Un empalme de temas se ha desencadenado en el Congreso a raíz de la Acusación Constitucional que impulsa la oposición en contra de ministro de Educación Marco Antonio Ávila, y donde la DC estaría tomando un rol protagónico para definir que la ofensiva se concrete, pero también, por las presiones de la bancada falangista para quedarse con la presidencia de la Cámara de Diputadas y Diputados.
"Va ser una acusación bastante ajustada en su discusión en la Cámara. la bancada DC a esta acusación no la desecha de antemano... Vamos a estudiar cada uno de los siete capítulos en profundidad. Si hay mérito en uno de esos capítulos, vamos a avanzar en la acusación", dijo este lunes el jefe de bancada de DC, Eric Aedo.
Por su parte, la ministra del Trabajo, Jeanette Jara, sostuvo desde el Congreso que "en relación a la presentación de la AC que ocurrió hace algunos minutos atrás, primero señalar que el Gobierno la va a analizar. Entendemos que es una herramienta de fiscalización de la Cámara, que debe ser usada en las hipótesis contempladas en la ley y por tanto, va a ser analizada con toda la rigurosidad que corresponda".
"Es importante dejar en claro que uno de los fundamentos que se ha esgrimido es el resultado del Simce, cuando todos sabemos que en este país se vive una pandemia que mide mucho más de los meses que el ministro (Ávila) ha ido encabezando esa cartera, por tanto, hay que tomar todos los temas en su debido contexto", comentó Jara.
En tanto, Jara dijo que "no es procedente" vincular ambos temas -la Ac con la vicepresidencia de la Cámara-, "toda vez que la AC debe ser analizada en su mérito y por otro lado, la discusión de quien va a dirigir la cámara para el próximo periodo es un debate que queda entregado a los parlamentarios y debe darse dentro del marco de su autonomía política".
"Pero son temas distintos que no nos parece que sea bueno vincularlos, porque entendemos que tienen resolución y causas distintas", subrayó Jara.
La votación de la AC se desarrollará en la Sala entre el 10 y 20 de julio, lo que ocurriría después de la elección para renovar a los nombres que lideran la Cámara de Diputadas y Diputados. Esta situación dejaría a la DC con una ventaja para ejercer presiones para quedarse con el liderazgo -pese a que el PC afirma que es su turno-, y condicionar el aprobar la AC si es que son vetados para asumir la presidencia de la corporación.