A comienzos de año, la administración del edificio de Violeta Armas comenzó a hacerle advertencias y cursarle multas por la tenencia de dos perros de en su departamento ubicado en calle Zenteno, comuna de Santiago. Además le informaron que debía deshacerse de uno porque el Reglamento de Copropiedad sólo permite un animal de compañía por residencia. Fue así que su caso llegó a la Corte de Apelaciones de Santiago, que recientemente resolvió a su favor, acogiendo la acción constitucional que presentó, por considerar que estaba vulnerándose su integridad psíquica y su derecho a propiedad. El tribunal de alzada dejó sin efecto las multas aplicadas como el requerimiento de la administración. De forma unánime, las ministras Ana María Osorio, María Soledad Jorquera y el abogado Eduardo Gandulfo determinan que existió un actuar arbitrario e ilegal de la comunidad y les ordenó abstenerse en el futuro de obstaculizar la permanencia de mascotas en el edificio. Los magistrados advierte que "la actual normativa relativa a mascotas y animales de compañía establece consideraciones especiales respecto a sus necesidades" y los reconoce en calidad de "seres vivientes y sensibles". También estiman que "dichos animales no aparecen como seres simplemente desechables, como pudiese tratarse de cualquier otra cosa".