Las autoridades nacionales declinaron aceptar la invitación de Israel para que Chile fuera parte de la misión lunar Beresheet 2, de la ONG israelí SpaceIL. Proyecto que no sólo iba a implicar que Chile diera un salto relevante en materia de exploración espacial, sino que también, porque el proyecto apuntaba a generar insumos e información para compartir con el mundo académico.
El proyecto también fue presentado en la comisión de Defensa Nacional de la Cámara, el pasado 16 de mayo, donde el
embajador de Israel en Chile, Gil Arztyeli, explicó que el presupuesto para Beresheet 2 es de US$120 millones, lo que fue calificado como "barato" por parte del embajador, al comparar proyectos similares de otros países que resultan mucho más costosos.
De ese monto, Chile debía aportar el 12,5% es decir US$15 millones.
La oferta fue evaluada por la Comisión Asesora Presidencial en Materia Espacial, presidida por la ministra de Ciencia, Aisén Etcheverry. Según sostuvo la secretaria de Estado a El Mercurio, "el análisis se hizo tomando en cuenta cuál es el beneficio concreto y real que tiene para el país participar en la misión, y en segundo término, en cómo está alineada con nuestra Política Nacional Espacial".
Según explicó, tras analizar el ofrecimiento, el beneficio era más bien "comunicacional", al llevar la bandera en una misión lunar, pero que la participación científico-tecnológica era más bien escasa. Además, comentó que uno de los focos de la política nacional es potenciar el desarrollo satelital.
Si bien en algún momento se habló de que el monto que debía aportar Chile por participar se podría reducir a US$7,5 millones, Etcheverry precisó que esto requería aporte de privados y "nunca hubo una carta formal para concretar ese ofrecimiento".
Debate por el presupuesto para ciencia
En conversación con Emol, el astrónomo Rodrigo Herrera, de la Universidad de Concepción y del Centro de Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA) sostiene que el proyecto es interesante, puesto que Chile no tiene un programa espacial tan definido como Israel u otras potencias, por lo que, mirando el vaso medio lleno, "y considerando que fuimos el único país de Latinoamérica invitado a participar, habla bastante bien de nosotros y era una muy buena oportunidad".
Ahora bien, el profesional aclara que la respuesta que dio el Gobierno sobre la limitación de recursos "es verdad, porque la ciencia, lamentablemte, por el presupuesto que tenemos asignado para ciencia, el presupuesto es más bien limitado y por lo tanto los montos que se necesitaban para participar del proyecto simplemente yo creo no coincidían con el presupuesto que existe actualmente".
"Entonces la meta es a futuro poder aumentar el presupuesto en ciencia y tratar de llegar a ese 1% del PIB que tanto anhelamos y que ha sido en el fondo algo que se ha prometido en distintos periodos presidenciales pero todavía no logramos llegar a ese piso, verdad, que nos permitiría poder realizar ciencia como país en vías de desarrollo y convertirlo en un país desarrollado", precisó.
En la misma línea, el astrónomo José Maza, comentó que "Chile invierte una cantidad absurdamente baja de recursos en ciencia y tecnología, el 0,35% del PIB es una vergüenza a nivel internacional. Si aquí teníamos una oportunidad de participar en una investigación lunar; yo creo que haberla aprovechado, sin conocer exactamente el proyecto, tenía todo el sentido del mundo. Chile tiene que entrar en el Siglo XXI, que tiene exploración espacial; deberíamos hacerlo".
"Un costo para Chile, que significarían US$ 7,5 millones, para estar en una exploración lunar, que significaría que jóvenes ingenieros nuestros, científicos, pudieran ser parte, aunque sea una parte menor; si no podemos pretender entrar a un proyecto siendo nosotros los que lideremos el proyecto, si francamente no tenemos ninguna experiencia en mandar naves a la luna. Pero estar ahí, ser parte de, yo encuentro que tiene todo el sentido del mundo".
"El plan nacional satelital está funcionando"
Pese a los reparos de la comunidad científica por el presupuesto que existe para ciencia, de todos modos valoran que el Sistema Nacional Satelital esté funcionando y que se trata de un plan "muy bien estructurado".
"Si Chile no entra en la exploración lunar porque no tiene dinero, es una pena. Ahora, si el dinero lo tiene y prefiere invertirlo en el Sistema Nacional Satelital y éste va a haciendo sus prioridades, eso sería otra cosa".
José Maza, astrónomo
En mayo de 2021, se dio el vamos a la implementación del Sistema Nacional Satelital en Chile,
proyecto que engloba el trabajo conjunto de los Ministerios de Defensa, Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Relaciones Exteriores, Transporte y Telecomunicaciones, Bienes Nacionales, el mundo académico y la Fuerza Aérea de Chile. La idea original, entre varias otras, es que en un plazo de cinco años (2021-2025) se ponga en órbita una constelación de 10 satélites.
En esa línea, Herrera destaca que "lo bueno es que Chile tampoco está durmiendo en este sentido, tenemos el Sistema Nacional Satelital funcionando, que es un paso súper positivo hacia adelante. Quizás no era tan orgánico el crecimiento de nuestro país respecto a las prioridades que se definieron cuando partió este plan; obviamente sería bueno poder participar de la misión a la que fuimos invitados, pero si no están los recursos es bueno poder priorizar esos recursos en planes que ya están estructurados".
Por su parte, Maza subrayó que "si Chile no entra en la exploración lunar porque no tiene dinero, es una pena. Ahora, si el dinero lo tiene y prefiere invertirlo en el Sistema Nacional Satelital y éste va a haciendo sus prioridades, eso sería otra cosa".
De todas maneras, remarcó que Chile tiene que invertir "muchísimo más, el triple, el cuádruple, 10 veces más en ciencia y tecnología que lo que hace hoy día. Entonces si lo vamos a invertir en el Sistema Nacional Satelital, yo respeto que obviamente hay que tener una planificación, pero no digamos que no participamos en esto porque no tenemos plata".
