"¡Cuidado, andan robando celulares!". El escenario lo viven a diario quienes deben zigzaguear por los cientos de paños, carros con frituras y toldos azules, que tienen copadas las calles interiores y veredas desde Estación Central hasta Unión Latinoamericana. Pese a los reiterados anuncios y planes de las autoridades, no se ha logrado recuperar el barrio Meiggs. De hecho, hace más de un año que los locatarios alertan sobre el desplazamiento de los toldos azules hacia calles aledañas, como Bascuñán Guerrero y Sazié. Y ahora también se pueden ver en la Alameda. El número de vendedores es tal, que calles como San Alfonso ya no tienen tránsito vehicular. Esto complica al comercio establecido, que reclama que la zona está tomada por distintas mafias que hacen del lugar un sitio inseguro.