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Karen Araya (PC), consejera constitucional: “Creo importante no condicionar el Consejo por lo que pase en el Ejecutivo”

La dirigenta afirma que “no estamos para arreglar cuentas o pasar máquinas, sino por el contrario, estamos para lograr acuerdos y terminar de redactar la Constitución que el pueblo de Chile merece y necesita”.

16 de Junio de 2023 | 08:36 | Por Nadia Cabello F., Crónica Constitucional
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Karen Araya.

El Mercurio
Con más de 490 mil votos, Karen Araya (Partido Comunista) fue elegida consejera constitucional. La profesora y dirigenta sindical obtuvo la segunda mayoría en la Región Metropolitana y es uno de los rostros fuertes de la izquierda al interior del Consejo, que asumió la semana pasada con el objetivo de redactar la propuesta de nueva Carta Fundamental que se plebiscitará en diciembre.

A su juicio, esta debe ser una que “represente a la gran mayoría y que se encuentre arraigada en los derechos sociales, que consagre la mejora sustancial y progresiva de la calidad de vida para todos y todas, y no para unos pocos, como lo hace la actual Constitución, que ha perpetuado un sistema de pobreza y precariedad (...), por supuesto, consagrando el Estado social y democrático de derecho sin bemoles”.

—¿A qué se refiere al decir “sin bemoles”?

—Nosotros tenemos que avanzar a respetar el acuerdo que se generó en diciembre pasado. Hoy día tenemos que ver cuáles son las implicancias jurídicas y qué significa para nuestro país que hoy la redacción diga “Chile se organiza en un Estado social y democrático de derecho”. Debemos avanzar en esa redacción y defenderlo a través de los derechos.

—¿Cómo evalúa el anteproyecto de los expertos?

—Lo hemos dicho: sabemos que es un piso y no un techo. Tiene mucho que ser mejorado. Avanza en aspectos sustanciales como los derechos laborales, pero es insuficiente en muchas otras materias. Esperamos que el espacio del Consejo permita avanzar en ello y no retroceder, como pareciera que se quiere hacer y generar este statu quo entre este proyecto y la actual Constitución. Hoy más que nunca debemos avanzar en mejorar la calidad de vida de las y los chilenos.

—¿Qué puntos cree que se deben mejorar?

—Bueno, ampliar el espectro del texto entregado por la Comisión Experta debe ser un imperativo. Ello, además, le otorga sentido a nuestra elección popular; mejorar y avanzar en lo que la ciudadanía quiere y necesita. Debemos dar respuesta a las urgencias de las y los chilenos a través de este texto constitucional. Creo importante, por ejemplo, avanzar en derechos de paridad; establecer el reconocimiento de las tareas de cuidado y crianza como trabajo; avanzar en un modelo de educación universal de acceso público, educación gratuita, la protección del medio ambiente y dejar el agua como un derecho y para consumo humano.

—¿Qué logros consiguió la izquierda en el anteproyecto?

—Más que logros, fuimos capaces de defender y consagrar algunos principios y pisos básicos como el derecho al trabajo decente, la libertad sindical y otros más, que son un avance para las y los trabajadores. Por otro lado, debemos avanzar en ampliar otros derechos como la paridad, la cual no queda consagrada de manera explícita en el anteproyecto. Es necesario que quienes representamos a más del 50% de la población, que somos las mujeres, participemos activamente de la vida política y social de nuestro país.

—¿Desde su sector están dispuestos a consagrar la libertad de elección en salud y de administración de fondos previsionales en la Constitución?

—Es que son dos cosas distintas. Una es el derecho de las personas a atenderse en un lugar determinado y otra cosa es constitucionalizar a las isapres y las AFP. Y eso creemos que es un retroceso. El Estado debe garantizar la salud y la educación, sin distinción de si tenemos más o menos recursos.

—El anteproyecto regula a los partidos políticos, el umbral de 5%, las órdenes de bancada. ¿Le satisfacen esas normas?

