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¿Qué se juega Chile?: Analistas, filósofos y sociólogos desglosan el posible impacto del 7-M

Distintas miradas abordan las esperanzas y expectativas de esta parte del proceso constituyente; como una nueva oportunidad para dotar a Chile de una Carta Magna construida en democracia.

06 de Mayo de 2023 | 16:04 | Por Daniela Toro, Emol.
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Mañana domingo, los chilenos y chilenas habilitados para sufragar se volverán a dar cita en las urnas. Esta vez, el desafío -aunque diluido por la vorágine de lo cotidiano-, sigue siendo relevante: para muchos se trata de la oportunidad "decisiva" para que Chile tenga una nueva Constitución. Por lo mismo, será un proceso más acotado, y cuya última palabra, por supuesto, la tendrán los ciudadanos en diciembre, en un Plebiscito de salida.

Así las cosas, la elección de consejeros constitucionales viene a convertirse en un momento clave, no sólo porque se trata de una forma de "aprender la lección" de la fallida ex Convención Constitucional, sino porque también ocurre en medio de una suerte de cansancio por parte de la ciudadanía respecto a proceso en general; de la decisión del oficialismo de ir en dos listas; y de la confianza del PDG y Republicanos por competir solos.

Todo ello, en medio de la crisis de seguridad que afecta al país y la baja aprobación del Presidente Gabriel Boric, lo que para algunos implica que esta parte del proceso también sea interpretada como un referéndum al Gbierno. El camino, indudablemente, ha sido intrincado y complejo.

Pero hay múltiples miradas, y en el ejercicio democrático de la participación, algunos se alejan del pesimismo para aproximarse a la importancia de la construcción y colaboración para conseguir el nuevo texto; como un anhelo instalado tras el estallido social.

A continuación, distintas voces de la filosofía, antropología, ciencias políticas y disciplinas afines responden a: ¿qué se juega Chile este domingo 7 de mayo?

¿Qué se juega Chile el 7-M?
El 7 de mayo en las urnas se juega, en primer lugar, un nuevo veredicto al Gobierno del Presidente Boric. Porque, como advertía hace pocos días Ascanio Cavallo, en una nación como Chile las elecciones siempre implican una evaluación de la máxima autoridad del país y de los partidos que la sustentan. Sobre todo en este caso, considerando la proximidad del monumental triunfo del Rechazo el pasado 4 de septiembre.

La Moneda nunca ha logrado sobreponerse de la imprudencia que representó atar sus destinos a la fallida Convención y, de cumplirse los pronósticos, los resultados de esta jornada auguran nuevamente un cuadro muy difícil para las izquierdas.

Al mismo tiempo, se anticipa un escenario inédito y desafiante para las diversas fuerzas de oposición. Si todo ocurre según lo esperado, ellas tendrán la responsabilidad de saber ganar, con altura de miras y visión de Estado. La sociedad chilena demanda seguridad en las distintas dimensiones de la vida y eso exige cerrar el capítulo constitucional
Claudio Alvarado, director ejecutivo IES Chile.
Se juega la respuesta a la pregunta ¿Queremos o no queremos convivir? La votación de este próximo domingo, tiene como propósito elegir a ciudadanos y ciudadanas quienes representarán las diferentes voces que se escuchan a lo largo de esta larga y angosta faja de tierra. Ellos tendrán la responsabilidad de redactar la nueva Constitución en este contexto histórico que se proyecta en el reconociendo de un Estado social y democrático de derechos.

Este nuevo proyecto constitucional debe ser garante en el reconocimiento de una serie de derechos sociales económicos y culturales, oportunos a los nuevos tiempos como son el derecho al agua, a un vivir digno libre de violencia y segura, reconociendo de igual manera los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y los derechos vinculados con el mundo natural y medioambiental.

