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Jacques Chonchol: Partidario de un "proceso masivo, rápido y drástico"

Quien fuera el ministro de agricultura de Allende ha destacado que lo fundamental que quedó de la reforma agraria fue que se terminó para siempre con el viejo latifundio.

15 de Agosto de 2023 | 10:41 | Equipo Chile 1973-2023
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Jacques Chonchol

El Mercurio
En el proceso de reforma agraria, Jacques Chonchol fue un personaje decisivo. Ingeniero agrónomo de la Universidad de Chile con posgrados en el extranjero, fue funcionario de la FAO y de otros organismos internacionales. Cercano a Fidel Castro y al Che Guevara apoyó la reforma agraria en Cuba a comienzos de los 60. Fue después vicepresidente del Instituto Nacional de Desarrollo Agropecuario (Indap) en el gobierno de Eduardo Frei Montalva y luego ministro de Agricultura de Salvador Allende durante gran parte de su administración. Contribuyó a formar el MAPU, partido que en 1969 lo levantó como carta presidencial antes de apoyar a Allende en la candidatura de la Unidad Popular.

En 1963, en un controvertido artículo en la revista Mensaje titulado “La reforma agraria”, Chonchol fijaría sin ambigüedades su posición sobre la manera de llevar adelante estos cambios revolucionarios en América Latina. Después de ello pocos podían sorprenderse por la deriva que tomaría el proceso. A su juicio, “la reforma agraria debe ser un proceso masivo, rápido y drástico de redistribución de los derechos sobre la tierra y sobre las aguas”. Advertía que dado “lo limitado de los recursos disponibles de todos los países latinoamericanos, mientras más se pague por las tierras, menos posibilidades habrá de hacer con éxito una reforma agraria”.

En este sentido, estimaba que el precio de los inmuebles “se explica porque, por razones especulativas y de prestigio social, normalmente el valor comercial de la tierra es muy superior al de su rentabilidad económica real. Entregar en consecuencia a los actuales precios comerciales las tierras que reciban los campesinos beneficiados, es automáticamente condenarlos o a la miseria o a no poder pagar finalmente por sus tierras”. Reconocía que “un cambio de la naturaleza de la reforma agraria, que significa tantas modificaciones en el funcionamiento de la sociedad rural, tiende a crear, mientras se está realizando, un cierto grado de inestabilidad. Ello es inevitable. Entonces lo lógico es tratar de superar en el tiempo más corto posible esta inestabilidad”.

Entre otros puntos, en el mencionado artículo le quitaba relevancia a las exportaciones apostando por el mercado interno. Así, consideraba que “la reforma agraria no solo implica un cambio radical en los sistemas de tenencia de la tierra y de las aguas, sino también en la estructura y orientación de la producción. En este sentido el mercado interno debe tener prioridad sobre el externo, lo que conduce a la necesidad de dar expresión económica en este mercado a las crecientes necesidades reales de la población”.

Uno de los principales críticos del proceso de reforma agraria de la Unidad Popular fue el senador DC Rafael Moreno, que había sido vicepresidente ejecutivo de la Corporación de la Reforma Agraria (CORA) en el período1964-1970 y que coincidió con Chonchol cuando este estaba en Indap. Buscaba marcar una diferencia entre lo ocurrido en el gobierno de Frei Montalva y lo que ahora sucedía, acusando al gobierno de Allende de salirse de la legalidad. En una intervención en el Senado en mayo de 1972 Moreno sostenía que “desde que comenzó el Gobierno de la Unidad Popular, empezó también una aceleración de las tomas, de las ocupaciones ilegales, de las invasiones de predios, sin considerar dimensiones, ubicación o posibilidades de expropiación.

Automáticamente, por parte de las autoridades, se generó un procedimiento, desde el punto de vista de los hechos, que tendía a habilitar un mecanismo que permitiera que los predios ocupados entraran al proceso de intervención del Estado por la vía de las intervenciones, después de lo cual se producía la expropiación”. A modo de ejemplo, planteaba que “la Corporación de la Reforma Agraria expropió 1.306 predios en 1971, y durante ese mismo año se tomaron 1.306. Existe casi una relación exacta entre el número de tomas y las expropiaciones”.

Chonchol hasta el día de hoy defiende el proceso de la reforma agraria que le tocó encabezar. Sostiene que el punto fundamental y no reversible que quedó de aquella experiencia fue el término para siempre del viejo latifundio tradicional.

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