Un tensa sesión se llevó a cabo en la XXXVII Asamblea del Parlatino en Panamá, instancia convocada para tratar el tema de la migración, sus causas, efectos y perspectivas de cómo abordarla en la región. Sin embargo, el debate se estancó en el primer aspecto acerca de sus orígenes. Ahí, conforme se aludía a Venezuela, Cuba y Nicaragua, la discusión fue subiendo de tono, con intervenciones altisonantes que confluían casi todas en dos palabras antónimas: la democracia y dictadura. El primero en hablar de los chilenos fue el diputado Cristián Araya (P. Republicano). Mientras éste hacía su intervención, la diputada de RD Maite Orsini hizo un gesto con sus manos mientras hacía alusión a la "narcodictadura de Venezuela". Desde ahí los discursos se fueron intercalando entre la delegación chilena y el de cubanos, nicaragüenses y venezolanos, respondiendo, como el asambleísta cubano Miguel Enrique, quien llamó a aprovechar la instancia para aportar y no para "agredir a pueblos hermanos". El representante de Nicaragua sacó a discursos a dos Mandatarios chilenos (Piñera y Boric) por la "represión" hacia el pueblo mapuche y el encarcelamiento "de estudiantes" a quien "el presidente de izquierda no los saca".