Lo anterior requiere de una efectiva participación del Estado y una mayor presencia, asumiendo a un Estado en un nuevo rol que garantice una efectiva protección y mayor participación. ¿Qué se juega? la presencia y el reconocimiento de que a un país lo hacemos las personas, día a día con lo que hacemos y con lo que dejamos de hacer. Yo quiero convivir ¿Y usted?
Ximena Dávila, cofundadora de Matríztica.
Yo creo que si no hay nadie tiene arriba de los 3/5, recordemos que en el proceso anterior eran 2/3, era más difícil que un grupo dominara y si uno es justo, no hubo una izquierda monolítica con 2/3 (...) hasta el último día antes del plenario de la Convención en febrero de 2022 hubo una última intentona de desahuciar los 2/3 y con eso transgredir la Constitución. Ahora tenemos 3/5, lo que hace más plausible, son 6% menos para tener los 2/3. Creo que es relevante eso, porque el trabajo de la Comisión Experta va a dejar al país muy cerca de una nueva Constitución. Si el Consejo toma buena parte de lo que ahí se ha hecho y llama en un arco suficientemente amplio a votar apruebo, yo creo que Chile estaría muy cerca de ese anhelo.

Desde el punto de vista netamente político, si al PDG le va muy bien, significaría la irrupción en Chile de una candidato populista que no teníamos en la escena política chilena. Y desde el punto de vista de la derecha, también es interesante ver qué pasa con la derecha liberal, que es un proyecto que lleva más de 10 años (...) Y en los sectores afines al Gobierno, está la pregunta por cómo le va al Partido Socialista en relación al PC y al FC, y eventualmente qué pasa con la sobrevivencia del centro. Si desaparece, como algunos pronostican, o si contra todo pronóstico sigue siendo una fuerza política que tenga alguna incidencia.

Si los resultados son sorpresivos en cualquier sentido, va a ser un hecho político de magnitud.
Javier Couso, abogado constitucionalista y académico UDP
En lo inmediato el país se juega las euforias o el desaliento de los distintos sectores políticos y el fortalecimiento o no de sus posiciones. Lo complejo ocurre en un plazo que excede los ciclos electorales, en la posibilidad o no de contar con las seguridades básicas para enfrentar los desafíos culturales, sociales y ambientales, la viabilidad del país, si se quiere.

El lucro político del presente puede ser el desvarío del mañana: la erosión de lo público, la entrega de los comunes para el disfrute personal, la omisión de los pueblos originarios, la ilusoria prescindencia de lo colectivo –de todo aquello que hace solvente a un país- suma hoy los votos de quienes mañana saldrán a asolar las calles.

Es hora de salir del espejo, de abandonar el narcisismo y de reconocer que son otros los rostros que hacen posible la existencia propia. Es aquí donde se forja la responsabilidad política que torna viable a un país. Gobernar es hacerlo a través de las diferencias y no puede ser seguro un sustento que se funde en la negación de la diversidad. Lo que hoy se juega no es más ni menos que la posibilidad de ser país en lo que resta de este siglo.
Juan Carlos Skewes, académico UAH y premio nacional de Antropología.
Se juega nada menos que la tercera oportunidad para reemplazar la Constitución de una dictadura, porque eso es lo que debe hacerse con constituciones de tal tipo: reemplazarlas y no simplemente reformarlas. Las dos anteriores fueron la de la ex Convención Constitucional y, previamente, el proyecto de Bachelet que desechó el gobierno de Sebastián Piñera.

Se juega nuestro prestigio como país, que también depende de estas cosas y no solo de los tratados de libre comercio ni de los partidos que disputan las selecciones nacionales de diferentes deportes.

Se juega la posibilidad de tener un Consejo Constitucional equilibrado, ampliamente representativo de la sociedad chilena actual, y no cargado de un lado o del otro del espectro político, y menos de los extremos de este o de esos pozos de ignorancia que son los populismos.

Empleando una imagen de Gabriela Mistral, se juega continuar alimentando al cóndor carroñero de nuestro escudo nacional o realzando al sensible e inteligente huemul.
Agustín Squella, ex convencional y Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales (2009).
En cronología histórica, Chile ha apostado once veces a redactar un texto constitucional (1812, 1818, 1822, 1823, 1828, 1833, 1891, 1925, 1980, 2022 y 2023). Y en ocho de esas oportunidades (con excepción de las de 1823, 1828 y, parcialmente, la de 2022), el pueblo-ciudadano fue totalmente excluido del proceso constituyente respectivo.

