La alcaldesa de Santiago, Irací Hassler.
Aton
La alcaldesa de Santiago,
Irací Hassler, se refirió a la incorporación del ex ministro y ex convencional
Marcos Barraza al Municipio de Santiago, en medio de la crisis que afecta a la jefa comunal por la fallida compra de la clínica Sierra Bella.
Según publicó esta tarde La Segunda, Barraza asumirá como jefe de gabinete en reemplazo de Nicole Araya, también militante del Partido Comunista, quien -de acuerdo al citado medio- no contaba con experiencia política.
Al respecto, Hassler explicó que la idea es reforzar el trabajo al interior del municipio, pero que aún no está clara el rol que desempeñará el ex convencional.
"Estoy fortaleciendo parte de los equipos municipales, y por ello invité a Marcos Barraza a aportar en este proyecto, dada su experiencia como ministro del área social. Su función y roles están por definirse", manifestó la alcaldesa de Santiago.
Por su parte, Barraza comentó en conversación con Canal 24 Horas que "fui invitado por la alcaldesa Irací Hassler a trabajar en la Municipalidad de Santiago, principalmente a propósito de mi expertiz en políticas sociales, y bien entusiasmado, básicamente porque creo que se está haciendo una gran tarea que hay que visibilizar mucho más en la Municipalidad de Santiago, en materia de seguridad pública, en apoyo a las mujeres, en recolección de basura, que son hitos importantes".
Entre las principales tareas que deberá afrontar el ex ministro se encuentran hacer frente a la crisis y reorganizar el equipo municipal, además de tender puentes con el Socialismo Democrático, lo que podría producirse a través del nombramiento de miembros de ese sector en puestos clave del municipio.
Por lo pronto, debe encontrar un nuevo director jurídico y un nuevo secretario de planificación, cargos que quedaron vacantes tras las observaciones que hizo la Contraloría al proceso de compra.
Según "La Segunda", una de las críticas que se hace en el PC a la gestión de Hassler es que actuaba con demasiada autonomía. En su partido tampoco habrían visto con buenos ojos que su gabinete no tuviera "tonelaje político", así como la constante rotación en su equipo de comunicaciones y la puesta en escena de sus vocerías.