Un nuevo debate se ha instalado en las últimas semanas en la opinión pública, producto de la iniciativa que está en trámite en la Municipalidad de Santiago -que de hecho se vota hoy- y que apunta a
cambiar el nombre de nueve calles, dos plazoletas y un puente, en el marco de la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado.
Lo que se ha comunicado por la misma entidad, es que la idea surgió de los vecinos y vecinas por medio de organizaciones sociales, juntas de vecinos, etc. De hecho, se comunicó que, a través de la oficina de partes del municipio, ingresaron las diversas solicitudes.
Sin embargo y, pese a que según lo han mencionado varias entidades, el procedimiento que se estaría llevando a cabo es el legal y correspondiente, han surgido diferentes críticas.
Según explicó la misma alcaldesa de Santiago, Irací Hassler (PC) el martes, para que un municipio pueda cambiar el nombre de calles -que, por cierto, la edil detalló que en este caso solo son fragmentos, algunos de solo una cuadra-, se necesita la aprobación del Consejo Comunal de la Sociedad Civil (Cosoc) que está compuesto por representantes de las organizaciones e instituciones, y del Concejo Municipal (integrado en este caso por tres concejalas del Partido Comunista, tres del Frente Amplio, dos independientes y dos de Renovación Nacional).
El Cosoc ya aprobó el pasado jueves 27 de abril (con 10 votos a favor, 2 en contra y 7 abstenciones) el informe, y este miércoles se toma la decisión final en el Concejo Municipal.
Pero la jefa comunal, además de ello, también apuntó a la "importancia de recoger las opiniones de los vecinos". En ese marco, sostuvo que aparte de lo que legalmente se tiene que hacer, hubo "un proceso previo participativo, porque estas propuestas no surgen desde la alcaldía, sino desde las propias organizaciones sociales que invitaron a poder discutir estos temas tan significativos".
Desde la oposición han cuestionado eso, ya que consideran, por el contrario, que se ha pasado a llevar a la gente. Sobre todo, considerando que algunos vecinos en la calle Namur, una de las zonas que se vería afectada, colgaron un lienzo manifestando el rechazo a la idea.
"Queremos mandar un mensaje a la alcaldesa de Santiago: cuando uno llega a un puesto de poder, llega para solucionar los problemas de las personas que viven en esa comunidad. No llega para borrar y reescribir la historia (...) La edil quiere hacer esto sin consultar a los vecinos y sin recordar su primer objetivo que es solucionar los problemas de la delincuencia", dijo el diputado Jorge Alessandri (UDI).
En la misma línea, Johannes Káiser (REP) sostuvo que "una vez más queda en evidencia que Santiago está siendo gobernado por una persona que piensa en sus propios intereses políticos y no en el interés mayor y bienestar de los vecinos".
El municipio aseguró tras las críticas que el renombre de calles "se ajusta a la legalidad", no obstante, por otro lado la jefa comunal expresó que no les "sorprenden" las declaraciones de la UDI, toda vez que el parlamentario Alessandri "ha planteado estos días que no le parecen los cambios de nombre de calles y, al mismo tiempo, ha planteado que él justifica el golpe de Estado".
En la misma instancia, la edil expresó su total apoyo a la iniciativa: "Me parece fundamental que a 50 años del golpe de Estado podamos recoger las propuestas, discutirlas y, con ello, avanzar en memoria, no solo por lo que pasó, sino que por el presente y el futuro, para que podamos generar garantías de no repetición, del nunca más", sostuvo.
El gobernador de la región Metropolitana, Claudio Orrego, también entregó su opinión y en ella advirtió que lo importante es que "se respete la legalidad, que se respeten los procedimientos que establece la ley, que son consultar al Cosoc y al Concejo Municipal". Aunque, de todas maneras, dijo que "ojalá poner nombres que generen unidad".
Cabe mencionar que las calles que se busca modificar, producto de que son "lugares donde se cometieron graves violaciones a los derechos humanos", son: Namur, Santa Mónica, Maule, Delfina, Aconcagua, General Bulnes, Huérfanos, Manuel de Amat, Rosas, plazoleta ubicada en Santo Domingo, plazoleta ubicada en calle Andes, Brasil y Mapocho, y el Puente Loreto
El detalle por comunas de la RM
Emol consultó a algunas municipalidades de la región Metropolitana si es que han realizado cambios de nombre de calles y, de ser así, cómo se han llevado a cabo.
Desde la Municipalidad de La Florida, dijeron que el procedimiento es el mismo que han mencionado desde Santiago. Es decir, el alcalde debe presentar la iniciativa al Concejo Municipal, pero antes, el informe debe haber sido aprobado por el Cosoc, ya que tiene que nacer de la comunidad -ya sea por homenaje, agradecimientos, retribución y otra- la intención de hacer un cambio de nombre.
Si bien indicaron que se puede aumentar la participación ciudadana a través de, por ejemplo, una consulta, eso no está determinado en la ley.
En el caso de esa comuna, según relataron, "es algo muy poco habitual" el cambio de nombres. Incluso, la información que se maneja es que no hay más de dos eventos al respecto en La Florida. Ello, se puede dar, de acuerdo a lo que explicó el director jurídico del municipio, Gonzalo Barrientos, porque al hacer un cambio de nombre de calle, se deben modificar o actualizar todos los documentos en relación a propiedades.
Desde la Municipalidad de Lo Barnechea, expusieron que es el mismo proceso legal: la iniciativa debe pasar por el Cosoc y luego por el Concejo Municipal. Y, si estos no lo aprueban, el proyecto simplemente se cae.
El año pasado, por ejemplo, propusieron cambiar el nombre de la calle Refugios del Arrayán por "Doña Tina", no obstante, el Cosoc no estuvo de acuerdo, por lo que no se pudo seguir avanzando. "Por mucho que queramos llevar adelante una iniciativa, si los vecinos nos dicen que no, no prospera", sostuvieron.
En la Municipalidad de La Pintana, comunicaron que el procedimiento utilizado "se enmarca dentro de lo establecido en la Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades", es decir, se reciben "las solicitudes de nuestros vecinos por oficina de partes, la Secretaría Municipal deriva esta solicitud a la Dirección de Obras y está hace la consulta a las Direcciones de Dideco, Tránsito y Secplac. Una vez obtenida la visación de todas las unidades, pasa a la consulta del Cosoc y de ahí a la aprobación por parte del Concejo Municipal".
A diferencia de La Florida, desde La Pintana informan que se han realizado varios procesos de modificación de nombre de calles y dentro de los más significativos se encuentra el del sector El Roble, donde la calle General Francisco Franco cambia a Violeta Parra (31 de mayo del 2013).
Otro caso, es el del sector San Rafael, donde la calle Gobernador Muñoz Gamero cambió a Padre Pablo Laurín, fundador de la Parroquia de San Rafael, vicario de la zona sur, fundador de centros de rehabilitación por alcoholismo y creador de la catequesis familiar. En esa ocasión, acotaron que se reunieron más 1000 firmas de vecinos.
Por último, desde la Municipalidad de Ñuñoa señalaron que los cambios que se han hecho "han sido consensuados con la comunidad" y los mismos vecinos los han pedido. Asimismo, que luego el Concejo Municipal los aprueba o rechaza.