El Colegio de Profesores informó el viernes que a partir del martes 29 de agosto iniciará un paro nacional indefinido, tras rechazar la última propuesta del Ministerio de Educación a su petitorio (que incluye el pago de la deuda histórica).
"Este paro indefinido es la respuesta que profesoras y profesores de Chile dan frente a un Gobierno que cada vez más nos va entregando con cuentagotas las respuestas, que va dando respuestas que no son satisfactorias, respuestas que no van en la línea de lo que hemos venido señalando hace mucho tiempo, en donde el sentido de urgencia, lamentablemente el Mineduc y el Gobierno, no lo han entendido", sostuvo el presidente del gremio, Carlos Díaz Marchant.
Mientras la agrupación exige que se cumplan sus demandas, desde el Gobierno se llama a resolverlas usando otros mecanismos. "El ministro (Nicolás) Cataldo ha estado trabajando arduamente toda esta semana en diálogo con el Colegio de Profesores, y con sus distintas organizaciones asociadas, para encontrar una respuesta que evite que lleguemos a la circunstancia que es dramática", señaló este sábado la ministra del Interior, Carolina Tohá, aludiendo a que "al final en los paros de este tipo, los afectados son los y las estudiantes".
Esa misma apreciación mostraron algunos entendidos en el tema, que si bien apoyan los objetivos, no comparten las formas. "Si es la movilización, paralización o suspensión de clases el mejor mecanismo para reivindicar eso, yo creo que no. Creo que, efectivamente, la educación pública que ha sido debilitada enormemente debe tener como argumento su calidad, su eficiencia, su efectividad, su respuesta para reivindicar todos los derechos, y creo que cuando nuestro trabajo como formadores y formadoras de la población que está más vulnerada de sus derechos, cuando atendemos a los niños, jóvenes que tienen más necesidades, nosotros no podemos parar y debemos usar otros mecanismos de negociación, conversación, discusión y no con el Ejecutivo, sino con el Legislativo", señaló Elisa Araya, rectora Universidad Metropolitana de las Ciencias de la Educación.
Lo anterior, ya que indicó que "el Legislativo es el que arma las leyes, el que tiene que responderle a los profesores chilenos por qué no están las leyes que aseguren la dignidad de la profesión docente cuando es tan importante para el desarrollo del país. Creo que lo que vimos durante la pandemia, es cómo la población carenciada del país se apoya en las instituciones del Estado y una de esas de las más potentes es la escuela".
Nibaldo Benavides, director del Instituto de Investigación y Desarrollo Educacional de la Universidad de Talca, acotó que "si bien las demandas son totalmente lícitas, una de larga data como la reparación de la deuda histórica o el cambio al modelo de financiamiento, pienso que hay que buscar quizás nuevas estrategias, porque lamentablemente los más afectados con este paro son los estudiantes de las escuelas públicas".
"Uno de los grandes problemas que ha tenido el desarrollo de la educación en nuestro país durante este año está asociado principalmente a la falta de coordinación de algunos agentes claves en el desarrollo de la política de reactivación educativa. Faltan recursos para llevarnos una verdadera implementación y una mejor contextualización de la misma", añadió.
La decana de la Facultad de Educación, Psicología y Familia de la Universidad Finis Terrae, Marilú Matte, también entregó su opinión puntualizando que "sin juzgar ni deslegitimar las demandas que plantea el gremio, me parece grave que nuevamente las víctimas sean los estudiantes".
"La situación amerita por parte de los profesores anteponer el futuro de ellos que, en definitiva, es el de la sociedad y del país. Asumir la responsabilidad que implica ser docentes y contribuir a mejorar la deteriorada calidad de la educación no puede estar sujeta a ideologías ni a medidas de presión", manifestó.
En la misma línea, afirmó que "también el Gobierno debería reconocer los múltiples problemas reales que, a diario, enfrentan los docentes y que requieren de soluciones concretas y rápidas, más allá de la dificultad que enfrenta para cumplir las promesas de campaña para el sector. Dialogar con criterio de realidad, con honestidad en cuanto a posibilidades y limitaciones, y establecer estrategias con acciones y plazos concretos y reales es fundamental para avanzar, ya que por ningún motivo podemos seguir perjudicando a nuestros estudiantes con más pérdida de clases".
Lo que mencionó Matte al final, tiene que ver directamente con el escenario educativo en que se encuentra el país ad portas de este paro nacional indefinido. Y es que es de público conocimiento que, producto de diversas situaciones, se han tenido que suspender clases, lo que las autoridades han tratado de evitar a toda costa, considerando el impacto en la materia que tuvo la pandemia del covid-19, al tener que implementar clases remotas.
Recientemente, producto de dos sistemas frontales que provocaron afectaciones en la zona centro-sur del país, se debió suspender las clases. Poco antes, la preocupación estaba por la solicitud de adelantar las vacaciones de invierno, a propósito de la alta circulación viral que existía. Esto, pese a que el, en ese entonces ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, aseguró que para este año se programó el receso escolar una semana antes que 2022 -del 3 al 14 de julio-, porque "son las semanas en que se produce la mayor saturación del sistema" de salud.
Otro tema que aparece, es el de los resultados de la prueba Simce. Estos mostraron una baja general en todas las pruebas y grupos socioeconómicos, de hecho, por lo mismo muchos actores salieron a mostrar preocupación. Desde el Mineduc se apuntó -en junio cuando se dieron a conocer los efectos- a que la situación es "preocupante" y la principal conclusión es que "no se puede perder un día más de clases".