El Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio se enfrenta por estos días a duros cuestionamientos tras la decisión de rechazar la invitación de asistir como "invitado de honor" a la Feria Internacional del Libro de Frankfurt 2025, bajo el argumento de
"priorizar recursos al fortalecer el ecosistema del libro y la lectura en Chile".
Así señalaba el comunicado emitido desde la cartera, donde agregaron que ser invitado de honor en esa feria "significa una gran inversión" y los recursos serán enfocados a "una iniciativa de alcance internacional en Chile", para reposicionar al país como espacio de reconocimiento mundial en esta materia.
Pero las razones esgrimidas desde Culturas no convenció a expertos, gremios, ni parlamentarios, quienes criticaron transversalmente la decisión. El principal reparo dice relación con que la feria en cuestión es considerada el evento más relevante desde el punto de vista editorial a nivel global, además de ser una "oportunidad única" para desarrollar negociaciones sobre derechos de venta.
Chile de todas maneras estará en el evento como un invitado más, y el tema central serán los 50 años del golpe militar; pero para varias voces el haber declinado a ser invitado de honor es "una pérdida para el mundo cultural" y hasta fue tildado de "bochornoso" y "sorpresivo".
El tema escaló, luego que un grupo de diputados de Renovación Nacional (RN) anunciaran un oficio ante la Contraloría General de la República. Asimismo, citarán al ministro de las Culturas, Jaime de Aguirre, para que dé explicaciones ante dicha comisión de la Cámara Baja. Incluso, el diputado Jorge Durán, no descartó la posibilidad de iniciar un proceso de interpelación contra el ministro.
Esta tarde, y en medio de la polémica, De Aguirre salió al paso de las críticas y a través de un comunicado expresó que "es una decisión que estamos investigando si es reversible". "El Presidente de la República no está de acuerdo con esta decisión, tengo que decirlo francamente. La estamos analizando, estamos viendo que hay posibilidades de revertirla. Yo veo que son escasas", sostuvo.
Así, a poco más de tres meses de asumir como titular de las Culturas -en reemplazo de Julieta Brodsky- De Aguirre ya ha enfrentado episodios donde sus decisiones o actitudes han generado molestia, incluso al interior de su cartera, la que, de todas formas, desde antes de su aterrizaje arrastra una serie de episodios y conflictos internos.
Acusado de "desidia" durante movilización de funcionarios
Jaime de Aguirre, ex director ejecutivo de Chilevisión y TVN, y ex director de programación de Canal 13, asumió el pasado viernes 10 de marzo, y sólo dos meses después, el 18 de mayo, enfrentó su primera crisis de gestión, luego que distintos sindicatos del ministerio iniciaran una paralización: acusaban falta de respuestas a sus demandas, eso sí, arrastradas desde gobiernos anteriores.
Los trabajadores solicitaban nivelaciones salariales, acusaron brecas "irracionales", y exigían el aumento de dotación "ante excesivas e inabordables sobre cargas laborales". También pedían mejoras remuneracionales para quienes prontamente egresarán del servicio y que mantienen importantes lagunas previsionales prolongados contratos a honorarios; implementación regulada del teletrabajo; falta de carrera y movilidad funcionaria, traspasos de trabajadores a honorarios en condiciones dignas, entre otras relevantes necesidades".
Si bien los dardos apuntaban a la administración del ex Presidente Sebastián Piñera, también acusaron que De Aguirre demostraba "desidia" ante las demadas, "incumpliendo a la vez su compromiso de reestructurar el Gabinete Ministerial y disminuir su excesiva cantidad de asesores".
La cuestionada gestión de Brodsky
La antecesora de De Aguirre, Julieta Brodsky, salió de la cartera en medio de una mala evaluación a su gestión. Uno de los primeros traspiés fue el atraso en la entrega de bonos a los artistas durante la pandemia, pero también tuvo problemas en la interna: se le cuestionó por pasar a llevar la estructura organizacional y por falta de iniciativas legales. De hecho, no presentó ningún proyecto al Congreso.
