Un "mea culpa" y "guiños" a un público más amplio que su sector político, pero no retroceder en los objetivos y mantenerse firme a sus convicciones. Eso es parte de lo que se desprende del discurso que el jueves dio el Presidente Gabriel Boric en su segunda Cuenta Pública, la que se extendió por más de tres horas y media.
"Si alguien me pregunta: ¿acaso estas constataciones los ha hecho modificar sus principios? Mi respuesta es No: seguimos convencidos de la necesidad de avanzar hacia un país que ofrezca más libertades, (....) que defiende las diversidades y enfrenta con firmeza la homofobia, que no relativiza los crímenes del pasado", dijo el Mandatario.
La afirmación del Presidente podrían ser interpretados como un "reordenamiento con principios"; esto es, ajustar algunas de las propuestas del programa con el que llegó a La Moneda, a raíz de la realidad y urgencias que hoy enfrenta el país, pero sin dejar de lado las convicciones políticas.
Este concepto extraíble del discurso también recuerda aquella frase que instauró la ex Presidenta Michelle Bachelet en su segundo Gobierno, cuando habló de un "realismo sin renuncia", de cara al "segundo tiempo" que se iniciaba en su mandato en julio de 2015, cuando el país atravesaba un complejo escenario económico que obligaba a dar "mayor gradualidad" a los compromisos .
Por entonces, la ex Presidenta también se enfrentaba a un escenario complejo en la popularidad, tras sufrir una sostenida caída en las encuestas tras el caso Caval. Fue entonces, en medio de un cónclave en San Miguel, donde la ex Mandataria dijo que era necesario "considerar las condiciones y dificultades del nuevo contexto económico, social, político y de gestión que enfrentamos. Tenemos que ser realistas y sinceros de cara al país".
Y agregó: "tenemos que abordar nuestro segundo tiempo asumiendo, entonces, el efecto de estas dificultades, pero sin que ello signifique olvidar nuestro compromiso con la ciudadanía... Si pudiera sintetizarlo, esto es realismo sin renuncia".
En conversación con Emol y EmolTV, distintas voces analizan los posibles símiles entre ambas ideas "clave" para la gestión presidencial y el sentido final tras esta especie de "reordenamiento" de las prioridades del actual Gobierno, en busca de un equilibrio con las convicciones de base.
"En política, el realismo es parte de las alternativas"
El
ministro de Vivienda y Urbanismo, Carlos Montes, subrayó en conversación con
EmolTV que "
en política, el realismo es parte de las alternativas que siempre se tienen, y puede ser realismo en el marco de los debates de fondo, que es lo que yo creo que (el Presidente) insinuó".
Esto, porque según subraya, el Mandatario "no retrocedió en los objetivos, en el sentido de las cosas. Planteó sí que estaba abierto a recibir propuestas y a discutir instrumentos diversos a los que se han pensado, pero eso está por verse, depende de las cosas que se propongan".
De todas formas, desdramatizó la idea del "realismo sin renuncia", afirmando que se trata de un tema "de coyuntura", puesto que, reiteró, "el realismo es propio de la táctica política, de los pasos que se dan en política".
Frente al reordenamiento de las prioridades, Montes aclaró que esto ya partió por el tema de seguridad, puesto que fue aquello lo que "pasó a adquirir una significación mayor, pero siempre sigue estando en el centro la nueva Constitución, sigue estando en el centro el tema previsional y el tema tributario, y además, ayer el Presidente hizo un gran énfasis en educación y salud".
Reordenamiento y una contingencia "difícil de navegar"
Para la analista política, Javiera Arce-Riffo, efectivamente hubo un "reordenamiento de las prioridades de la agenda, además de un guiño súper fuerte a la derecha respecto de la reforma tributaria, al condicionar los cambios o el updating a las reformas más estructurales; que es precisamente la reforma tributaria para hacer la reforma de pensiones, que la tendrá que negociar mucho, y la reforma de los cuidados".
"Pero en general, sí me parece que es más realista, que están intentando generar una especie de priorización y que se dio naturalmente después de la elección del 7 de mayo y también de la del pasado 4 de septiembre", cerró.
"El Gobierno se ha visto obligado ajustar su programa y cambiar el orden de prioridades. Dentro de los elementos más importantes, ha sido tomar acciones frente a una agenda política y contingencia que cambió desde que asumió su Gobierno. Esta agenda naturalmente no le es cómoda (con temáticas como delincuencia, seguridad, inmigración), y le ha sido difícil de navegar"
Nerea Palma, académica UDP y Red de Politólogas
Marco Moreno, analista político de la Universidad Central, comenta que el discurso de ayer dio cuenta de "una manera de entender la gestión de gobierno central también en un marco de realidad. El Gobierno puede tener una hoja de ruta, puede intentar conducir detrás de esa hoja de ruta pero no tiene control sobre las circunstancias".
Así, destaca que la Cuenta Pública estuvo marcada por dos elementos: por un lado, "la idea de reforma, de cambios graduales, de cambios moderados, de cambios incrementales en las propuestas de de cómo enfrentar los problemas públicos; y en segundo lugar, una dosis importante o un equilibrio, diría más bien importante, entre convicciones y responsabilidad".
En tanto, Nerea Palma, Académica Facultad de Ciencias Sociales e Historia UDP y parte de la Red de Politólogas, plantea a este medio que "tal como el mismo Presidente indicó en la cuenta pública, su Gobierno se ha visto obligado ajustar su programa y cambiar el orden de prioridades. Dentro de los elementos más importantes, ha sido tomar acciones frente a una agenda política y contingencia que cambió desde que asumió su Gobierno. Esta agenda naturalmente no le es cómoda (con temáticas como delincuencia, seguridad, inmigración), y le ha sido difícil de navegar".
"Esto no porque su gobierno se ha quedado paralizado sin respuestas, porque medidas se han tomado, sino por la dificultad de convencer a la mayoría de la ciudadanía respecto del compromiso y la ejecución de estas medidas", resaltó la académica.
Ante la pregunta de si es posible hacer estos "cambios sin renunciar a los principios", Palma cree que sí, e incluso recuerda que hubo quienes, tras los resultados del 7M, "decían que el programa de Gobierno había que tirarlo a la basura".
"Si bien ha habido cambios en la agenda -lo que implica un cambio en las prioridades-, el Gobierno de Boric fue elegido para ayudar a darle una salida institucional a una gran parte de las demandas que escuchamos en el estallido social. Y para que este gobierno pueda lograr su cometido autoimpuesto, es importante que pueda impulsar su reforma tributaria, y es allí donde el Gobierno se juega la materialización de sus principios", cerró.
Para Eric Latorre, director del Magíster en Gobierno y Dirección Pública de la U. Autónoma, "la política entendida como 'el arte de lo posible', impone una dura realidad al Presidente Boric y su coalición; como lo es la necesidad imperiosa de dar gobernabilidad al país, en los casi tres años que le quedan por delante, en donde no controla la agenda, perdió cualquier opción de impulsar cambios estructurales y el próximo año empieza un periodo electoral que dejará al Presidente muy en segundo plano".
"En este escenario, lo que manda es el pragmatismo político, donde además los principios de este Gobierno, en muchos casos no pasan de meros slogans", sentenció.