—Si bien el Partido Comunista no se vería afectado, hay muchos otros que sí. El umbral de 5% puede representar un mecanismo lamentable de exclusión para quienes pertenecen a movimientos sociales y políticos locales y que tienen reconocimiento territorial. Hay muchos sectores de nuestra sociedad que podrían no estar representados.


—¿Le gustaría modificar esa norma?

—Creo que debemos dialogar. La preocupación es que con esta fórmula las expresiones regionales que no son de relevancia nacional, pero sí de importancia local, quedarían ajenas al quehacer político. Tenemos que hacer una construcción conjunta sin que nadie quede fuera de este debate.

—Su sector ha mencionado que es importante incluir los derechos sexuales y reproductivos. ¿Van a insistir en ello?

—Es importante dar el debate, pero situarlo solamente en el tema del aborto es un error. Hay que avanzar en muchos otros derechos de las mujeres. Es importante instalar en estos espacios de debate los derechos sexuales y reproductivos más allá de que hay un sector que opina lo contrario.

—Desde la oposición han dicho que insistirán con una norma que proteja la vida del que está por nacer. ¿Por qué a la izquierda no le gusta esa propuesta?

—Creemos fielmente en el derecho a decidir y eso va más allá de la protección de la vida o el derecho al aborto. Hemos dicho en todos los espacios que estamos por consagrar los derechos sexuales y reproductivos que permitan a todos y todas acceder, no solo al conocimiento, sino también al cuidado, a la prevención, durante toda la vida sexual y reproductiva. Yo hago el llamado a salir del discurso arraigado solo en defensa al aborto, el cual ciertamente comparto como acto de decisión sobre nuestros cuerpos, y ser capaces de ir más allá y dotar a todas y todos de las herramientas para prevenir y cuidarnos responsablemente.

—¿Hay espacio para dialogar con la derecha, que es mayoría en el Consejo?

—Nosotros hemos dicho en reiteradas oportunidades que estamos abiertos a dialogar con todos los sectores políticos que son parte del Consejo Constitucional. Creo que los espacios de diálogo deben estar siempre sobre las diferencias políticas e ideológicas. Redactar una Constitución es dar el debate de ideas, pero el espacio para dialogar no se decreta solamente, debe ser construido con hechos y no palabras. Espero que exista la mejor de las voluntades para entregarle a Chile la Constitución que merece y no la que proteja los intereses de unos pocos.


—¿Hasta ahora cómo ha sido la relación? Porque en las comisiones ustedes no consiguieron ninguna presidencia.

—Nosotros hicimos los esfuerzos para entablar un diálogo con la derecha y los sectores de ultraderecha, pero lamentablemente no tuvimos eco. Creemos que fue una mala señal política de parte de ellos, porque nosotros somos la segunda mayoría y representamos a un sector muy importante de la población, más allá de la minoría que hoy tenemos dentro del Consejo. Como dije, esto debe ser expresado con hechos y no palabras. No sirve que salgan diciendo públicamente que abrirán los espacios de diálogo para que luego en el Consejo cierren las puertas como lo han hecho.

—¿Cómo se dialoga en el Consejo mientras en el Congreso republicanos anuncian acusaciones constitucionales a los ministros? ¿Se pueden separar ambas esferas?

—Aun siendo oficialista, creo que es importante separar los espacios de discusión en forma y fondo. El proceso anterior se trató de permear por la derecha en un intento de asociación entre el Gobierno y la Convención, lo cual sabemos que afectó finalmente el resultado de las elecciones. En este sentido, en este nuevo proceso creo importante no condicionar el Consejo por lo que pase en el Ejecutivo. Aquí no estamos para arreglar cuentas o pasar máquinas, sino por el contrario, estamos para lograr acuerdos y terminar de redactar la Constitución que el pueblo de Chile merece y necesita.

—¿Cómo buscarán incidir en el texto siendo minoría en el Consejo?

—Desde el inicio de nuestra campaña dijimos que no nos vamos a restar de ninguna discusión y así será. Nuestra participación en la comisión de Derechos sociales será fundamental, no solo para poner los temas que el pueblo siente como urgentes, sino para, sobre todo, empujar los temas que desde la participación ciudadana se levanten.

