Desde hace algunos años, los bloques de droga, principalmente de cocaína, que son incautados por las policías del mundo comenzaron a registrar una particularidad. Cada uno contaba con una especie de sello en bajorrelieve: un delfín, que es asociado al Cártel del Golfo mexicano, pero también a productores bolivianos y peruanos; un número 7, que se vincula al Cártel de Sinaloa, también mexicano; u otro más de 500 diseños, dicen investigadores que exponen que éstos van cambiando. Su fin es identificar la procedencia de la droga y la calidad de la misma. Esta semana en el país apareció un nuevo "cuño" en un embarque de cocaína -que además contenía otras sustancias- que fue incautado en Copiapó. Es también un número 7, aunque con características distintas al de la organización fundada por el Chapo Guzmán, dice la policía local, por lo que indagan a qué grupo pertenecería.