregado una serie de versiones que apuntan a responsabilizar a Chile, precisamente por "trasladar" el problema migratorio hacia Perú, especialmente tras la militarización en la zona. Sin embargo, ayer el ministro de Defensa Peruano, Jorge Chávez, apuntó además a la crisis que se ha generado tras la muerte de funcionarios de carabineros.
"Hay que ubicarnos en el contexto, desde el 10 de abril, Chile ha tomado acciones legales y cambio de normativas, como consecuencia del fallecimiento de dos carabineros, por migrantes extranjeros. A partir de ese momento, ha dispuesto que sus Fuerzas Armadas se desplacen a la zona de la frontera, cumpliendo todos los parámetros establecidos (...) y se ha comenzado a tomar acciones frente a migrantes extranjeros por parte de Chile", afirmó la autoridad peruana al medio local Exitosa.
Al ser consultado si Perú podía "saber" que esta situación podría presentarse en la frontera, Chávez enfatizó que "no; en el marco del derecho internacional se tienen que tomar todas las acciones correspondientes para prever futuras acciones, (pero) nadie podía prever de que los ciudadanos están en una condición no aceptada por nuestro sistema de migraciones, indocumentados o que un problema eminentemente de Chile pueda ser trasladado hasta nosotros".
Incluso, precisó que Perú "no tenía mapeado" que las decisiones que tomara Chile en la materia los pudieran afectar. "Si hay acuerdos internacionales, hay acciones que uno debe tomar que no perjudiquen a otro país y las hace (...) es por eso que cancillería el día de ayer (miércoles) ha elevado una nota de información y protesta a Chile, indicando su preocupación por las acciones que se vienen llevando a cabo en contra de nuestro país".
"Inacción" del gobierno Peruano
En conversación con Emol, Alejandro Olivares, cientista político y director de la Escuela de Administración Pública de la U. Mayor, plantea que parte de lo que hizo escalar la crisis migratoria en la frontera dice relación con la forma en que los gobiernos de Perú y de Bolivia enfrentaron el tema, al mirar "para el lado" respecto a lo que venía ocurriendo hace tiempo.
"Una cosa que hicieron Perú y Bolivia durante mucho tiempo, fue hacer un corredor, vista gorda, mirar para el lado, y que las personas sin ningún tipo de control pasaran libremente hacia Chile, y por cierto que se generaba un flujo migratorio bastante grande", comentó.
No obstante, comenta que cuando comienzan a operar los cambios implementados por el Gobierno de Chile y se intenta poner una suerte de límite a aquello -con el despliegue militar en la zona a raíz de la Ley de Infraestructura Crítica-, "el problema comienza a quedar en Perú o Bolivia, porque muchas de esas personas que intentaban pasar hacia Chile, ya no pueden hacerlo, y eso dificulta ahora mucho más que ingresen, y ahí comienza a generarse le problema puntual que estamos viviendo hoy día".
"Y desde mi punto de vista, eso es bastante responsabilidad de los gobiernos peruanos, al decir 'este no es un problema nuestro, porque esas personas van hacia Chile. Ellos tampoco se comunicaron con el Gobierno de Chile para alertar del flujo migratorio", precisó el experto.
Frente al vínculo que el ministro de Defensa peruano hace con las muertes de carabineros, Olivares sostiene que "está juntando eventos para poder justificar su inacción". De todos modos, recuerda que "desde la muerte de los carabineros se ha generado un poco de mano dura y más control, y eso al parecer significó que mucha gente intentara devolverse de la misma forma que entró".
"Institucionalidad insuficiente"
Quien también abordó el tema, es el analista político Guillermo Holzmann, quien recalca que la crisis se viene arrastrando incluso desde "el segundo gobierno de la ex Presidenta Michelle Bachelet, atraviesa la gestión de Sebastián Piñera y hoy estamos en una situación de crisis que ha complicado tanto al Gobierno de Chile como al de Perú".
"Esto tiene que ver con el problema de insuficiente institucionalidad respecto al tema migratorio, que ha sido un tema de debate desde mucho tiempo a la fecha, y las decisiones políticas, algunas con sentido ideológico respecto a qué hacer con los migrantes, sumado a la coherencia que debe tener Chile con los compromisos tomados en materia internacional".
Guillermo Holzmann, analista político
A su juicio, "esto tiene que ver con el problema de insuficiente institucionalidad respecto al tema migratorio, que ha sido un tema de debate desde mucho tiempo a la fecha, y las decisiones políticas, algunas con sentido ideológico respecto a qué hacer con los migrantes, sumado a la coherencia que debe tener Chile con los compromisos tomados en materia internacional".
Esto ha llevado, dice el experto, ha llevado a que "cada decisión ha estado basada en los gobiernos, y de la mano de una insuficiente institucionalidad, no hubo una estrategia para poder hablar con los países vecinos en torno a lo que era evidente: un corredor de tráfico de personas, principalmente de Venezuela y Colombia, cuyo destino final es Chile. Pero para Bolivia, Ecuador y Perú siempre fue lo más cómodo dejarlos pasar, dado que Chile no tenía ninguna restricción que haya sido comunicada adecuadamente".