—¿Pero cómo se incentiva la participación, cuando en la Convención hubo iniciativas populares con un altísimo apoyo, por ejemplo, “Con mi plata no”, pero su propuesta no fue plasmada en el texto?

—Nosotros hemos propiciado que todos los que han sido excluidos de este proceso, que son los movimientos sociales, tienen una misión muy importante, que es levantar sus demandas a través de los distintos mecanismos de participación ciudadana. Creo que quedarse fuera de aquello es arriesgar quedarnos con una Constitución que no garantice los derechos que buscamos. No hay que hacer una comparación con lo que ocurrió en el proceso anterior. Ese proceso ya está cerrado. Hoy tenemos que incentivar la participación para que todos y todas sean escuchados. (En la Convención) se levantaron, además de la propuesta de “Con mi plata no”, muchas otras que proponían un sistema solidario, pero lamentablemente, por no ir en una sola propuesta, no fueron capaces de tomarse en el colectivo.

—Esta semana usted dijo en el pleno que “es importante generar espacios de diálogo para legitimar este proceso”...

—A ver, lo dije a propósito de que votamos la ampliación de las audiencias públicas. A mí me parece, lo reafirmo, que se debiese haber extendido todos los plazos de participación ciudadana.

—Pero ocupó la frase “legitimar este proceso”. ¿Le parece que no es legítimo?

—Lo que yo señalo es que para darle legitimidad al proceso todas las voces tienen que estar en este proceso constitucional y por eso es importante la participación. Hay sectores importantes que han sido excluidos de este proceso: los movimientos sociales. Hubo un acuerdo del cual los partidos políticos somos parte, son estas las reglas del juegos que hoy estamos jugando, pero quienes no han sido partícipes tienen la posibilidad de serlo con las instancias de participación. Eso le va a entregar legitimidad al proceso porque va a estar la voz de todas y todos.

—¿El no hacer consulta indígena le restaría legitimidad al proceso?

—Nosotros estaremos cinco meses dispuestos a dialogar y discutir, pero para ello debemos dar plazos prudentes para la participación. Creo que la consulta indígena va en el mismo camino. Es necesario que se pueda levantar. El consejero Antileo presentó una solicitud a la mesa del Consejo Constitucional y estamos a la espera de respuesta.

—El exconvencional Marcos Barraza (PC) dijo que la derrota del 4-S “respondió evidentemente a errores propios”. ¿Qué lecciones saca usted de ese proceso?

—Los procesos son diametralmente diferentes. Aun así, creo que efectivamente existieron errores propios. Sería muy arrogante no decirlo y no reconocerlo. Hoy más que nunca debemos ser capaces de conectar con el sentir del pueblo, ese que reclama derechos sociales desde sus territorios o realidades y que muchas veces se siente alejado o decepcionado de que nunca se avance en mejoras sustanciales para su vida. El proceso pasado nos dejó muchas enseñanzas y debemos todos los sectores, sin exclusión, ser capaces de aprender de ello y avanzar por el bienestar de las y los chilenos.

—Sectores de izquierda llamaron a anular en la elección de consejeros y rechazar en el plebiscito de salida. ¿Qué opina de esas posturas?

—Nosotros creemos que todavía hay posibilidades de escribir una Constitución que garantice derechos y mejorar la calidad de vida de nuestro pueblo. Es importante dar esta batalla. Es necesario que no bajemos los brazos y que podamos levantar las demandas de nuestro pueblo en una nueva Constitución para que este país sea más equitativo, más igualitario, con mayor equidad. Nosotros fuimos parte del acuerdo y ahora del proceso. Decir a priori una decisión para el plebiscito de salida es un error. Hoy debemos levantar las demandas y, como hemos dicho, correr el cerco lo más posible.

—Si no logran consagrar los temas que ha mencionado que son importantes para su sector, ¿podrían rechazar la propuesta en el plebiscito de salida? ¿Se han puesto en ese escenario?

—No nos ponemos en ese escenario y, reitero, decir a priori una decisión para el plebiscito de salida sería un error. Es algo que vamos a decidir en el momento.

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