"No me siento ofendido", aseguró el Presidente Gabriel Boric al arribar a la ciudad de París. Tras un viaje de tres horas en tren desde Ginebra hasta la capital francesa, el Mandatario decidió abordar públicamente la valoración que hizo su par de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, respecto al discurso que vertió en el plenario de la Cumbre Celac-UE.
En una declaración que trascendió este miércoles, Lula aludió a la "ansiedad" y a la "juventud" de Boric el llamado que el Presidente chileno hizo a sus homólogos de América Latina de condenar categóricamente la invasión de Rusia sobre Ucrania, conflicto que hasta pasado el almuerzo de cierre del cónclave birregional, era un escollo para zanjar la declaración conjunta entre ambas partes.
"Todos sabemos lo que piensa Europa, todos sabemos lo que está pasando entre Ucrania y Rusia. Todos sabemos lo que piensa América Latina. No tengo que estar de acuerdo con Boric; es su visión", adujo el líder del PT, acotando que
"posiblemente, la falta de costumbre de participar en estas reuniones hace que un joven tenga más prisa. Pero así es como suceden las cosas".
Para efectos de la réplica, el Presidente chileno optó por un tono de conciliación. "Yo con Lula tengo respeto, cariño, no tengo diferencias sustantivas en esto y no me cabe duda de que estamos por la paz".
"No me siento ofendido. Estoy tranquilo. Las veces que he tenido la oportunidad de conversar con él, tengo la mejor impresión. Somos de la misma familia política y hoy día podemos tener matices respecto a esto, pero la posición de Chile es una posición de principios respecto a la importancia de la defensa del derecho internacional", agregó.
Así, por segunda vez consecutiva, Boric y Lula hicieron noticia por el disenso que manifestaron en el marco de una cita internacional. El pasado 30 de mayo en Brasilia, en la Cumbre de líderes de América del Sur que convocó Lula, Boric se desmarcó de los dichos del Presidente de Brasil respecto a que la situación de derechos humanos y la dictadura en Venezuela correspondería a un "narrativa".
"Manifesté que tenía una discrepancia con lo que señaló el Presidente Lula el día de ayer, en el sentido que la situación de derechos humanos en Venezuela era una construcción narrativa", reconoció Boric, aseverando que ella "es una realidad, es seria y ha tenido la oportunidad de verla en los ojos y el dolor de cientos de miles de venezolanos que están en nuestra patria".
Al margen de estos dos episodios, hay un acápite de la relación entre ambos Presidentes que radicó en una concordancia: La carta que los líderes de México, Bolivia, Argentina y Colombia firmaron en apoyo al expresidente de Perú, Pedro Castillo, pese a su intento de provocar un autogolpe de Estado, de la que se desmarcaron tanto Boric como Lula.
"Existen normas constitucionales, existen reglas del juego, y esas normas el Presidente Castillo no las respetó", afirmó la entonces ministra de Relaciones Exteriores, Carolina Urrejola. Mientras que Lula emitió un comunicado en el que apoyó la destitución de Castillo, asegurando que "todo se llevó a cabo dentro del marco constitucional".
Con todo, el choque entre ambos liderazgos constrasta a las expectativas que manifestó Boric en circunstancias que era Presidente electo, respecto a "tener un trabajo codo a codo con Lucho Arce en Bolivia, si Lula gana las elecciones en Brasil con Lula, la experiencia de Gustavo Petro si se consolida en Colombia. Creo que ahí se puede armar un eje tremendamente interesante".