En abril, un mes después de asumir, la ex ministra tuvo desencuentros con el sector cultural -en medio del debate constituyente-, al expresar la idea de "limitar" el derecho de autor para facilitar el acceso a la producción cultural.
Pero Brodsky también enfrentó no una, sino que dos paros de funcionarios del patrimonio. Y es que las acusaciones de "desidia" hacia Aguirre no son nuevas; la ex ministra también escuchó la frase en medio de la movilización de junio de 2022, donde se exigían mejoras por condiciones laborales y acusaban que a cuatro años de la creación del Ministerio, el Servicio Nacional del Patrimonio aún no contaba con una planta definitiva. Brodsky logró sortear el conflicto tras firmar un compromiso al respecto, donde se acordaron mesas de trabajo.
No obstante, en noviembre, archivos, museos y bibliotecas del país se plegaron al paro convocado por la Asociación Nacional de Trabajadores del Patrimonio y Anfupatrimonio. La exigencia era que la entonces ministra cumpliera con el acuerdo firmado en julio, y por varios días, todos aquellos espacios estaban cerrados al público.
"Volvemos a hacer un llamado al diálogo a la ministra Brodsky y le solicitamos exprese concretamente que dará cumplimiento íntegro a las demandas expresadas, así como a continuar con el trabajo de las mesas de trabajo", señalaron en un comunicado. Finalmente, el conflicto se resolvió en el Senado, luego que se aprobara la partida presupuestaria de Cultura, con una condición que permitía la redistribución de recursos.
Los tres ministros del ex Presidente Piñera
Los cuatro años del segundo gobierno del ex Presidente Piñera estuvieron atravesados por el estallido social y la pandemia; crisis que afectaron fuertemente al mundo cultural, y que obligó a pensar en estrategias para ir en ayuda del sector, y dejó al actual Gobierno con una serie de desafíos que resolver en medio de las "crisis post pandemia", como la inflación.
Hubo tres ministros entre 2018 y 2022: la primera fue la periodista Alejandra Pérez, quien salió del cargo a sólo cinco meses de ser nombrada, luego que la encuesta Cadem arrojara un importante aumento en la desaprobación con su gabinete. Pérez tuvo un desencuentro con el senador RN, Francisco Chahuán, luego que la cuestionara por el paro que se desarrollaba en un centro cultural de Valparaíso y porque, según dijo, haber solicitado que no publicaran una entrevista. El parlamentario llamó a "sacarla a patadas", y después se disculpó por sus dichos.
Luego vino la fugaz nominación de Mauricio Rojas, quien sólo duró 100 horas en el cargo, tras la polémica que se levantó por dichos que emitió en el pasado respecto al Museo de la Memoria. "Más que un museo (...) se trata de un montaje cuyo propósito, que sin duda logra, es impactar al espectador, dejarlo atónito, impedirle razonar (...) Es un uso desvergonzado y mentiroso de una tragedia nacional que a tantos nos tocó tan dura y directamente".
Posteriormente, la ministra Consuelo Valdés -y la única ligada al mundo en la gestión cultural- asumió el cargo, pero tampoco estuvo ajena a polémicas. En noviembre de 2020, Valdés sostuvo en CNN -en el contexto de la discusión por el presupuesto para su cartera- que "un peso que se coloque en cultura, es porque se deja de colocar en otro programa o necesidad de los ciudadanos", lo que le significó una avalancha de acusaciones de "desconexión" con la cultura y varias peticiones de su salida.
También se le criticó duramente porque, pese al complejo contexto que atravesaba el país, sólo se habían ingresado dos proyectos de ley: Ley de Patrimonio y una modificación a la Ley del Libro. De hecho, muchas veces se reclamó su presencia en las sesiones de la Comisión de Cultura en el Parlamento; para algunos, su ausencia era "la tónica".
En abril de ese año, los trabajadores del ministerio se plegaron al rechazo de la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF) y de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) del retorno progresivo de funcionarios públicos a la presencialidad.