¿Qué se juega, pues, el pueblo-ciudadano (no 'Chile) el 7 de mayo de 2023? En perspectiva histórica, nada, pues, hoy, su 'rol constituyente es el mismo de siempre: estar excluido. Sin embargo, por ser la octava vez que le ocurre esto, podría decirse que, esta vez, lo que está en juego es su dignidad soberana. Y el principio de "auto-determinación de los pueblos". Sobre todo, porque esta vez está rechazando a sus 'representantes ante el Estado (la "clase política") a una tasa nunca vista: sobre el 98 %... El pueblo-ciudadano, ante ellos, juega el día 7 sólo su dignidad, y aquéllos, en cambio, con alta probabilidad, el inicio de su extinción...
Gabriel Salazar, Premio Nacional de Historia.
La democracia participativa no nace, se hace. Esta frase viene de un feminismo de muy atrás, y es para enfatizar que estamos en un proceso de construcción de una democracia participativa. Hemos vivido una dictadura que no fue capaz de instalar más que una Constitución del '80 en cuatro paredes, y que no garantizaba los derechos sociales, sexuales, reproductivos y humanos. Entonces, el desafío que tenemos como chilenas y chilenos, es que esta es una nueva ocasión para relevar que la democracia participativa es un ejercicio en construcción; no nace instantáneamente y no va a ser decretada por ninguna ley.

En ese sentido, destaco que hay que asumir la derrota de septiembre de 2022, porque en ese contexto adverso es que estamos instalando el generar un nuevo paso hacia la Constitución participativa con vocación popular, feminista, paritaria, igualitaria, que nosotros esperamos construir.

Creo que en ese sentido, el gran desafío es que la desconfianza que se ha instalado desde antes de la revuelta, sólo se resuelve dialogando, debatiendo nuestras diferencias y no anulando.
Kemy Oyarzún, profesora titular de la U. de Chile y presidenta de la Fundación Neruda.
Recordemos que estamos en un proceso constituyente que se da con anterioridad al que terminó con el Plebiscito del 4 de septiembre de 2022. Hay tres momentos en esto: uno, donde se fija el acuerdo y se deciden las bases y, al mismo tiempo, se nombra la comisión de expertos. Este que viviremos es el segundo momento, y el tercero será el Plebiscito de salida. De tal manera, es que aquí se juega una parte de este proceso, y lo importante es evaluar eso que se juega en el conjunto.

A mi juicio, es la capacidad, deseo y voluntad que tenga Chile de continuar un proceso de transformación que se inició con las demandas desde el estallido y que todavía no se ha podido encauzar debidamente. En ese sentido, el resultado de esta elección, que está muy condicionada por la forma de elección, corre el riesgo de hacer fracasar un nuevo proceso constituyente, lo que significaría que Chile cancela las posibilidades de cambio para su futuro.
Manuel Antonio Garretón, Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales (2007).
Chile se juega varias cosas. No le habría dado tanta atención a la elección si no fuera por las dos listas. Lo primero que se juega es la supervivencia de la centroizquierda, y lamentablemente de nuevo se pone una suerte de Plebiscito al Gobierno de Gabriel Boric.

Por otro lado, se juega la factibilidad de un proceso constituyente tal como se estaba llevando, como algo más tranquilo, porque si llegan a ganar sectores antisistémicos, es altamente probable que haya choques entre los distintos organismos del actual proceso -ya sea comité de árbitro, comité de expertos y este consejo constitucional- que busquen finalmente horadar la discusión política y avanzar con estridencia hacia un Rechazo.

Creo que eso puede generar muchos problemas en el funcionamiento del proceso y eso puede acarrear retrocesos en derechos que se venían trabajando, donde para variar nos vamos a ver afectadas las mujeres, porque no está asegurada la paridad de género; de hecho, está totalmente amenazada por el retroceso conservador que podría representar el triunfo de la extrema derecha.
Javiera Arce, analista política, Red de Politólogas.
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